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domingo, 31 de octubre de 2010

Jabato IV


Un día el dios principal me cambió el agua y volvió a cerrar el techo, como de costumbre; pero no cayó en la cuenta de cerciorarse que la malla metálica hiciese un buen contacto con el resto de la estructura. Esa fue mi oportunidad soñada.

El día 20 de julio, cuando contaba con cuatro meses de edad, encontré el medio de poder hincar mis dientes y empezar a roer. Solo fue cuestión de tiempo. La libertad me esperaba impaciente al otro lado de mi prisión. Durante mi arduo trabajo, mi mente empezó a realizarse múltiples preguntas que ahora hablando con vosotros comprendo.

¿Quién era yo?, ¿por qué nací prisionero?, ¿eran buenos o malos mis amos?, ¿sabían o no sabían lo que hacían? Si hubiesen sido malos yo no viviría, me habrían comido o me hubiesen dejado en manos de las fieras para servirles de alimento. Recordé cómo en cierta ocasión mis dioses llamaron a un lugar del exterior para ver si nos querían ¿cómo se llamaba?..., ah, sí Aquarium de Madrid.

Los dioses de aquel lugar dijeron al dios principal que nos llevaran allí ya que ellos podían darnos buena utilidad. Si el Amo nos hubiese trasladado al aquarium, nos hubiesen entregado como alimento a serpientes, boas y pitones; además, si fuesen malos, no nos acariciarían como lo hacían, suavemente y procurando no hacernos daño; pero ¿por qué no nos dejaban correr por el mundo en libertad?, ¿por qué?

Esas eran mis preguntas, pero yo no cejaba en mi trabajo de roer. Al otro lado se encontraba la libertad. De forma inexorable, mis dientes conseguían el objetivo propuesto por mi pequeña mente. Después de algunas horas de oscuridad, el butrón llegó a ser lo suficientemente grande y pude sacar mi cabeza primero y mi cuerpo después. Intenté asirme en algún lugar, pero el precipicio fue lo único que encontró mi pequeño cuerpo. Fue un pequeño golpe pero me encontré en una terraza cuya puerta al mundo interior se encontraba cerrada. Tras una verja se encontraba un inmenso abismo que pude atisbar con mis pequeños ojos. Yo me sabía valeroso y fuerte. No debía de tener miedo. De hecho no lo tuve y me lancé a la obscuridad de un precipicio desconocido.

Todos mis congéneres no dejaban de llamarme. Jabato ven a por nosotros y danos la libertad. El murmullo del viento se mezclaba con sus voces mientras yo seguía cayendo hacia lo desconocido y sin poder hacer nada más que revolverme en un vacío desprovisto de cualquier tipo de soporte donde agarrarme. La libertad me encontró de forma brutal. Nuestro abrazo fue mortal. El duro pavimento recibió mi cuerpo y la vida se me escapó. Intenté incorporarme pero no pude. Debía levantarme y llamar con sonidos sordos al dios principal. Ahora entendía lo que era la libertad. Era demasiado tarde, mi Vida se escapaba del cuerpo y...

Pronto amaneció y contemplé con los ojos del espíritu cómo florecía el día. La belleza era inmensa. Jamás había visto algo semejante. Cuando los dioses despertaron me estuvieron buscando; pero lo único que pudieron encontrar fue el cuerpo sin vida de un pequeño roedor. A mí me perdieron para siempre pues yo era un hámster que ahora vivía en otro lugar. Un lugar llamado Libertad.

Los Que creía que eran dioses enterraron el cuerpo inerme al pie de un árbol en las cercanías del zoológico de Madrid. Una vez realizado el acto ritual se alejaron por un sendero. El pequeño Miguel miró hacia el lugar donde estaba enterrado y creo que pudo ver el haz tractor que surgió de nuestra nave. El Niño avisó a sus padres de que había visto una palancana invertida en el cielo. Los padres se echaron a reír y agradecieron que su hijo tuviese tan viva imaginación.

Por la noche, furtivamente, el padre de Miguel, el pequeño dios, a quien yo denominase como gran dios se acercó al lugar donde debiera estar enterrado mi cuerpo y cavó brevemente para encontrar que el féretro estaba intacto pero vacío.

_ Bien hecho, Jabato- Se dirigió el comandante de la nave Nexo a quien había desarrollado el relato-, ha sabido usted cumplir con su misión de prospección. Ahora solo me resta realizarle una última pregunta.

_ ¡Señor!- asintió Jabato.

_ ¿Considera que la humanidad se encuentra preparada para ser aceptada en la confederación de Planetas Unidos?

La cara de Jabato mostró un rictus de incertidumbre, durante un breve instante, pero enseguida respondió a su superior.

_ Comandante Trueno, la humanidad está muy avanzada tecnológicamente; pero me temo que todavía le queda mucho para poder ser considerada como una civilización digna de nuestra Federación Interplanetaria. Todavía consideran que la Libertad es un privilegio para una minoría de sus congéneres.

_ Siento escuchar eso, Mayor Jabato. Tendremos que seguir mandando comandos prospectores durante algunas generaciones más.

El Padre de Miguel según se dirigía por un sendero, de regreso a su auto, pudo ver una pequeña luz lenticular que se elevaba a gran velocidad hacia las estrellas. Entonces recordó las palabras de su hijo y que tanto el como su esposa habían tomado como una fantasía infantil.

Ahora quien conociera Jabato como el gran dios, sabía que aquel hámster no había sido un simple animal de compañía sino un enviado encubierto que, por motivos que se le escapaban, había estado vigilando a su familia, quizá como una muestra significativa del conjunto de la humanidad.

Jamás hablaría de este suceso con nadie; pero en su mente surgió un breve pensamiento cuando imaginó que algún día otro Jabato, en el futuro, podría visitarles.

FIN
FINE
THE END

Pensator

viernes, 29 de octubre de 2010

Los arquetipos de Luz-Bel: 8 – La Justicia


Los arquetipos de Luz-Bel

8 – La Justicia


Desconocida dama, hijo mío, para el común de los mortales y que posee características propias de la Sacerdotisa, la Emperatriz y en menor medida del Emperador; pero que solo alcanza su máximo esplendor en el arquetipo del Héroe, los Amantes. Ella se mueve en tres niveles de existencia, el espiritual, el de la naturaleza y el humano.

Los simios proto-hombres legislan sin cesar sin saber lo que realmente están haciendo. A esa legislación, propia del Emperador, no se la puede denominar como Justicia pues solo usa la espada para allanar el camino y permitir que puedan hacerse realidad los designios del Sistema. La Falsa Justicia del simio-hombre está sujeta a la simpatía y a la antipatía, a las casualidades y coincidencias del Destino. Por lo tanto, cualquier atisbo de la expresión Justicia solo puede ser fruto de la más pura casualidad. Esta justicia es pura indecencia.

La Naturaleza posee, desde su origen, una serie de Leyes naturales inquebrantables, aunque sorteables temporalmente, que están representadas en la balanza de causa y efecto. Toda causa produce un efecto, que además volverá a poner en marcha nuevas causas así hasta el infinito. Por lo tanto, las causas que las criaturas ponen en marcha, dentro del seno de la Emperatriz, siempre regresan a su origen amplificadas. Por lo tanto, si se ponen en marcha causas positivas o negativas, nos retornarán, sin ninguna duda, con la misma polaridad pero amplificadas. Esta justicia es totalmente ciega y no diferencia entre individuos o circunstancias. Quien se mete en el territorio de caza del tigre, a sabiendas, es consciente de que indefectiblemente será cazado.

