POEMA DE SAN VALENTÍN
Bendigo escrupulosamente el maravilloso día
En que mis ojos encontraron por primera vez tu semblante,
Convirtiendo desde entonces en esclavo tuyo, mi corazón errante,
Cambiando rápidamente mi alma, en anhelada ambrosía.
Desde entonces la fortuna y la dicha hicieron morada
En la profunda caverna de mis inexploradas entrañas,
Mi furor tornó en sonrisa, gracias a mi amada,
Persigo tu imagen por mil caminos, y cien mil Españas.
La oscuridad monocromática de tus delicados ojos
Horadaron la profundidad de mis ocultos secretos,
Iluminando fielmente el angosto camino, y los perfectos,
Aunque extasiados momentos en que alimentas con ternura mi enojo.
Sucumbo violentamente cuando me golpeas con tu sonrisa,
Muero exhausto ante la delicia que emerge de tu pelo al viento,
Enloquezco cuando miro absorto tus labios, y no miento,
Cuando digo que mi pecho arde cuando me falta tu aliento.
Reivindico de soslayo futuras incursiones
En tu risa emergente de ilusiones fluctuantes
Tu elocuencia me desvirga de fatales emociones,
Resultando ser cúspide magnánima de enternecidos amantes.
Es por ello que feliz y extasiado me derrumbo,
Abrazo tu sombra y la imagen de tu recuerdo
Mi alma radiante por tu deseo, explora otros mundos
Y revolotea alborozada cuando en tus ojos me pierdo.....
TE QUIERO..........
lunes, 29 de marzo de 2010
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Bueno, no he puesto el autor, cabecita loca la mía.....GUSTAVO PUERTA.
ResponderEliminarPor fin el gran Puerta entre nosotros.
ResponderEliminarMe hizo llorar.
ResponderEliminarEl hijo de Quevedo y Góngora si hubiera sido posible, es real y se llama gustavo.
Muchas gracias, me voy a ruborizar....
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