miércoles, 17 de noviembre de 2010
Sobre lo Cotidiano III
Sobre lo Cotidiano
III
Se habla mucho del fracaso escolar pero muy poco del fracaso de los Sistemas de enseñanza. Durante los años ochenta se puso hincapié en que los alumnos deberían más que memorizar datos, entender los conceptos. El fracaso estriba en que aunque los alumnos aprendieran a pensar por sí mismos, debían demostrarlo por medio de exámenes donde se les volvía a solicitar datos memorizados.
Para el Sistema es natural que esto sea así, porque en realidad no quiere, salvo una pequeña elite privilegiada, que sus vasallos piensen por sí mismos. Es más importante que se recuerde, al pie de la letra, las doctrinas políticas, que mantiene en pie al Sistema, que la dañina filosofía que pudiera derribarlo al demostrar que está sustentado sobre la miseria de la pobreza de una mayoría, dando paso a revoluciones lesivas para sus propios intereses.
¿Porqué no se llevaron a cabo aquellos planes de apertura de mentes, en lugar del llenado de datos y más datos que al final terminaban siendo olvidados por los estudiantes? ¿Por qué se mantienen los exámenes de memorización en lugar de los de desarrollo de Temas y que pasaran a un segundo plano los datos a aportar?
Porque al Sistema le interesa que sea así. Es mucho más fácil determinar, con la lectura por parte de los profesores, si se conoce un Tema determinado ofreciendo datos concretos que evaluar el desarrollo de ese tema tras una lectura que podría llevar mucho más tiempo y que, además con mucha probabilidad, el corrector pudiera estar en desacuerdo. Es decir, la corrección de exámenes de memorización y “test” es más objetiva y la de desarrollo de temas más subjetiva. Este es un ejemplo clarísimo de que más que existir un fracaso escolar generalizado, por parte de los estudiantes, lo que hay es un planteamiento erróneo, no para ellos, de los dirigentes políticos del Sistema.
Por otro lado, siendo políticamente incorrecto, es más fácil rellenar un Ejercicio en blanco, donde se solicitan datos que previamente están plasmados en respuestas previas, que en el caso contrario. ¡Deja el examen en Blanco, con tu firma, que cuando llegue a mis manos será rellenado adecuadamente! ¿Cómo se podría entender, si no, que algunos dirigentes políticos, militares o sociales, sobradamente ineptos en sus funciones, hayan podido conseguir ser el número uno de su promoción? Si tuviesen alguna duda al respecto, les aconsejo que relean el autobiográfico Árbol de la Ciencia de Pío Baroja.
Para finalizar solo decir que una Sociedad justa preferiría que sus ciudadanos pudieran pensar por sí mismos y aportar sus conocimientos; pero sobre todo su inventiva para el progreso del colectivo social. Si utilizamos una gran parte de nuestro cerebro en memorizar datos lo estamos infrautilizando para la propia comprensión que estos quieren determinar. Como se suele decir, no se puede estar en dos sitios a la vez, es como cuando al burro se le tapan los lados de su cabeza para que solo pueda mirar al frente. Eso es lo que en realidad ha pretendido el Sistema, que sus vasallos, más que ciudadanos, sean obedientes marionetas y que la evaluación de su sapiencia se corresponda más con el “papagayeo” de datos que por la comprensión de la Verdad.
Antonio Ruiz Alba
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