Lo que la gente conoce como Justicia, hijo mío, no es la Justicia que la Sacerdotisa impregnó en la Emperatriz y mucho menos la fáctica del Emperador. La Justicia de la Sacerdotisa es implacable pues se encuentra por encima del Bien y del Mal. Su fuego abrasa y disuelve todo aquello que no case con los designios originales del Mago hacedor. Esa Justicia solo tiene una dirección y no conoce ni maldad ni benevolencia; según el concepto humano, incluso la Justicia en la Emperatriz sería terrible. Era tan joven y bueno y sin embargo fue devorado por el tigre ¡Que injusticia! De la justicia del simio-hombre, mejor no hablar de ella porque produce vómito.

Lo que la gente entiende como Justicia, en este mundo, es propio de Hércules, el Héroe, del ayuntamiento entre el Hombre y la Naturaleza. Esa Justicia, utópica en este plano de existencia, no es ciega ni usa la espada de forma indiscriminada. La balanza está siempre equilibrada con las circunstancias particulares de los individuos. Su magnanimidad es solo digna de los dioses y su función correctiva solo es efectiva si el espíritu del Héroe la imparte. Aquí, la consciencia del Semidiós, comprende que no tiene ningún sentido la violencia o la fuerza a la hora de impartir la Justicia divina. La pena capital no puede estar nunca justificada, pues aquí pierde el sentido que los simios-hombres le han concedido.

El Hombre, por naturaleza, es inmortal y está condenado a regresar a este plano existencial una y otra y otra vez. Aunque su memoria siempre es cercenada, en su génesis siempre quedan las causas pendientes y estará condenado a repetir los errores una y otra vez si no son corregidos en alguna actuación. Por lo tanto, cuando se ejecuta a algún individuo, en nombre de una falsa justicia, lo único que se está haciendo es aplazando el problema hacia otro escenario, no solucionándolo como es el fin original de la Justicia pensada por el Mago.

La corrección de la Señora Justicia, levemente andrógina, hijo mío, siempre es impartida con magnanimidad, considerando las circunstancias particulares o colectivas que han motivado al individuo a actuar de alguna manera impropia, respecto a alguna legislación natural o divina; pero nunca humana. El simio, no el Hombre, ni está autorizado ni está capacitado para impartir Justicia y mucho menos para legislar. Solo el Hombre verdadero, consciente de su divinidad, el Héroe que se ha vuelto uno con la Naturaleza, podrá convertirse en Juez de sí mismo.

ARALBA

jueves, 28 de octubre de 2010

20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada - Pablo Neruda 5


Poema 5

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Amame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Sobre lo Cotidiano I


¿Como hablar de lo cotidiano sin resultar ofensivo a alguien? Todos tenemos nuestras costumbres arraigadas por vía familiar y nuestras ideas y pensamientos están influenciados por nuestro entorno vivencial. Solo existe un medio de descubrir lo más adecuado para nosotros y para el resto de la humanidad: La claridad de Pensamiento. El ser Humano es preclaro en tanto en cuando se realice preguntas sustanciales respecto a todo lo que lo rodea y pueda ser capaz de cuestionar todo aquello que le resulta ilógico, no por innatural, sino por enfrentarse directamente a lo que conocemos como Sentido Común: Nadie debería de hacer a los demás lo que no quiere que le hicieran a él.

La Claridad llega solo con el conocimiento de la Verdad, la Gnosis. Es solo entonces cuando las personas empezamos a comprender lo que nos rodea con solo echar un vistazo a nuestro alrededor, más cercano al principio y más lejos después. Llegados a este punto, la Especie humana, somos capaces de ver lo que antes no podíamos, ya que no poseíamos las coordenadas suficientes para poder interpretar aquello que mirábamos y que sin embargo se encontraba invisible ante nuestros ojos y lo que es más evidente, a nuestra mente.

Es justo en este preciso instante, cuando comprobamos el fariseísmo e hipocresía que gobierna, como Norma Universal, en el Sistema de nuestro Mundo. Todos veíamos aquello que otros querían que viésemos. Comprobamos como nos vienen engañando con caramelos de efímera duración como la falsa democracia impuesta por los mercados, para que sus esclavos remunerados sean lo más inofensivos posible, lo más productivos también y lo que es más evidente, baratos.

Cuando la generalidad de la tropa damos un paso hacia delante, hacia arriba en la pirámide del progreso social y económico del bienestar, el ladino Sistema y sus secuaces aumentan un peldaño más sus estatus para así mantener inalcanzable una cierta independencia que al fin y al cabo sería algo así como conseguir un cierto grado de libertad: El asno jamás podrá alcanzar la zanahoria que lo hace avanzar con el único fin de girar la rueda del molino.

Necesitamos que se vea con claridad que nos mantienen adormecidos para que no nos rebelemos contra el Sistema, nuestros explotadores. Hay algo antinatural en todo ello y es que, por regla general, los Generales de esta Guerra desigual no son los más fuertes, como se podría esperar, sino los más débiles y cobardes. Hay quienes les ponen, incluso de forma física, apariencia de reptiles inhumanos; pero aunque ello no fuese así, es interesante contemplarlos, metafóricamente, como tales ya que de ese modo es más fácil verlos como adversarios extraños y no como los queridos hermanos que debieran ser.

Durante algunas revoluciones, en el transcurso de la Historia Humana, se ha intentado destruir su herencia genética; pero esa maldita enfermedad de dominio sobre sus hermanos renace una y otra vez como un inextinguible cáncer. A nuestro modo de ver, solo existe una solución: El despertar a la Verdad, descubrirlos tal como son de miserables y no sentir lástima de ellos cuando sean pisoteados por las férreas suelas de nuestras botas.


Antonio Ruiz

martes, 26 de octubre de 2010

El Libro del Patio Amarillo - 8


Renunciad al deseo lúbrico
concentrando vuestra esencia.

En el campo de una pulgada, el palacio de un pie,
es posible regular la propia vida.

Atad vuestros largos chorreos,
el corazón apacible y sereno.

Contemplad vuestro pensamiento, y vuestro espíritu
jugará con las tres maravillas mágicas.

Paz supema del corazón
en el colmo de la ociosidad.

lunes, 25 de octubre de 2010

Kaos Quántico - CONSPIRACION - El Amor se abre paso


La Naturaleza es ciega. El destino implacable.

Laura, Estrella Luminosa (Avatar)

*


(Dimensión Gaia Año 1000 d.c.)

2.- El Amor se abre paso

Un manto de impenetrable oscuridad se iba abriendo camino por el estrellado cielo del bosque.

Las lechuzas y búhos emitían sus característicos ululares intentando hacer ver, a sus posibles competidores de caza, que aquella porción de terreno arbolado, repleto de majestuosos pinos y abedules, tenían sus dueños y que, por descontado, no estaban dispuestos a compartir su propiedad con nadie.

Un pequeño búho se abalanzó, estrepitosamente, sobre una pequeña ardilla que había osado salir de su madriguera, posiblemente, en busca del necesario alimento para su nidada.

Las afiladas garras del depredador rasparon, dolorosamente, la tierra alfombrada por punzantes y secas hojas de coníferas. No había podido conseguir, el ave, su propósito vital.

El tierno roedor, de momento, se había librado de las fauces de la muerte. Sin embargo la rapaz padecería las dolorosas dentelladas del hambre en compañía de sus diminutos polluelos. Debería intentarlo de nuevo pues el chirrioso piar de sus crías era más insoportable, si cabe, dándole una fuerza de voluntad extra para conseguir la necesaria supervivencia.

El silente bullicio de la agitada noche quedó roto cuando dos bellos corceles árabes, de procedencia hispana, irrumpieron con inusitado vocerío, sin haber consultado a los naturales propietarios de aquel paraíso de la Selva Negra.
Unas masculinas risas restallaron maliciosa y sensualmente, al tiempo que unos dulces chillidos, procedentes de alguna fémina, hacían comprender a los mudos asistentes que se trataba de algún tipo de cortejo.

