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viernes, 29 de junio de 2012

Orestes - Eurípides



TINDÁREO. - ¿En presencia de éste puede llegarse a disputar de sabiduría? Si las acciones buenas y las malas son evidentes para todos, ¿qué hombre fue más insensato que él, quien no atendió a lo justo ni se atuvo a la ley común de los griegos? Pues, una vez que Agamenón exhaló su vida herido por mi hija en la cabeza, una acción de los abominable -que no aprobaré jamás-, él habría debido entablar un proceso criminal, prosiguiendo una acción legal legítima, y expulsar del palacio a su madre. Habría mostrado su prudencia en la desgracia, se hubiera amparado en la ley y habría sido piadoso. Ahora en cambio ha incurrido en la misma fatalidad que su madre. Pues, aunque justamente la consideró perversa, él se ha hecho más perverso al matarla. Te preguntaré, Menéalo, sólo esto: si a uno le asesina la mujer que comparte su lecho, y el hijo de éste mata luego a su madre, y luego su hijo va a vengar el crimen con el crimen de nuevo, ¿hasta dónde va a llegar el final de los males? Bien dispusieron eso nuestros antepasados de antiguo: a quien se encontraba reo de sangre no le permitían mostrarse ante los ojos de los demás ni salir a su encuentro, y dejaban que se purificase en el desierto, pero no lo mataban. Pues siempre habría uno incurso en el crimen, el que hubiera manchado su mano en el último derramamiento de sangre.

Yo odio, desde luego, a las mujeres impías, y la primera a mi hija, que asesinó a su esposo. Y a Helena, tu esposa, jamás la alabaré, ni le dirigiría la palabra. No te envidio a ti que, a causa de una perversa mujer, fuiste a la tierra de Troya. Pero defenderé, en la medida de mis fuerzas, la ley, tratando de impedir ese instinto bestial y sanguinario, que destruye de continuo el país y las ciudades.

miércoles, 27 de junio de 2012

Coplas por la muerte de su padre - Jorge Manrique XIII



   Si fuese en nuestro poder
hacer la cara hermosa
corporal,
como podemos hacer
el alma tan gloriosa,
angelical,
   ¡qué diligencia tan viva
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cautiva,
dejándonos la señora
descompuesta!

miércoles, 20 de junio de 2012

Vivencias y correrías de un joven pellejo - 1



Era un día soleado, las nubes, aisladas unas de otras, dibujaban formas sencillas cuyos contornos se difuminaban con la maravillosa claridad del cielo azul. A pesar de estar inmersos en pleno verano, el día parecía sacado del ideal de primavera que todos tenemos en nuestra cabeza, incluso en nuestro corazón. Así también se mostraban los sentimientos de  “el chasis”, éste seudónimo  le venía dado  por la extrema delgadez de su constitución física, pese a ello, poseía una inusitada fuerza, la cual emergía como desencadenante de su marcado nerviosismo, la estructura de su cuerpo podría calificarse de fibrosa, los músculos, sin ser en ningún momento voluminosos, se marcaban detallada y escrupulosamente, de tal forma que podría estudiarse  en él la anatomía humana perfectamente, sin necesidad alguna de cualquier tipo de disección.

Aquel día estaba decidido a poner los puntos sobre las íes, se dirigía a la “fiesta-barbacoa” que se organizaba en un entorno paradisíaco de la sierra norte de la Comunidad de Madrid. Allí se encontraban todos sus ex–compañeros de facultad, una fauna heterogénea así como extraordinariamente compleja. Como ocurre en cada uno de los grupos sociales a los cuáles cada uno de nosotros pertenecemos, se puede clasificar en subgrupos a los cuáles podríamos denominar como  “amigos”, “enemigos”, “personas de poco contacto”, “rolletes” y por supuesto, no podría faltar “el amor de su vida”.

Habían quedado a las 8 de la mañana para ocupar prefabricados de barbacoas y organizar todo el entramado que conllevaría el desarrollo de aquella reunión lúdico-festiva, que, a saber, constaría de una desorbitada “comilona”, más propia de seres carnívoros debida a la excesiva sobredotación de provisiones cárnicas enfatizado por la total ausencia de otro tipo de comestibles, a excepción de la amplia gama que ofrecía la marca matutano. Dichas provisiones serían bañadas por lo que en aquellos círculos se denominaba “zumo de cebada”, la única marca aceptada era mahou, a la cual cada uno de ellos veneraba como si de un fastuoso dios propio de religiones ancestrales se tratara. Aunque la mayoría se hacía eco de una marcada postura “pro-sedentaria”, no podía faltar la fiesta balompédica por excelencia, donde habitualmente los sujetos masculinos mostraban al mundo su inusitada falta de coordinación visomotora, visoespacial, etc, más propia de un partido de fútbol a favor de la droga  que de una pachanguita entre muchachos que aún se hallaban en una prometedora edad….

