viernes, 24 de septiembre de 2010
El Secreto mejor guardado - II
II
Todo sobre el Pleroma
En principio, quiero solicitaros un pequeño ejercicio de olvido. Para entender lo que es el Pleroma, intentad olvidar todo lo que aprendisteis en la escuela. Olvidad también la lógica. ¿Hecho? Vamos a ello.
Imaginad por un instante que solo existe una gigantesca esfera, sin límites y en cuyo exterior no hay nada porque ese, hipotético exterior, tampoco existe. No hay nada más que un inmenso Mar poli dimensional de un fluido dorado constituido por infinitos midiclorianos, neutrinos mondos y lirondos. Si intentásemos comprender lo que allí sucede, solo alcanzaríamos a ver caos; pero es solo una limitada interpretación de la aún más limitada mente humana. Cada una de las partículas íntegras que conforman el Pleroma son un Eón y todas ellas se entremezclan entre sí como si de agua dorada se tratara.
Todos los infinitos Eones que conforman el Pleroma, han existido siempre pues nunca tuvieron algún comienzo. Nada ni nadie los creó jamás; por lo tanto el Tiempo, tal y como lo conocemos, allí no transcurre. Todos ellos son seres inteligentes que comparten un cuerpo mutable y una mente común. El Pleroma es el Origen Eterno de donde surgiría, en algún momento, el Multiverso que hoy en día conocemos. No deberíamos, aunque nos inclinásemos a hacerlo, llamarlo Dios, ni Cielo, ni otra cosa parecida, ya que nosotros mismos estamos formados por partículas organizadas del propio Pleroma y en todo caso, podríamos llamar a sus habitantes como hermanos originales o primigenios.
La materia fundamental del Pleroma es el Éter, aparentemente intangible, aparentemente invisible y aparentemente inmedible; pero en el Éter no hay Espacio vacío, sino una infinitud de neutrinos que se mueven, de forma anárquica. Un anarquismo que no es tal; pero que nuestra limitada inteligencia actual es incapaz de comprender su constitución. Debemos entender, de una vez y para siempre, que el Pleroma, como un unitario colectivo, no solo no reclama para sí algún tipo de adoración sino que la rechaza pues no es algo propio de su Naturaleza. Hubo un momento en que algunas partículas del Pleroma decidieron realizar una burbuja interior de vacío. Es evidente que si no existe el afuera solo pudo ser adentro.
Para el Pleroma y todos sus infinitos habitantes, lo que aquel Eón, conocido como Adam Kadmón, realizó era algo novedoso y que jamás había sido hecho con anterioridad. Cuando el Eón penetró en la burbuja de Pleroma se produjo en ella una implosión y como consecuencia una explosión dentro de la novedosa burbuja que arrastró, en una cósmica vorágine, a múltiples Eones que se desmembrarían dentro de esa Burbuja justo en el primer segundo después del Big Bang del Multiverso dando lugar a lo que se conoce como Espacio Tiempo. Como ese Universo múltiple no puede subsistir por sí mismo, sino que necesita del Pleroma, se mantiene unido a él por medio de una especie de cordones umbilicales que unen a algunos Eones con el propio Pleroma. Esos nexos de unión no son otra cosa que los agujeros negros cósmicos.
Cerca de esos vórtices de oscuridad total, vista desde nuestro lado en el Multiverso, se encuentra lo que se conoce como horizontes de sucesos, donde aparentemente y desde nuestro particular punto de vista humano, no parece existir el Tiempo. El Tiempo se detiene, no circula. Esos lugares de transición que no podría decirse que pertenecen a nuestro Plano; pero tampoco al Pleroma de donde todo emanó, son los mundos de Shámbala; donde una multitud de Eones, Hermanos nuestros, intentan evitar que la implosión del Pleroma continúe. Por el contrario, intentan hacernos despertar para que comprendamos la situación actual de la Humanidad y de sus hermanos menores, la Naturaleza en su conjunto.
Logrando su Sagrado Objetivo, conseguirán, gracias a la Magia o Ciencia Sagrada, que todo retorne a su origen y la Burbuja que otrora recreara Adam Kadmón, se repliegue hasta su punto de origen. Entonces los Eones que un día emanaron retornarán al Pleroma; pero con nuevas y magníficas experiencias; pero por favor, intentemos comprender la naturalidad de todo y no adoren a unos dioses del todo inexistentes.
ARALBA
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