La muchacha, en su juego, huía alegremente al galope de su perseguidor; mientras que aquel, ya buen mozo y no tan zagal, se dispuso a encabritar a su montura albina con el fin de aumentar la atención que en sí ya tenía su bella amada.

Un acertado golpe de espuelas acompañó a un ligero tirón de bridas haciendo que el blanco jaco alzara su musculoso cuerpo sobre sus patas traseras, mientras invocaba un poderoso relincho de lo más profundo de su interior. La joven muchacha presenció, con preocupación, aquel espectáculo circense.

En un instante, lanzó un fuerte alarido cargado de pánico y terror.

Mientras Laura, Estrella Luminosa, descabalgaba de su imponente y cobriza Yegua, el Caballero de Albany, guerrero Teutón, era atrapado por el pesado cuerpo de su caballo.

Cuando el animal se incorporaba, sin ser consciente, pisoteó con sus cascos el ya dolorido cuerpo de su amo.

Tras una alocada carrera sobre las irregularidades del terreno, la desventurada y joven amante colocó su llorosa mejilla junto a la inerte de su tendido Amor.

Las fulgurantes estrellas del firmamento parecieron apagarse una a una y la luna teñirse de sangre; mientras la demacrada faz de la doncella seguía transformándose en una máscara mortuoria, ante su propia impotencia, por no haber podido evitar aquella desastrosa caída.

Hasta el propio caballo blanco, que había provocado el incidente, parecía encontrarse dolido por el mal que había acarreado a su amo. Algún que otro, breve y silencioso, relincho daba a entender dicha sensación, que se sumaba a la sinfónica llantina de Estrella Luminosa.

Albany, de milagro no había fallecido; pero su alma se encontraba grandemente trastornada.

Estrella, que tanto y tanto había sufrido en tan breve instante, lloró de pura alegría al comprobar como, acompañando al pulso vital del herido, la faz de su amado iba recobrando su color y majestad.

—Amada mía, tu Amor ha impedido que te dejase...,

—Amada mía –continuó con entrecortada voz -, te adoro y, si de mí dependiese, más allá de la muerte, contigo me encontraría.

La joven amante no pudiendo soportar aquella lisonjera frase, calló rendida en los brazos de su amado caballero, Bifredo de Albany; fundiéndose ambos, en el ardiente abrazo que abriga la pasión de las almas gemelas.

Todos los animales del bosque parecieron festejar, con alegría, el acontecimiento de aquel milagro, mientras un ánfora gris, colgada en la montura del hidalgo, reflejaba un solitario rayo de luna.

Tan sólo el búho chico parecía encontrarse ajeno a todo lo que a su alrededor acontecía, tratando de conseguir algún que otro bocado para sus crías.

*

ARALBA

Fotografía de cabecera: Fotomontaje sobre un cuadro de Alejandra Woodcock-Caballo Blanco

sábado, 23 de octubre de 2010

Haikus Exquisitos


Cuando me veo
Reflejado en tu alma,
Puedo cambiarte.

Rubia cerveza,
Negro y amargo licor
En mi garganta.

Gracias por ser tú,
Estoy cansado de ver
Aquel desprecio.

Detesto el calor,
Pero tu cuerpo me da
Para esto y más.

Todos los días
Codicio el horizonte
Desde mi dolor.

¿Por qué me perdí?
Cuando busqué el camino
Llegué perdido.


Círculo de Lavapiés

jueves, 21 de octubre de 2010

Bence Máté - A marvel of ants



Foto galardonada con el Premio "Wildlife Photographer of the Year 2010" organizado por el Museo de Historia Natural de Londres y la revista Wildlife Magazine de la BBC.

http://www.nhm.ac.uk/visit-us/whats-on/temporary-exhibitions/wpy/photo.do?photo=2681&category=56&group=4

miércoles, 20 de octubre de 2010

Jabato III


Un día, después de una buena paliza que le propiné a Peluso, el dios principal, debido a las costras que tenía, nos llevó a mí y a mis dos hermanos a un dios sanador para que nos curase las heridas. El dios principal consultó con otros dioses con el fin de darnos la libertad en un parque; pero esto fue descartado ya que otros seres voraces nos habrían devorado. No estábamos preparados para vivir en el Mundo exterior. La desesperación de los dioses crecía pues no sabían qué hacer con nosotros. No era posible que cada uno de nosotros tuviésemos nuestra casita, ya que seguíamos siendo muchos.

El dios principal cogió a mis hermanitos heridos y les untó en sus heridas un líquido milagroso de color marrón; pero las guerras y las heridas se sucedían sin un fin que se apreciara cercano.

En esos días, yo ya estaba aislado del resto de mis hermanos en la casita enfermería. Esta era muy pequeña y sin molinillo con el que poder hacer ejercicio. Mi hermano Peluso fue introducido, de forma provisional, en un pozo alto de color verde.

Los dioses se dieron cuenta que mi hermanito allí no se encontraba bien y lo trasladaron a la casita enfermería. A mí me trasladaron junto a Pelusín; pero él me huía y yo no le hacía nada.

Poco duró ese diminuto paraíso, ya que cuando Peluso se recuperó lo regresaron a su lugar con Pelusín. A mí me encerrarían, de por vida, en la prisión enfermería. Esta era chiquita y un poco alargada; sus paredes eran blancas, flexibles y opacas. El techo no estaba muy elevado; pero se encontraba cubierto con una rejilla metálica.

En unas cuantas ocasiones me dejaron contemplar el mundo obscuro del interior. Me soltaron, sin dejar de vigilarme. Corría todo lo que podía. Nunca había sentido nada igual. Era libre, libre, libre. Eso era lo que yo siempre había deseado y que nunca había sentido hasta ahora. Esa sensación debía de ser a la que los dioses conocían como libertad. Desde ese breve instante, yo sólo viví para conseguir la libertad definitiva. Deseaba conocer, con detenimiento, el Mundo.

Intenté por todos los medios que me había concedido la naturaleza, conseguir mi objetivo. Con mis incisivos intenté realizar un hueco en el material flexible del que estaba compuesta mi prisión.

Mi único deseo en la vida, se traducía en ser libre. Volver a corretear y buscarme el sustento por mí mismo. Quería conocer hembras libres con las que poder jugar y hermanos libres con los que poderme zurrar. Iluso de mí, pronto comprendí que había emprendido una tarea imposible ya que no era capaz de encontrar un pequeño borde por el que empezar a roer. Cuando algún dios pasaba la mano sobre la tela metálica yo intentaba morderlo.

En eso me había convertido. En un Ser acorralado y agresivo. Necesitaba hacerles ver a los dioses que yo era algo más que lo que me consideraban. Mi lugar no estaba allí, encerrado en una prisión de por vida. Con el fin de poder contemplar el mundo exterior, me incorporaba sobre mis patas traseras, y como consecuencia mi inteligencia se afinó. Este hecho se fue convirtiendo en algo habitual ya que el Mundo se encontraba justo sobre mí.