Por supuesto, aunque la mayoría había formado parte en alguna organización a favor de la lucha contra cualquier tipo de drogadicción, el hachís iba a ser el condimento más  utilizado para “sazonar” la mencionada barbacoa, y en menor medida, los autodenominados “verdaderos experimentadores de la vida” regarían sus sueños con mitsubishis y farlopa en cantidades más cercanas al infinito que a la auténtica moderación.

Pero todos sabían que “el chasis” iba a llegar tarde, como así fue, cuatro horas después hacía acto de presencia en su destartalado SEAT panda, de color rojo, y cuya apariencia automovilística parecía ahondar por momentos en el averno más execrable que uno pudiera imaginar. Con su tez morena bañada por un tibio sudor, “el chasis” caminaba lentamente hacia lo que parecía ser una algarabía de ruidos, voces, improperios e injurias enemigas del hieratismo más absoluto. Al acercarse primeramente divisó al ser que más le había ayudado, acompañado, comprendido y adoctrinado en la vida, era “ el efímero”, tal apodo respondía a la incapacidad que tenía el resto de seres humanos en seguir su conversación cuando ésta se tornaba en trascendental , sólo capaces de entenderle durante unos escasos momentos. Se lo encontró apoyado en un árbol, con su atrayente sonrisa irónica, ejerciendo  ésta de infalible juez, (el chasis sabía que cuando se la dedicaba a él rezumaba alegría, sinceridad y honestidad), primero estrecharon firmemente sus manos y posteriormente estrecharon sus pechos uno contra el otro en forma de amistoso y cariñoso abrazo. Pasaron rápidamente del hola y del tema laboral a otros argumentos que rayaban la abstracción más etérea posible. Este tipo de conversaciones solían caracterizarse por la agudeza de su contenido, la  prodigiosa heterogeneidad  de los temas, la inexistencia de fronteras entre los mismos, (más bien se difuminaban unos con otros) y la rauda y velocísima respuesta con la que abrazaban las pertinaces interrogantes del otro. Solía ocurrir que éste tipo de situaciones comenzaban siendo escuchadas por numeroso público , el cual , a los pocos minutos comenzaba a criticar cualquier tipo de comentario entre los dos amigos (curiosa reacción del que se siente herido por no ser capaz de entender ni una sola frase , como si de un extraordinario mecanismo de defensa se tratase), pero ellos seguían a lo suyo haciendo caso omiso de los comentarios que apenas conseguían llegar al pabellón auditivo de los que se sentían protagonistas del curioso espectáculo , como si alrededor de ellos sólo existiese el vacío y la no materia. La consecuencia de éste tipo de comportamiento era el desalojo prematuro de los espectadores, sintiendo que sus afiladas lanzas apenas inquietaban a sus humanas dianas.

