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lunes, 3 de mayo de 2010

Filosofías del underground - Luis Racionero




Habitualmente nuestro pasado le resumimos en acontecimientos físicos, en momentos concretos con cuyo recuerdo poder jugar a las tergiversaciones en el día de hoy. Imágenes a partir de las cuales poder elaborar un nuevo presente, una nueva forma de revisar nuestro pasado y poder alterarlo según nuestros deseos e intereses actuales. Necesitamos nuestro propio revisionismo.

En nuestros pretéritos hay determinantes más sutiles, marcadores de tendencias actitudinales que a pesar de manifestarse no dejan de pasar desapercibidas ante nuestras multitudes. Estas líneas son los modelos de pensamiento, filosofías que van marcando un camino por donde dirigir nuestros pasos en nuestra evolución como humanos racionales.

Luis Racionero cruza estas líneas con los cercanos años 60-70; punto donde convergen la heterodoxia y la ortodoxia dando como producto un pasado más. Las filosofías orientales son mezcladas con el racionalismo científico occidental, dando paso a un nuevo concepto de la realidad y el pensamiento.

La percepción se agranda, se ilimita ampliando su capacidad sensitiva adquiriendo con ello mayor bagaje humano. Nuevas concepciones se entremeten en oxidados dogmas originando imberbes asideros donde poder asentar nuestras posaderas existenciales más nihilistas. Los esquemas mentales fallan, o caen o se desestabilizan, dejando un reguero de sangre emocional a lo largo de nuestro crecimiento.

El rebelde social histórico es reclamado como héroe de una trastienda indestructible, siempre alerta a cualquier grieta que puede llegar a originarse en el telón, consciente de su caída, creador, iluso y utópico; William Blake se convierte en el referente de Luis Racionero como prototipo de filósofo underground sesentero.

LSD y tantra, amor y psicodelia; motores de una cultura más generalizada de lo que aparenta; tornillos de sujeción cultural de futuras generaciones (incluidas las actuales). Hoy ya no viajamos, simplemente, hacemos turismo (sin saber que en nuestro vuelo llevamos las maletas rebosantes de infinitas paletas de colores inmaculados).

Carlos Postigo

1 comentario:

  1. Este libro fue para mi una apertura a nuevas perspectivas.
    Lo recomiendo sin duda a todo aquél inquieto de y por la razón.

    Manu

    Pd: Muy buena revista. Ya teneís otro lector asiduo y que predicará vuestra labor.

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