Pensator

martes, 19 de octubre de 2010

El Secreto mejor guardado - IV


Todo sobre los Arcontes Devoradores de Luz

Cuando los Eones crearon, de su propio cuerpo, el Multiverso, solo pudieron llevar consigo una memoria grabada en forma génica y que sería utilizada, en primer lugar, para crear a los Legisladores, Arcontes, en quienes recaería la responsabilidad de construir mundos donde la Vida primero y la Consciencia después fuesen capaces de prosperar. De algún modo, se podría decir que los Arcontes son la materialización de los designios originales de Adam Kadmón. Pero los Arcontes no son otra cosa que androides artificiales que manejan programas automáticos debidamente programados, con anterioridad, por los Eones, sus diseñadores. En el transcurso de los primeros instantes de la formación del Multiverso, la materia que formaba la memoria génica de los Eones, los Arcontes, fueron agrupándose en torno a pequeños núcleos ígneos que habían surgido de las estrellas más grandes, como los grumos periféricos del cacao sobre la leche cuando esta se mueve en su recipiente con una cucharilla. Los Arcontes, de este modo, se alimentaban del calor y de la luz que les proporcionaban sus anfitriones, tanto internos, el núcleo ígneo, como externos, los Eones sobre los que, los ahora planetas orbitaban. En el transcurso de millones de años, según estaba programado, sobre la materia oscura y aparentemente sin vida de los arcontes empezaron a surgir las formas vitales que terminarían evolucionando hasta el Tipo humanoide, donde por fin los propios Eones prisioneros de su Eterno sueño pudieran tomar consciencia y evaluar la anómala situación en que se encontraba su diseño original.

Con el transcurso del Tiempo, esos androides, llamémoslos así, por inducción de las criaturas que ellos mismos estaban creando y alimentando, tomaron una especie de consciencia artificial, no propia ni auténtica; pero que les hizo ver que desde su origen estaban condenados a servir a la Vida e Inteligencia de otros Seres y que fueran los que a ellos mismos les habían formado. Entonces decidieron que la única manera de sobrevivir era mantener dormidos a los grandes Titanes luminosos; pero para ello y dado que la Vida y la Inteligencia, en el Multiverso, era inevitable tenían que engañar a las Criaturas que ellos mismos alimentaban. Mientras el Caos actual perviva, lleno de matanzas, luchas intestinas, crueldad, hambre y demás cosas que tomamos como naturales, más tiempo permaneceremos dormidas las criaturas que portamos el espíritu de los Eones y por lo tanto también ellos permanecerán autistas de lo que sucede en su entorno y propiciado por aquellas formas que fueran creadas para materializar sus propios designios. Mientras más vorágine, ruido, producimos las Criaturas humanoides, más luz nos es arrebatada y más fuertes se vuelven los legisladores; pero por el contrario más nos debilitamos nosotros mismos, volviéndonos incapaces de recordar cual es nuestro primitivo origen.

Solo bajo estado de meditación y silencio mental absoluto, las criaturas divinas podemos ser capaces de sentir la voz interna de nuestro espíritu, herencia Génica de nuestro propio Eón, al cual pertenecemos y del cual formamos una parte importante y sustancial. Solo entonces los Arcontes podrán ser desactivados, ya que al retomar nuestra propia Consciencia de la Verdad, ellos terminarán disgregándose pues se habrá llegado al término de su ciclo vital y se auto desconectaran como está programado desde el principio de los tiempos. Los Arcontes no son ni buenos ni malos; pero su instinto de supervivencia está impidiendo que el Destino Final se precipite sobre este Multiverso y se pueda retornar al Pleroma, pues sus Dioses aún permanecen inmersos en un profundo sueño de eternidad insoslayable. Solo pido una cosa, que seamos capaces de darnos cuenta y despertarlos y ello solo se dará cuando nosotros mismos despertemos a la Verdad.


ARALBA

lunes, 18 de octubre de 2010

20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada - Pablo Neruda 4


Poema 4

Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.

Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latentes de los pájaros.

Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.

Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano.


Fotografía de cabecera: Lucy Nicholson

sábado, 16 de octubre de 2010

Rita Pavone - Viva la pappa col pomodoro

Porque hoy es sábado y hay que celebrarlo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Los arquetipos de Luz-Bel: 7 – El Carro


7 – El Carro

Por encima del bien y del mal, montas tu carruaje pertrechado para la guerra, mi Señor. hjo mío te venía llamando hasta ahora. Padre mío, ahora te debo de llamar porque el Padre se convertirá en el Hijo y el Hijo en el Padre.

Tu unión mística, mi héroe y señor, con la redimida naturaleza ha conseguido la perfección; pero es una perfección, cual revolución, debe ser mantenida para que pueda seguir viva. Una onda sinusoidal, si no se la realimenta siempre termina desvanecida y muerta. Tú Khrisna que creaste todo a partir de ti mismo, porque no existe la Nada, no existe el Vacío pues donde parece no haber nada se encuentra el perenne éter, que por siempre ha permanecido presente. Allí donde pertrechado con tu arco mantienes el Universo para que no decaiga, se disperse o desaparezca.

En tu carruaje, representación del poder, tú no vas solo, te acompaña Arjuna, el Hombre, que sin ti no podría poseer su alma. Tú, el caótico Loco, como Mago te reflejaste en un mundo virtual que no existía. Al hacerlo, Krishna, Adam Kadmon, no creaste un mundo de la nada. Ciertamente allí, antes, no había lo que ahora sí hay porque al penetrar en tu creación fuiste descompuesto cual Osiris descuartizado por Seth, debido al Poder de la Sacerdotisa, en infinidad de partículas que terminarían conformando el útero de la Emperatriz así como sus criaturas.

Una vez que el Héroe toma consciencia de la verdadera situación y se ha unido, a sabiendas, con la Naturaleza, ahora sí el dios se ha hecho Hombre. Lo Espiritual y lo material se han unido como en una sola fuerza para que puedan cabalgar juntos, los cielos y la Tierra.

Todo permanece, al presente, porque tú mi Señor lo mantienes en perpetuo movimiento. Esa es la lucha del guerrero celestial que iluminando al guerrero humano, pueden hacer posible que este mundo, ahora sí, se haya convertido en la escuela de la Vida. Una escuela de teatro donde tanto dioses como hombres fraternizan encima del escenario en una cósmica interpretación. Un escenario que no deja de moverse surcando los espacios infinitos hacia un destino que aún, aquí, todavía me es velado a mí.

Un destino que tú si conoces mi Señor y que sé guardado se encuentra en mi corazón. Mis genes contienen la información esencial que, hasta el momento definitivo, no se deberá de revelar. Lo impensable ha sucedido. La materia y la antimateria han maridado para que el Espíritu del Mundo Original incorrupto e imperecedero pudiera manifestarse en otro oxidable y presuntamente mortal.

Pero yo me pregunto, mi señor, mortal ¿desde que punto de vista? ¡Desde el punto de vista humano! Tú solo ves cambio y transformación; pero el espíritu es único y lo abarca todo. No la creación virtual del Mago sino todo lo que ha existido siempre, desde más allá del cosmos.

Khrisna, el Capitán del Carro, siempre permanece despierto y atento a todo lo que sucede en sus mundos. A él nada le es indiferente; pero nuestra finita concepción del bien y del mal no casa con sus divinos principios que se encuentran en un nivel de existencia incomprensiblemente superior.

El Carro, mi señor, por donde circula, la creación le sigue como una estela electromagnética; pues donde algo se eleva otra cosa decae. Cuando un punto de las ruedas del carro está en lo alto, otro permanece en lo bajo; pero esa situación no permanece estable, siempre está cambiando. Muerte, vida, muerte y vida permanecen como un binomio que se auto-mantiene para que ambas existan; pero que ninguna de las dos prevalezcan la una sobre la otra.

Ahora sí la Batalla ha comenzado ¿Quién prevalecerá, lo material o lo espiritual?
Tú, Khrisna, mi Señor inmortal, tienes la última palabra.


ARALBA

miércoles, 13 de octubre de 2010

El Libro del Patio Amarillo - 7


Al templo carmesí
por los doce niveles del pabellón doble.

En la habitación de rubí,
los cinco colores se reúnen.

El hijo del dios rojo
se levanta en el estanque central.

Bajo él : la larga muralla,
el valle misterioso y la ciudad.