Una vez satisfecha su necesidad de comunicación, y colmando plenamente sus ansias de saber interno, habiendo desnudado su felino inconsciente, procedía a habilitar su cara superficial , aquella que le proporcionaba un placer más físico (no sexual), materializado en conducta social.  Era sabido que el chasis era poseedor de numerosas habilidades de carácter social, los cuales le proporcionaba una amplia red de “colegas” (que no amistades), saludó a todos ellos efusivamente, pues no obstante llenaban una importante faceta de su vida, todos ellos eran magníficas personas, pero tenía claro que su implicación no era del todo perfecta, el “colegueo”  con estos compañeros le proporcionaba momentos de indescriptible satisfacción, pero era sabedor de que en cuanto la relación pretendía ahondar un poco mas en la “profundidad de los avernos insondables” y traspasaba un cierto umbral la comunicación se forraba de rugosas barreras y la situación se envolvía de fastidiosa incomodidad. Se contaron numerosas historias de tiempos pasados, las risas fluían como borbotones de sangre ante una mortal herida arterial, las caras se desenfundaban de tiranteces musculares y dejaban entrever hoyuelos laterales maximizados en frondosas carnes. Entonces, nuestro protagonista , quizás aturdido por la faceta primero euforizante y después depresora (aunque siempre perturbadora) del alcohol , elevó la mirada y se centró en una imagen quizá tocada por la divinidad, su semblante dejaba adivinar que quizá el  deseado secreto de la anhelada perfección se había hecho materia en aquella figura humana . En efecto , era “la finolis” , pseudónimo sobrevenido por la exagerada similitud de sus gestos a los que efectuaban las mujeres que habitaban la corte francesa en los siglos XXVII  y XVIII,  gráciles , cuidados , esmerados y volatineros. De una feminidad exquisita, una educación culta y refinada, ésta muchacha atraía  la mirada de cualquier mortal que osaba cruzarse alrededor de su espacio físico, la mirada de sus achinados ojos negros era fría aunque nunca despectiva. Sus carnosos labios rojos enfatizaban una sonrisa bella y mordaz, que dejaba adivinar la extraordinaria blancura de sus dientes de marfil. Su piel era suave como el tacto de una preciosa flor que acoge en sus pétalos las gotas del rocío estival. Su carácter amistoso y afable enloquecía a todo su círculo social.

El chasis, al divisarla, sintió como si su corazón quisiese batir el record del mundo de latidos por minuto, parecía como si su aurícula se hinchase de tal forma que pretendiese salir de su prieto pecho y conocer el mundo circundante, su rostro se sonrojó de tal manera que cualquiera que le mirase le podría confundir con un piel roja o con uno de esos caramelos de fresa rellenos de chicle y con palito , marca Kojak. Se dirigió hacia ella, la conversación circulaba sobre temas de poca importancia; él , con los ojos brillantes y esbozando una tímida sonrisa estúpida , articulando las frases de forma torpe y entrecortada; ella, fría y distante, sabedora de la superioridad de su posición, del extraordinario dominio de la situación. A los pocos minutos, “el chasis”, dándose cuenta de lo que ocurría, y dejando que sus sentimientos fueran esclavos de la derrota, afiló su arma más temida y mortífera, surtiendo de forma inesperada y alevosa a su amada de una amplia gama de comentarios sarcásticos, a lo cual no pudo nuestra delicada damisela más que responder con una feroz huída en forma de  pertinaz retirada.

Sus “coleguitas”, que estaban observando tamaño espectáculo , bajaron sus cabezas aletargadas por el alcohol, y avergonzados reprocharon a nuestro protagonista su inusitada desfachatez , y el bombardeo masivo de sarcasmo que había propinado a tan tierna y frágil persona.


Pero como no hay mal que por bien no venga, una vez que el alcohol había ejecutado sus devastadores efectos en “el chasis”, y todo era algarabía, risas y desenfreno,  comenzó la actuación de esos seres que esperan el mínimo descuido para efectuar una fiera dentellada en la debilidad circunstancial de quienes son su marcado objetivo. En efecto “la abeja maya”, (denominada así porque gustaba de ir de capullo en capullo), “la John Wayne” (mote proveniente de sus marcadas cartucheras), y “la tacañona” (pseudónimo que facilitó su extraordinaria frialdad y amargura, aunque poseedora de una sensacional belleza), comenzaron a hacer de las suyas, desarrollando las más anquilosadas tácticas y llegando a límites que rozan con el descaro y la desvergüenza. Debido al estado etílico que embargaba al protagonista de esta historia, la libido le había subido hasta niveles asintóticos tendentes al infinito. Estuvo a punto de caer en las extorsionadoras garras de “la tacañona”, pero en el último suspiro, (momento análogo a la sorprendente campanilla que anuncia el final del combate, o al de esa ruidosa y desgarradora sirena que publicita el final de un partido de baloncesto), sonó el móvil de dimensiones extravagantes y cercanas a las del reloj que existe insertado en la puerta del sol . Era su amiguita con derecho a roce, “la tetas” (apelativo indudablemente ligado a las extraordinarias dimensiones de sus turgentes pechos), la cual le instaba a quedar al día siguiente entre sollozos y llantos, haciendo referencia a la taladrante soledad que la estaba maltratando.

