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viernes, 28 de enero de 2011

Re explicación de la Gnosis


La Gnosis ni se puede explicar ni se debe de explicar, ya que es puro conocimiento ADN que llevamos dentro cada uno y que estamos obligados a interpretar por nosotros mismos. Es por dicha causa, fundamentalmente, que la Gnosis no puede considerarse como una religión ya que jamás ha poseído un cuerpo doctrinal que pudiera ser reinterpretado por exegetas y estudiosos de las religiones comparadas.

Cuando yo mismo, por ejemplo, escribo o hablo sobre la Gnosis es lógico que se discrepe o no se me entienda porque es lo que mi ADN me está comunicando a mí y no a ustedes. Yo solo puedo sacar de dentro de mí lo que yo tengo; pero cada uno de nosotros somos una parcelita de ese conocimiento divino y universal y por lo tanto, cada uno, debemos aprender a leer del Libro de la Naturaleza que llevamos con nosotros desde antes de nuestro propio nacimiento.

Tras haber tenido acceso a algún mensaje gnóstico, tenemos la tendencia a, de forma rápida, echarnos las manos a la cabeza y decir, sin reflexionar, que eso es un disparate que no tiene sentido, ni pies ni cabeza. Es lógico que la primera impresión sea esa, dado que dicha información nos es externa y no proviene de nuestro interior sino que es de otro individuo; pero la Gnosis es sutil y habrá penetrado en nuestras mentes para allí ser horneada y, gracias a su levadura, crecer en nuestro interior hasta tomar forma con el único fin de poder ser auto-comprendida.

Los mensajes Gnósticos lo único que pretenden es llegar a nuestro Ser Interno, el Poderoso Dios que convive con nuestro cuerpo de Simio, abrir la puertecita del Corazón para que entre la Luz Gnóstica procedente del Mundo original y que despertemos de una vez. Tanto tiempo llevamos durmiendo dentro de nuestro propio sueño auto-creado que nos resulta increíble cuando se nos dice que nosotros no somos los creados o soñados, sino que somos los Soñadores y los Creadores.

La Gnosis nos comunica que vivimos en un permanente auto-engaño y que estamos sumergidos en una especie de complejo de inferioridad: Si somos tan frágiles y mortales ¿Cómo podemos ser Dios? Eso es imposible, no puede ser; pero si nosotros no somos Dios, alguien tendrá que serlo. Es entonces cuando la fuerza creadora de nuestro Dios Interno, nuestra sagrada individualidad, nuestro Angel Guardián, el Ser que nos Canaliza, nuestra Alma Divina, se manifiesta en forma de Imagen externa que viene a ser lo mismo que si sacásemos a Dios de nuestro corazón, porque no entendemos que pudiese estar allí dentro, lo expusiésemos al exterior y nos quedásemos, lamentándonos, con nuestro pobre y lamentable simio.

Nuestra excelsa dignidad viene siendo sustituida por una humildad que no nos compete. Es el Simio quien tiene que ser humilde frente a su Dios, El Hombre Original, y nunca hacia algo externo a él mismo. El Hombre, así, se despoja de su propia divinidad para proyectarla hacia imágenes externas sin verdadera corporeidad espiritual. Esa fuerza de la Mente divina proyectada al exterior es conocida como Egregor y cuando muchos humanos, divinidades, hacen lo mismo crean un ente artificial que se conoce como egregórico y, como es evidente, no es más que un fantasma de energía creada por nosotros mismos. Los arcontes, al igual que otras entidades, pretendidamente espirituales, no son otra cosa que eso. Están en nuestras pesadillas y se alimentan de nuestros miedos y pesares.

Cada día que pasa, cada hora, cada momento, nos es más difícil despertar y poder reconocer la Verdad, la Gnosis, dado que esos egrégores se arremolinan en torno al espíritu luminoso del Dios Hombre, formando una especie de costra que impide que la luz de la gnosis pueda penetrar y cumplir su divino cometido de despertador cósmico. Ese ente, en ambientes esotéricos, es ampliamente conocido como el Guardián del Umbral. Es a ese Ser, sin vida propia, a quien tenemos que desintegrar primero para que podamos ser receptivos a la Verdad. Es por ello que los despiertos deben de ayudar a los dormidos para que intenten comprender la verdadera y lamentable situación por la que están pasando.

Por ello, nuestro consejo, es que no saltemos como un resorte contra la Gnosis cuando nos es mostrada, sino que reflexionemos, con tiempo, antes de negarnos la luz a nosotros mismos.

ARALBA

Escultura de cabecera: "Eclosionar del Hombre-Huevo" - Javier Ceínos Cerezo

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