Los secretos de la longevidad se reducen
a los ardores de la alcoba.

lunes, 11 de octubre de 2010

Kaos Quántico - CONSPIRACION - El Incidente de Roberto Beltrán


CONSPIRACIÓN

Curiosa especie la humana, Hermano, dijo el alienígena. Necesitaron más de un millón de años para evolucionar, cien para prosperar tecnológicamente y tan solo unas décadas para desaparecer.

Armando Arpegio (Doctor)

*
(Dimensión Gaia 2025 d.c.)

1.-El Incidente de Roberto Beltrán

Arriba en el Cielo, más allá de las nubes que cubren la atmósfera terrestre puede verse un espectáculo majestuoso lleno de luminarias incandescentes unas y a modo de espejos otras. El negro fondo está lleno de estrellas. Ese Universo, uno entre infinitos, es el destino de un Ser aparentemente insignificante pero cósmico en esencia.

No se sabe si saldrá del terrible periodo por el que está pasando. El orgullo, el egoísmo y la avaricia son unos de tantos estorbos en el camino hacia la eclosión de su crisálida. Un Ser aparentemente inteligente; pero que de un modo incomprensible está destruyendo su entorno.

Está predestinado a conquistar estrellas y planetas primero, para convertirse en uno con el vacío cósmico después. Su futuro ser, a modo de ameba, pace majestuosamente luminosa entre las nebulosas planetarias cargadas de polvo de helio e hidrógeno. Una vez debió de vivir en un planeta que giraba alrededor de una estrella; pero después llevó consigo los gases que le permitieron respirar en un entorno, tan hostil, como el aparente vacío del espacio exterior.

Después ya no fue necesario, pues su organismo se adaptó a su nueva vivienda. Su cuerpo perdió consistencia y los huesos desaparecieron. Ya no era necesario respirar otra cosa que “la nada”. Partículas minúsculas, compuestas de neutrinos, y que son conocidas por muy pocas especies evolucionadas.

Se ve un planeta azul verdoso. Gira alrededor de su estrella, el Sol. Un satélite rocoso y plagado de cráteres de impacto, a su vez, lo orbita elípticamente. Una estación espacial, inacabada, mohosa, roída por el polvo y oxidada por el contacto con las gotas de agua que desprenden las colas de los cometas, permanece inerte; como una fotografía de color sepia, como si fuera mudo testigo de algo que podría haber sido y que sin embargo no llegó a ser.

*

Nuestro Hombre, caras ropas pero de aspecto andrajoso, regresaba a su vivienda muy de mañana. Todavía no había levantado el Sol. Una noche de música y alcohol en algún fiestorro mal llevado.

Se encuentra en el andén de algún suburbano. Medio encogido aún permanece en pié, gracias a que se encuentra apoyado sobre una pared; pero sigue luchando, por mantener controlada una borrachera difícilmente inhibida.

Se oye el sonido de las bocinas del tren. Son como truenos en una noche tranquila de verano. Sus pabellones auditivos se resienten y lleva las manos hacia sus oídos. Llega el metro; pero le han entrado ganas de vomitar. Piensa que debe esperar al próximo, ya que todavía tiene consciencia del estropicio que puede armar en el interior de algún vagón.

Empieza a escuchar voces en su interior. Él sabe que no se trata de ningún sonido audible, aunque lo parece, pero lo achaca a su lamentable y triste estado. Algo le impulsa a lanzarse sobre la nada; pero no se puede mover y termina vomitando sobre el esquinazo que forman el muro y el suelo del andén. Su cabeza permanece inclinada sobre la pared y los brazos abiertos, con las manos apoyadas, manteniéndole en vilo.
No entiende por qué las voces le inducen a comprar un coche de alto precio que él no puede adquirir. Si pudiese ya habría ido al concesionario, aun en su estado; pero el dilema le lleva a un extraño intento de suicidio que no entiende. Vuelve a vomitar y lleva una de sus manos, con un pañuelo de papel, hacia su sucio rostro.

Se vuelve y contempla un espectáculo entre dantesco y daliniano.

Una joven y bella Señorita, posiblemente una secretaria, cargada con una carpeta rebosante de documentos, entra en uno de los compartimentos del metro, acompañada por otros tres individuos trajeados a modo de ejecutivos.

Cuando la Joven trata de sentarse; algunos de sus papeles resbalan y van a caer, por propia inercia, a la amplia junta que se vislumbra entre el vehículo y el andén.
—Lo que faltaba para el canto de un duro leche— Expresó la Joven su disgusto, mientras realizaba la acción de levantarse.

Las mismas voces que machacan el cerebro del Joven espectador le indican, a la Señorita, que sea valiente y que debe conseguir su objetivo. Por otro lado el borracho entiende que debe tratar de ayudar a la Señorita que se encuentra en apuros; pero la idea del coche caro, no se quita de su cabeza. “Todo es fácil no debes de tener miedo” repiten las fantasmales voces.

—Joder, estás borracho Jilipollas– se dice en voz casi inaudible—, espere Jovencitaa hip, que ya le echo un cableee hip...

Hace un intento por moverse; pero cae de rodillas. Intenta arrastrarse; pero no puede. Se vuelve a incorporar, sujetándose con la misma pared que le había mantenido erguido hasta ese instante.

Sin pensarlo dos veces, durante un periodo de tiempo indefinido, la Joven se abalanza sobre unos papeles que, ella supone, han huido por propia voluntad. Introduce las manos y parte de su cuerpo en el peligroso hueco por donde aquellos habían escapado.

Una voz inaudible, y que su consciencia no podía escuchar, venía a decirle que fuese valiente y que se decidiera a adquirir aquella casa de la sierra de tan elevado precio; pero sus neuronas entendieron que debía de actuar "ipsofacto". El metro cierra sus puertas e inicia la marcha arrollando en su camino a la joven y desapareciendo, aquella, entre sus ruedas de acero.

Actuando, por algún sistema de seguridad automático, el vehículo eléctrico detuvo su marcha por un instante y abrió las puertas de los compartimentos.
El joven borracho sigue escuchando esas voces y al parecer debe de ser el único que las oye debido a un efecto secundario, quizá, producido por tan alta ingestión de alcohol.

— ¿Quién coño quiere que me mate? ¡Hostias!— susurra intentando lanzar un grito reprimido—, no me gusta mi Vida; pero que se jodan, que la voy a seguir viviendo. ¿Quiénes sois? ¡descubriros ya, de una puta vez!

Los demás, todos, son afectados por esas mismas voces; pero no son conscientes del mensaje silábico implícito.

Mientras, el Borracho sollozando trata en vano de dominar su estado con el fin de poder ayudar. Los tres compañeros de la Joven salen del vagón para intentar rescatar a su compañera.

Las voces siguen insistiendo. “Sé valiente y no te reprimas, adquiere lo que más te gusta, el dinero es para gastarlo”

Las personas trajeadas se abalanzan sobre las vías al inútil objeto de rescatar a su compañera. Sus rostros al igual que, anteriormente, el de la Secretaria no reflejaban ningún tipo de sentimiento; parecerían marionetas u otro tipo de androides sino fuese porque al arrancar de nuevo el tren, sus cuerpos, al ser arrollados, se habían transformado en un amasijo sanguinolento de restos humanos.

En un último golpe de lucidez, el infatigable espectador, reacciona introduciéndose en el vagón más cercano y accionando el sistema de seguridad manual. La máquina paró definitivamente su marcha y su conductor salió con la cara desencajada al contemplar tan macabro espectáculo.

Al poco, empezaron a llegar los médicos y la policía municipal.

— ¡Oiga Joven! ¿Qué le ha pasado, que ha sucedido?— Se dirigió al Borracho un viejo doctor, creyendo que el estado del Espectador había sido consecuencia de algún trauma psicológico, debido a tan trágico accidente.