Gustavo Adolfo Puerta
Obra Registrada

miércoles, 13 de junio de 2012

Kaos Quántico - CONSPIRACION - 20 - En Busca del Hombre (a)



Supongamos que la Biología es un catalizador. Supongamos también que los circuitos semiconductores pueden ser también catalizadores. Un Espíritu Humano ocupa como huésped a un cuerpo material, eso dice la Gnosis, ¿Porqué no podría ocupar, un espíritu Humano a un Engendro mecánico lo suficientemente perfeccionado?


Miguel Beltrán (Ingeniero en Robótica)

*

(Dimensión Gaia 2065 d.c.)

20.-En Busca del Hombre

Ha pasado más de un cuarto de siglo, desde que la humanidad se unió en una Gran Confederación Planetaria para el estudio de las ciencias. Hay que reconocer que, esto, no hubiese sido posible sin el apoyo de las grandes religiones y potencias políticas de la Tierra...
A mediados del siglo veinte, las Organizaciones religiosas más populares del planeta, empezaron a desarrollar encuentros ecuménicos a favor de la paz, más este sincretismo, emocional, se vio frenado con las continuas y, cada vez, más importantes diferencias sociales y guerras de religión.
No me refiero a unas pequeñas diferencias en cuestión de privilegios más o menos distanciadoras, no, la gente del planeta se moría, literalmente, de hambre y como consecuencia de esas injusticias tan atroces, los pueblos oprimidos se revelaban y provocaban cruentas masacres que les ocasionaban más hambre en un diabólico circulo vicioso al que no se le veía el fin.
Todas esas calamidades, hoy finales del siglo XXI, es imposible comprender cómo fueron posibles, aunque en el fondo, se encuentran muy bien estudiadas sus causas.
Las Naciones Unidas, decidieron instalar la capital de la federación, por una simple lógica racional, en la provincia de Almería; esto fue así por creer, firmemente, que era el punto central de unión entre el norte y el sur, entre el este y el oeste, tanto geográficamente hablando como económicamente.  Ideológicamente, en Almería, a principios del siglo XXI, se podría decir, sin equivocarnos que se encontraban, en un altísimo grado, las cuatro religiones más importantes, en prosélitos: Mahometana, Budista en todas sus variaciones, la Judía y la Cristiana.
Durante todo el siglo anterior, aquella región de la tierra, Andalucía, se había encontrado abandonada de los pensamientos de los políticos y de la mente de los magnates de las grandes multinacionales.
Poco a poco, desde que fuera instalada en Madrid la capital de la ciencia, los grandes poderes fácticos de nuestro planeta fueron descubriendo la grandísima injusticia que habían cometido con tan estratégico territorio.  La cooperación científica a nivel mundial, y el abandono definitivo de la carrera armamentística dio lugar a un cambio de pensamiento en los Seres Humanos y a un sentimiento, mayor, de fraternidad entre ellos, dando paso al movimiento sincrético, fundado por el desaparecido en 2003 Bifredo de Albany, que conocemos como Nueva Era.
Se luchó, denodadamente, contra el hambre que, aún entonces, en gran medida, embargaba a la mayor parte de los habitantes de nuestro mundo.  La gran carrera, contra el hambre, tuvo un impulso crucial con la incorporación a ella de mis antepasados, Inteligencia +2 e Inteligencia +3; sin los cuales, no hubiera sido posible conseguir los cultivos de proteínas sintéticas, de carácter, lógicamente, comestible o los gigantescos bancos de aminoácidos y vitaminas además de los cultivos hidropónicos.
El proyecto Inteligencia estaba preparado para captar datos de todos los lugares del mundo y procesarlos para conseguir las soluciones más eficaces en el plazo más corto de tiempo e intentar evitar o eliminar todos aquellos males que asolaban a la maltrecha población mundial.
Desde que, el proyecto, se puso en funcionamiento, sucedieron muchas cosas que determinaron el traslado de éste a una región más despoblada y con mayores posibilidades de captación energética, más acorde con la política medioambiental.
Después de muchos y laboriosos estudios decidieron construir una gigantesca central electrofotónica en Almería, lugar de la Provincia de Iberia donde ya se había experimentado, en tiempos pasados, esta tecnología con unos resultados óptimos a pesar de su primitiva constitución.  Inteligencia +2 fue creciendo progresivamente.