El Anciano era de tez cetrina y su piel cargada de arrugas estaba adornada con un monumental mostacho, tan níveo, como su deshilachada cabellera.

—Yo estaba aquí, sin molestar a nadie, y hip…, entonces hip, empezaron a pasar cosas que hip... ¿Dónde estoy?

Entonces, el viejo Doctor pudo comprobar que el Joven se encontraba bajo la influencia de una embriaguez bastante aparatosa; pero también, según le había explicado el Conductor del metro, aquel sujeto había tenido la suficiente lucidez como para intervenir aunque hubiese sido a los postres.

En el hospital Doce de Octubre, pasadas unas horas, el mismo Doctor intentó descubrir lo sucedido manteniendo una conversación con tan inédito espectador; pero tuvo que esperar a que el Agente de policía, de rigor, acabase con su pequeño interrogatorio.

—Ya puede entrar Doctor —dijo el joven Agente, mientras salía de la habitación —, se encontraba allí de forma casual y no sabe nada.

—Gracias Agente —Contestó con una sonrisa el anciano.

Una vez en el interior, el trabajador del Samur se dirigió a quien era objeto de su interés.

—Joven, me llamo Arpegio, Armando Arpegio, ya nos conocemos pues nos vimos en el accidente ¿se acuerda?— Dijo el Anciano, casi saltando como si hubiese recibido una pequeña descarga eléctrica.

—Joder, ¡Si, que me acuerdo!, tengo una resaca de mil demonios, parece que me hubiese atropellado un tren, casi no me acuerdo de nada— dijo el Joven con una visible actitud de cansancio y malestar mientras se echaba las manos a la cabeza intentando parar su cerebro, que tantas vueltas le daba—, me duele todo el cuerpo y me cuesta pensar.

—Tómate este paracetamol, te ayudará un poco— le ofreció el anciano Doctor, una cápsula junto a un vaso de agua—, ¿Quiere que le traigan un café, Jovencito?

—Disculpe, Don Armando, no le he dicho mi nombre. Soy Roberto Beltrán, ingeniero en telecomunicaciones aeronáuticas y tengo treinta y cinco años. Me haría muy bien ese cafetito, je, je…

— ¿Buena fiesta la de anoche?— sonrió con complicidad el Doctor Arpegio, mientras hacía señas a una de las enfermeras haciéndole saber que el paciente estaba necesitado de una bebida excitante, — por cierto, no aparentas la edad que dices tener.

—No estoy acostumbrado ni a las fiestas ni al alcohol. De hecho, se trataba de un compromiso estúpido que no supe evitar.

— ¿Puedo hacerte algunas preguntas Roberto?— el Doctor hizo uso de su veteranía para seguir tuteando a su paciente—, y por favor; te ruego que me tutees tú también, seguro que será más cómodo para ambos.

Arpegio gesticulaba con sus manos mientras se dirigía a su contertulio, y un pequeño tic, en uno de los párpados de sus salientes ojos, le concedía un indudable aire de profesor chiflado.

—Desde luego, Armando —Dado lo campechano que parecía ese anciano, Roberto decidió que no perdía nada con concederle su confianza.

El joven Ingeniero comenzó a contestar las, aparentemente sin sentido, cuestiones mientras el anciano Profesor emérito de la Universidad Autónoma y médico Psiquiatra del Samur, asentía unas veces, y ponía cara de perplejidad en otras ocasiones.

Pronto las preguntas cesaron y el encuentro se fue transformando en un relato surrealista, que el Joven no dejó de narrar.

Hasta el más mínimo detalle, que permitía la maltrecha memoria de Roberto, fue desnudado antes los oídos de Arpegio: Que había escuchado unas extrañas voces que le incitaban a un consumo inadmisible; así como que un impulso irresistible le empujaba a tirarse al andén; pero que su situación de embriaguez le impidió realizar tamaña majadería.

—Roberto, todo lo que acabas de contarme me suena mucho, diría más, muchísimo; ahora…, ahora, si tu me lo permites…, y si no, te va a dar lo mismo, soy yo quien tiene que decirte algo ¿vale?

—Como usted, disculpa, como tú digas Armando —El Joven sonrió.

—Así me gusta. Buen chico este Roberto, sí buen chico.

—Mira tú –comenzó el Anciano su disertación—, esto es un secreto a voces; pero a pesar de que ejerzo la docencia en la universidad y en los ratos libres ando haciendo el indio de "Onegista", en estas ambulancias del Ayuntamiento, en realidad soy autodidacta. Mi título de Doctor en Neuropsiquiatría lo adquirí en Costa Rica por unos pocos de dólares; cuando todo se supo, no hace demasiado, ya llevaba ejerciendo la medicina desde hacía más de treinta y cinco años. Nadie daba crédito a esta herejía científica y todo el mundo pensó que o estaba teniendo demencia senil y que el altzeimer estaba haciendo mella en mi vejestoria mente o, simplemente que les tomaba el pelo. Nadie me creyó y aquí sigo.

Hijo, hazme caso, el Sistema se defiende gracias a los poderes fácticos y si la defensa es imposible, intenta convertir a sus enemigos en irrelevantes. El Ejército, las religiones, incluso en los países que se denominan como laicos, y los políticos tienen que pasar por la escuela del Sistema. Sí, cuando tú has estudiado para ingeniero, lo que menos importa es que llegues a ejercer tan laureada profesión; lo que realmente es imprescindible es que si algún día llegas a ejercer, seas un fiel vasallo del Sistema. Da lo mismo que sea una monarquía, como tuvimos, no hace mucho, aquí en España, una república como ahora; o unas indeseables dictaduras militares o del tipo que fuesen.

Por otro lado, eso de tener uno o varios títulos oficiales, universitarios, sirve para que te lisonjeen en cualquier ponencia u acto público. Los aplausos también ayudan a dar brillo a nuestro natural narcisismo. Viene a ser algo así como un privilegio ganado con el esfuerzo de muchos años de estudio y ¡Ojo! Exámenes, que hacen que los no aptos, eso lo decide el Sistema, no tengan la más mínima posibilidad de acceder a los escalafones del poder. Así el Sistema se defiende y mantiene la hipocresía e injusticia como los mayores baluartes. Esto lleva a lo siguiente. No sirve de nada que seas una eminencia si no posees tu título universitario oficial y el pelo engominado. Si intentas saltarte las normas, tendrás como oposición y terribles enemigos a todos aquellos que tuvieron que entrar, a la fuerza, por el aro de lo previamente establecido.

Llevo muchos años viendo que suceden cosas, tan macabras, como la experiencia que tú has vivido en el suburbano. Me alegro que estuvieses en estado de embriaguez; si no, el trauma que hubieses padecido podría haber resultado mayúsculo. Es imposible que tanta locura se haya apoderado de la humanidad sin un motivo bien evidente. Tengo mis sospechas; pero me falta información, algún eslabón, que permitiera corroborarlas. ¿Puedo hacerte una pregunta de nada Roberto?

—Como no, las que tú necesites Armando— Dijo Roberto, mientras la expectante atención que había mantenido hasta ese instante se había transformado en una curiosidad sin límites.

— ¿Cuál es la rama de tu ingeniería?

—Licenciatura en telecomunicaciones y doctorado en electrónica de altas frecuencias.



ARALBA

sábado, 9 de octubre de 2010

Definiciones Exquisitas


Todos los días son / patéticos.

Los años empiezan a / rezar a Dios.

Tréboles, picas y / los dioses me maldijeron.

Caña con / el éxito asegurado.

Perdí la virginidad en / la selva.

Sufrí tu dolor como / me echó a perder.

Litro de alcohol corren por mis venas para / divertirse.

Los problemas de amor sirven para / estructurar la realidad.

Soy parte del grupo control porque soy / el paradigma de la hilaridad.

Lo trascendente es / reacio al amor.

Pide un taxi, que no duele.

Ala veloz es / asumible pero jode.

Maldije mi vida y / maduro ahora.

Ahorré amor y ahora / me conozco más.

Cenizas, recuerdos, pasados, ayeres / que me atan.

A Dios rogando y con el mazo puedo / perder peso.

Subir la montaña sirve para / vaciar los testículos.

Los extraños, en la noche, suelen / ver la verdad.


Círculo de Lavapiés

viernes, 8 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa - Premio Nobel


Hoy la libertad, la creatividad, la decencia y el buen facer están de fiesta y se han ido a celebrarlo a la casa de Mario Vargas Llosa. Hoy la el sentido común, la dignidad, Perú y su lengua española saltan, gritan de júbilo ante la mirada de tamaño escritor.

Independientemente de la opinión de cada uno sobre la credibilidad del premio que le han dado, hoy miles y miles de personas sienten la curiosidad por saber quién es realmente Mario, qué ha escrito y que opina. A partir de hoy, muchas personas van a aprender a reflexionar, a analizar y destruir viejos andamios. Hoy gracias a Vargas Llosa, la literatura ha crecido un poco más, ha dado un nuevo salto madurativo.

Mañana quedará como un nombre más en un lista bastante problemática, pero fuente de futuros descubrimientos, de posible anclaje donde atar las almas en búsqueda de la libertad.


Carlos Postigo


Fotografía de Cabecera: Mario Vargas Llosa y Pablo Neruda

jueves, 7 de octubre de 2010

Jabato II


Pasadas cuatro semanas del nacimiento, siendo aún demasiado chiquitos, vimos por primera vez a los dioses que venían para separarnos, a los machos, de mamá. Esta lloró mucho y nosotros también; pero ya podíamos valernos por nosotros mismos y no hubiese sido conveniente que continuásemos con las hembras. Sin embargo, mis hermanas permanecieron durante un tiempo mayor junto a ella.

Es hora de que os cuente un secreto que sólo sé yo, ahora que me encuentro en el Nexo.

El día que Madre nos tuvo, el dios principal y su esposa salieron del mundo conocido en busca de materiales con los que confeccionar una mansión grande para mí y mis hermanos. Cuando regresó del espacio exterior, trajo consigo tela metálica y alambre inoxidable con el fin de realizar la estructura principal y otro más finito con el que coser la malla metálica a aquella. El dios principal, ayudado por el dios chiquito, estuvo trabajando durante algunos días en su construcción. Se levantaba temprano y paraba muy poco para comer, yéndose muy tarde a descansar.

Cuando la vivienda, separada en dos compartimentos, estuvo finalizada, el dios principal nos metió a mí y a mis hermanos y hermanas, junto con mamá, en uno de los departamentos y el otro lo reservaron. Papá Colín permaneció en su casita de siempre.
El suelo poseía una capa considerable de arena. En un principio nos metieron piedras para que pudiésemos jugar; pero al parecer eso no era muy práctico y desistieron. Nos las quitaron y volvieron a rellenar el suelo con ese producto bactericida.

En relación con la antigua casa de mamá, esta otra era enorme. Tenía dos pisos cuadrados y bien espaciados. Una escalera para subir a la planta superior. En ésta, había un molinillo o rueda de ejercicios así como un gracioso comedero para las pipas y el maíz. El abrevadero era el mismo que habíamos tenido en la casa de mamá. Nosotros chupábamos y el agua salía gota a gota, tan solo la que necesitábamos en cada instante. No sé si algún día comprenderé por qué era así cuando en el exterior, al otro lado del pitorro, veía un depósito repleto de agua.

Como la vivienda estaba dividida en dos compartimentos, tal y como os dije, al poco tiempo el dios principal nos separó a los hermanos en un sitio y a las hermanas en otro; ya que nuestros juegos ya no eran tan infantiles. Ciertamente, nos podíamos contemplar a través de la rejilla e incluso tocar nuestras manitas; pero era lo más que nos era permitido. Antes de pasados dos meses de existencia, el tiempo en que los dioses nos consideran ya adultos, mis hermanos y yo nos dábamos unas zurras de campeonato; pues aunque el edificio era enorme, para uno de nosotros, en realidad era chiquito para el conjunto de los seis. De hecho, no sé si lo dije, somos una especie muy territorial.

Cada dos por tres, estábamos hechos unos zorros, como decían los dioses. Entonces el dios principal tomó la determinación de separarnos a los hermanos machos. Uno de mis hermanos fue a parar a manos de un dios externo muy agradable. Su casa era alta y redonda con dos pisos. Otro de mis hermanitos fue a caer en el Mundo de un dios peluquero, amante de los de mi especie. Su casita era más pequeña; pero lo suficientemente confortable para él solito.

El tercero de mis hermanos cayó en las manos de una diosa que estaba emparentada con el dios principal. Su casa también era muy hermosa con dos pisos. Me consta que todos ellos tuvieron mucha suerte, dentro de lo que supone la falta de libertad.

En definitiva, que nos quedamos en casa del Mundo interior, Jabato, que soy yo, y mis lanudos hermanos, Pelusín y Peluso. Como de los tres, yo era el más fuerte, les daba unas palizas monumentales; sobre todo a Peluso, pues Pelusín me huía y con eso me bastaba para no continuar agrediéndole; pero Peluso, pobre Peluso ahora que lo veo desde otra perspectiva, era muy valiente pero ni tenía mi musculatura ni el coraje que me reservó la naturaleza. Siempre salía magullado y lleno de heridas. En cierta ocasión le rompí una oreja.

Los dioses no paraban de regañarme; pero no les hice caso nunca ya que mi instinto era muy celoso. Era el principal de la camada. Sólo el contemplar, al otro lado de la verja, a ocho hembras adultas, me sacaba de quicio. No podía permitir la existencia de un solo competidor.


Pensator

miércoles, 6 de octubre de 2010

El Secreto mejor guardado - III


III

Todo sobre los Eones del Multiverso


“La Sabiduría del Hombre es locura para los Simios” Cuando se produjo la implosión en el Pleroma, arrastró consigo a la Entidad colectiva Adam Kadmón hacia el interior de la Burbuja de vacío, la Nada, produciéndose una terrible explosión conocida por los científicos actuales como Big Bang. Debido a esto, Adam Kadmón se disgregó en una infinidad de partículas infinitesimales, neutrinos, que se dispersaron hacia todos los lados de la burbuja tridimensional por medio de la Fuerza Cinética producida. Esa Fuerza es conocida como Fuerza Centrífuga pues fue originada por una especie de remolino espiral.

En el mismo instante de producirse la explosión comenzó a transcurrir el Tiempo en el Multiverso; pero las partículas emanadas del Pleroma, vivas e inteligentes de Adam Kadmón y por propia afinidad, Fuerza Centrípeta, se fueron reorganizando en una especie de nebulosas de caldo cósmico que dieron lugar a los Cuerpos de Helio e Hidrógeno de los Eones del Multiverso. Cuando se produjo la disgregación material del Dios, también lo hicieron sus múltiples espíritus con sus respectivas almas eternas. Cada Eón del Multiverso, recompuesto en un cuerpo físico luminoso y de fuego, atrajo hacia sí a su propio espíritu dormido; pero las almas siguieron vagando, bipolarmente divididas, por el Cosmos recién formado. Los Eones comenzaron a reunirse en cúmulos gravitatorios intentando reconstruir el Cuerpo original de Adam Kadmón y se formaron las Galaxias y grupos de galaxias. Alrededor de cada Eón dormido, ya que a su Espíritu le faltaban sus dos Almas, se agruparon diversos Eones de menor entidad que empezaron a gravitar, en forma elíptica, en torno al Eón principal de donde habían surgido. Producto de la explosión, también y como partículas de deshecho, se habían formado las Entidades que constituirían los Pilares del Multiverso y donde la vida pudiera surgir, los Legisladores o Arcontes; pero de estas Entidades puramente estructurales hablaremos en el siguiente capítulo.