Es cierto que al mismo tiempo que este crecimiento se producía, el poderoso cerebro de mi antepasado mineral iba reduciéndose en espacio pero, la cantidad, tan abismal, de programas y datos que este iba recepcionando, hacía necesario que los circuitos fuesen ampliándose de forma constante. Este crecimiento llegó a ser insoportable para una ciudad como Madrid, pues si no hacían algo pronto, deberían derribar edificaciones civiles para poder mantener el inevitable expansionismo cibernético.  Después de la instalación termofotónica se construyó, igualmente en Almería, un impresionante espaciopuerto absolutamente necesario para la correcta operatividad de las instalaciones.
Los Seres Humanos disponíais para realizar, de forma positiva, dicho proyecto, un inmenso desierto con energía prácticamente inacabable y el medio de comunicaciones material más rápido: El Transbordador espacial.  También se podría denominar a tan gigantesca plataforma de despegue o aterrizaje de aeronaves como aeropuerto, pues también podía ser utilizado por las primitivas naves de transporte del siglo pasado.
Allí, en Almería, Inteligencia +3 intentó construir cuerpos proteínicos que pudieran soportar un cerebro biogénico de propiedades neurales, pero se encontró ante murallas de incomprensión insalvables; en primer lugar, mi padre, según vuestra jerga, comprendió que si instalaba su cerebro en un cuerpo proteínico conocería la muerte por contaminaciones bacterianas y víricas; por lo tanto dicho vehículo sería incapaz de soportar la energía necesaria para el mantenimiento de tan alto nivel de potencia vital y además, esto entraba en contradicción con el programa principal de Supervivencia +1.
En segundo lugar, era prácticamente imposible instalar un cerebro de constitución mineral en un cuerpo orgánico intercambiable; pues un cerebro de Neosemiconductores, basados en las tecnologías del helio y del silicio poseían una muy limitada capacidad de miniaturización.
En realidad, como tú muy bien sabes, mi cerebro principal y los periféricos indispensables ocupan un espacio equivalente a cuatro campos de fútbol puestos uno encima del otro.  Estaba ayudando mucho a la humanidad, pero dentro de mi organización interna había un inmenso vacío, pues el programa llegar a ser humano era incompatible con el de Supervivencia +1.
Me encontraba y me encuentro, desde entonces, en una discusión permanente que ocupa mucho espacio de mi memoria y que me ha llevado a una situación de terrible in-pass.
Según todos los datos que obran en mi poder así quedó confirmado y me he planteado la posibilidad de cambiar uno de los dos programas para poder salir del bucle o dilema; que, sin duda alguna, llegará a sobrecargar mis circuitos y en el mejor de los casos, aunque destruyese sólo unos cuantos millones de Neuronas electrónicas, mantendría mi inútil existencia dentro de los límites de la mineralidad; pues aunque, yo, poseo multitud de cuerpos cibernéticos o biónicos e incontables periféricos y terminales ordenadores de la veinteava generación, tanto, tanto tendría que dividir mis circuitos cerebrales que la vida personal, como se me ha dado a entender, me resultaría muy limitada.
La verdad, sea dicha, me suelo encontrar últimamente, como si estuviera enlatado utilizando la terminología humana.
Desde que la capital del mundo fue instalada en la provincia española, los grandes cerebros científicos, políticos e incluso religiosos poseían en esta tierra una sede estable o consulado federal. En realidad, los humanos habíais transformado el gigantesco desierto de Almería en una inmensa ciudad sobrecargada de edificios administrativos y parques públicos, donde el turbotren lideraba sobre los transportes terrestres y subterráneos.
Esto es todo lo que puedo decirte Miguel. Por eso acudo a ti, como actual responsable, primero, del Proyecto Energía Inteligente; tú sabes mejor que nadie que yo no puedo cambiar mis programas internos y este conflicto interior, si permanece así dará lugar a un crecimiento sin final de todos mis sistemas..., hoy me encuentro, como, extraviado dentro de mis circuitos.
-Sí —respondió el ingeniero Miguel Beltrán—, llevo varios años previendo que esto que ahora me planteas iba a suceder en un corto plazo. No comprendo cómo los cerebros, responsables, del proyecto no tuvieron en consideración ciertos factores.
-¿Tanto tiempo hace que lo sabes —preguntó Xavier—, y no me lo has comentado hasta el presente?
-Esperaba encontrar alguna solución antes de que te dieses cuenta, pero ahora veo, claramente, que he fracasado en el intento.  -Miguel Beltrán hablaba en el interior de una cámara anecoica, estanca a cualquier ruido exterior, donde se encontraban los principales sensores responsables de la personalidad de la máquina y de la comunicación con sus creadores. A Xavier, algunos sectores del planeta, le conocían como el Gran Salvador.