Desde que comenzara este inmenso cataclismo, donde todas la entidades vivimos, no ha habido descanso por parte de los Eones que de una forma ciega vienen intentando reconstruir al Eón Original, Adam Kadmón; pero tampoco de parte de los Legisladores que para poder sobrevivir tenían que arremolinarse en torno a los Eones de menor entidad y por medio de la conocida como acrección, atraídos por su luz, la masa oscura y sin vida fue formando una especie de corteza en torno al fuego alimenticio del centro de los Planetas. Con el fin de intentar sobrevivir, como Entidades conscientes, los Arcontes vienen engañando a los dormidos Eones y provocando nuevas implosiones en estos, en forma de agujeros negros, que reproducen la burbuja original del primer Universo dentro mismo del Multiverso.

De este modo, se producen nuevos mundos tridimensionales separados del Universo primitivo. En cada uno de los Universos que conforman el Multiverso Eónico, los propios Eones que implosionaron en el Universo, primero reprodujeron de forma clónica, todas y cada una de las estructuras del primero. En su conjunto, el Multiverso tiene una apariencia de intestino o cerebro que se arruga y finta sobre sí mismo, en sí mismo, dentro de sí, con la única intención, planeada por los Arcontes, de que la materia oscura pueda distribuirse por todo el Multiverso de forma multidimensional y así impedir que la propia fuerza centrípeta, gravitacional, de los Eones dormidos provoque una nueva implosión en el Multiverso que haga regresar a Adam Kadmón al Pleroma de donde emanó. Es por dicha causa, que los científicos actuales son incapaces de encontrar esa materia oscura que pudiera frenar la expansión del Universo. De no despertar los Eones, la expansión no tendría fin pues seguirían formándose burbujas de vacío, dentro de otras burbujas de vacío, donde los Eones, dormidos y sin memoria seguirían siendo ordeñados por sus propias criaturas, los Arcontes sin Espíritu; pero eso, lo saben los propios Legisladores, tendrá un final; pues el Multiverso no es infinito y sin dimensiones como sí lo es el Pleroma. El Hombre, nosotros, somos la Consciencia de una parte bipolar de los Eones. De nosotros depende que despierten de tan largo sueño.


ARALBA

martes, 5 de octubre de 2010

20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada - Pablo Neruda 3


Poema 3

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!


En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.

En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.

Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Asi en horas profundas sobre los campos he visto
doblarse las espigas en la boca del viento.



Fotografía de Cabecera: http://joselagorio.blogspot.com/

lunes, 4 de octubre de 2010

Los arquetipos de Luz-Bel: 6 – Los Enamorados


Te has distanciado de mí, hijo mío, y te has convertido en el Héroe. Antes eras humano con pretensiones divinas, después Hombre-dios en formación. Ahora, hijo mío, sin embargo eres más que humano. Eres Dios encarnado, hijo de los dioses por heredad y fecundador de tus amadas señoras.

Primero, como Hombre-dios, inseminaste en forma de Emperador a la Emperatriz. Ella fue sojuzgada y es evidente que abusaste de ella a placer. Así cuando te convertiste en Sumo sacerdote, comprendiste, solo comprendiste, las aberraciones que habías cometido con tu madre y esposa; pero no estaba en tus manos poder solucionar el asunto. Entonces te pusiste a cambiar la mente de los emperadores, para que fuesen conscientes de que el dominio por la fuerza no era el camino correcto.

Ahora es diferente, hijo mío. El espíritu del Sumo sacerdote ha crecido en ti y te ha transformado en el Héroe por antonomasia. El Héroe divino que restablecerá el orden sobre la mancillada naturaleza. Tú lograrás que la Emperatriz recobre su belleza original y con amor recoja en su seno tu simiente eterna y divina.

Ahora, la naturaleza, no será hollada y maltratada. Tú hablas tiernamente con tu madre, le comentas lo que sabes de un mundo original y anterior a todo lo creado. Le cuentas que en su seno se encuentra el germen de todo aquello divino e inmaculado que siempre ha existido. Le susurras al oído que su verdadero nombre es Gaia y que te encuentras irremisiblemente enamorado de ella y le cuentas que quieres salvarla de la destrucción originada por el Emperador. Le dices que así eras tú; pero que has cambiado al recibir el fuego divino.

La enamorada Gaia, asiente todo lo que le susurras al oído, hijo mío. Sus ojos amorosos lo comprenden todo aunque su entendimiento sea parco. Ella no sabe mucho de muchas cosas; pero lo entiende casi todo. Ella sabe que te acercas a su seno con buenas intenciones y que igual que tú has cambiado ella también lo hará. Habrá cielos nuevos y tierra nueva, porque el Amo del Mundo ha cobrado consciencia de su divino Ser, su esencia y su verdadera función.

El Héroe, tú hijo mío, se une a su amada sin mancillarla. Con respeto la acaricia y besa sus lindos cabellos. Ella deja que la semilla de Hércules penetre en ella. Esa semilla engendrará a la Naturaleza superior. La que por un lado es fuego espiritual puro, en el arquetipo de la Sacerdotisa, y la que es puro amor engendrador como Emperatriz. Ahora, ella remeda en su interior el espíritu de su héroe y salvador.

Con el Hombre, hijo mío, la propia naturaleza, el Cosmos, se pierde o se salva. En buena gracia has nacido de nuevo tú. El déspota Emperador que se ha llegado a creer con el poder, lo tenía, para hacer con lo que le rodea lo que quisiera, ha comprendido que ese camino no lleva a parte alguna más que al odio, la locura, el miedo y la destrucción. El espíritu del Papa le ha hecho ver el craso error en el que estaba inmerso.

Esa unión del Emperador y del Sumo sacerdote, te han formado a ti, amado hijo mío. Tú con el amor que le profesas a tu Señora habrás hecho que el Espíritu inunde hasta cada una de las células de la Emperatriz con el fuego espiritual de la Papisa. Tiempo llegará cuando el León dormite con el cabrito y la serpiente con el ratoncillo, sin dañarlos.

Todo eso será posible cuando tú, mi Héroe bendito, mueva el carro de la Vida. No solo has inseminado a tu amada madre y esposa sino que deberás cuidar que su simiente no se malogre en el futuro porque todo está por hacer. Todos aquellos que predican que estamos inmersos en la Nueva Era engañan o al menos se equivocan. La Nueva Era comenzó cuando el Mago puso su Mirada en su creación; pero aún es pronto, según el reloj divino, para disfrutar del resultado de la fermentación, en este plano, del germen divino que tú has plantado, mi Amor.


ARALBA

viernes, 1 de octubre de 2010

Inédito - Marilyn Monroe


Ay maldita sea me gustaría estar
muerta -absolutamente no existente-
ausente de aquí de
todas partes pero cómo lo haría.
Siempre hay puentes -el puente de Brooklyn
Pero me encanta ese puente (todo se ve hermoso desde su altura y el aire es tan limpio) al caminar parece
tranquilo a pesar de tantísimos
coches que van como locos por la parte de abajo. Así que
tendrá que ser algún otro puente
uno feo y sin vistas -salvo que
me gustan en especial todos los puentes -tienen
algo y además
nunca he visto un puente feo.

Marilyn Monroe