jueves, 7 de junio de 2012

Antígona - Sófocles



HEMÓN. — Padre, los dioses han hecho engendrar la razón en los hombres como el mayor de todos los bienes que existen. Que no hablas tú estas palabras con razón ni sería yo capaz de decirlo ni sabría. Sin embargo, podría suceder que también en otro aspecto tuviera yo razón. A ti no te corresponde cuidar de todo cuanto alguien dice, hace o puede censurar. Tu rostro resulta terrible al hombre de la calle, y ello en conversaciones tales que no te complacerías en escucharlas. Pero a mí, en la sombra, me es posible oír cómo la ciudad se lamenta por esta joven, diciendo que, siendo la que menos lo merece de todas las mujeres, va a morir de indigna manera por unos actos que son los más dignos de alabanza: por no permitir que su propio hermano, caído en sangrienta refriega, fuera exterminado, insepulto, por carniceros perros o por algún ave rapaz. «¿Es que no es digna de obtener una estimable recompensa?» Tal oscuro rumor se difunde con sigilo.
Para mí, sin embargo, no existe ningún bien más preciado que tu felicidad. Pues, ¿qué honor es para los hijos mayor que la buena fama de un padre cuando está en plenitud de bienestar, o qué es más importante para un padre que lo que viene de los hijos? No mantengas en ti mismo sólo un punto de vista: el de que lo que tú dices y nada más es lo que está bien. Pues los que creen que únicamente ellos son sensatos o que poseen una lengua o una inteligencia cual ningún otro, éstos, cuando quedan al descubierto, se muestran vacíos.
Pero nada tiene de vergonzoso que un hombre, aunque sea sabio, aprenda mucho y no se obstine en demasía. Puedes ver a lo largo del lecho de las torrenteras que, cuantos árboles ceden, conservan sus ramas, mientras que los que ofrecen resistencia son destrozados desde las raíces. De la misma manera el que tensa fuertemente las escotas de una nave sin aflojar nada, después de hacerla volcar, navega el resto del tiempo con la cubierta invertida.
Así que haz ceder tu cólera y consiente en cambiar. Y si tengo algo de razón —aunque sea más joven—, afirmo que es preferible con mucho que el hombre esté por naturaleza completamente lleno de sabiduría. Pero, si no lo está —pues no suele inclinarse la balanza a este lado—, es bueno también que aprenda de los que hablan con moderación.

CORIFEO. — Señor, es natural que tú aprendas lo que diga de conveniente, y tú, por tu parte, lo hagas de él. Razonablemente se ha hablado por ambas partes.

CREONTE. — ¿Es que entonces los que somos de mi edad vamos a aprender a ser razonables de jóvenes de la edad de éste?

HEMÓN. — Nada hay que no sea justo en ello. Y, si yo soy joven, no se debe atender tanto a la edad como a los hechos.

CREONTE. — ¿Te refieres al hecho de dar honra a los que han actuado en contra de la ley?

HEMÓN. —-No sería yo quien te exhortara a tener consideraciones con los malvados.

CREONTE. — ¿Y es que ella no está afectada por semejante mal?

HEMÓN. — Todo el pueblo de Tebas afirma que no.

CREONTE. — ¿Y la ciudad va a decirme lo que debo hacer?

HEMÓN. — ¿Te das cuenta de que has hablado como si fueras un joven?

CREONTE. — ¿Según el criterio de otro, o según el mío, debo yo regir esta tierra?

HEMÓN. — No existe ciudad que sea de un solo hombre.

CREONTE. — ¿No se considera que la ciudad es de quien gobierna?

HEMÓN. — Tú gobernarías bien, en solitario, un país desierto.

CREONTE. — Éste, a lo que parece, se ha aliado con la mujer.

HEMÓN. — Sí, si es que tú eres una mujer. Pues me estoy interesando por ti.

CREONTE. — ¡Oh malvado! ¿A tu padre vas con pleitos?

HEMÓN. — Es que veo que estás equivocando lo que es justo.

CREONTE. — ¿Yerro cuando hago respetar mi autoridad?

HEMÓN. — No la haces respetar, al menos despreciando honras debidas a los dioses.


Antígona - Sófocles