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martes, 31 de agosto de 2010

Épocas celebres


Este año, según el período Juliano, es el..........................6.723
De la creación del mundo...............................................5.993
Del diluvio universal.......................................................4.338
De la población de España..............................................4.254
De la de Madrid..............................................................4.179
De las olimpiadas...........................................................2.786
De la fundación de Roma................................................2.312
Del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo....................2.010
De la primera invasión de los fenicios..............................3.673
Idem de los cartagineses.................................................2.708
Idem de los romanos.......................................................2.219
De la destrucción de Numancia.......................................2.139
De la invasión de los godos..............................................1.599
De la de los árabes..........................................................1.300
De su expulsión y conquista de Granada.............................519
Del descubrimiento del Nuevo Mundo................................518
Des establecimientos de la dinastía austriaca......................510
De la de Borbón................................................................304
De la corrección Gregoriana..............................................428
De la invasión de los franceses...........................................202
De la expulsión de los mismos............................................196
Del pontificado de nuestro Santo Padre Pio IX....................165
Del reinado de doña Isabel II.............................................178
De la promulgación de la Constitución
(18 de Junio de 1837).........................................................173
De la definición dogmática de la Inmaculada
Concepción de María Santísima.........................................157

Actualización de "El Alamanque de la Risa". Año 1865

lunes, 30 de agosto de 2010

Kaos Quántico - La Cocina del Destino


EL EXTRAORDINARIO VIAJE DE ADAM KADMON

LIBRO 2

Capítulo II

La Invasión Aria

Hace mucho, mucho tiempo, en los albores de la civilización, existía un extraordinario Reino. Un reino de Amor regido por la Señora de los cielos.

Kali, era el nombre de aquella mágica Diosa, cuya cara, finamente ovalada, estaba ornamentada con unos majestuosos ojos de color negro azabache.

El pueblo de la Reina Kali conocía la escritura e inventó el primer sistema complejo, el más antiguo, conocido como Sanscrito.

Era un Reino de paz, donde el Amor imperaba, en todas sus manifestaciones, desde la más espiritual hasta la más mundana.

Era un reino de agricultores y algo de pastoreo de vacas, cabras y ovejas para obtener su leche. Los varones eran tratados como zánganos y utilizados únicamente para la reproducción; pero eran mimados hasta límites insospechados. Las hembras del Reino de Kali eran poderosas y estaban educadas como reinas. Sus armas de mujer eran desarrolladas hasta los límites de la realidad de tal modo que los varones no podían resistirse a las manipulaciones de sus encantos.

Las ciudades hindúes de la Reina Kali eran de una hermosura extraordinaria. Los paisajes de sus alrededores estaban conformados desde el desierto más inhóspito a la las selvas más lujuriosas. Las edificaciones, realizadas con ladrillos de adobe, eran espaciosas y con todas las comodidades de una Gran Civilización, como era aquella. Un servicio de agua corriente individualizado con desagües colectivos. Con el fin de evitar los males de las riadas, solo se podía acceder al interior de las viviendas por el tejado, al que se llegaba por medio de escaleras de madera.

Las plazas de las ciudades eran una inmensa alberca, a modo de piscina, donde se realizaban abluciones rituales, de cara al mantenimiento de las relaciones interpersonales. Los rituales matrimoniales, los ayuntamientos maritales y las relaciones entre los diferentes sexos eran allí mantenidos, en público, sin ningún tipo de escrúpulo o pensamientos maliciosos. Allí, eran siempre las damas quienes elegían a los futuros padres de sus hijos; padres que, indefectiblemente, eran abandonados a su propia libertad una vez que habían realizado el acto inseminador.

Unos grandes animales con una probóscide enorme, conocidos como elefantes, habían sido domesticados y dirigidos con gran soltura, por las amazonas de los poblados, de cara a las labores del campo y de la construcción de edificaciones y viviendas.

Cuando algún varón se volvía irascible o agresivo, dentro del Poblado, era expulsado de forma temporal hasta que el arrepentimiento moraba en su corazón. Entonces, de nuevo, era admitido en la comunidad donde podía seguir ayuntando cada vez que alguna Dama apeteciera de su compañía o presencia íntima.

Tal poder y dominio, sobre el varón, tenía aquella mujer brava, que fueron aquellas hembras indómitas a quienes encontraron, en aquellas latitudes, los nómadas bárbaros del norte y que venían huyendo de unos inviernos terribles y gélidos, donde la vida era muy dificultosa de mantener. Esa estirpe de rudos guerreros eran los bárbaros arios que comandara, por línea de sangre, la estirpe de Ieu.

Un reguero de sangre y destrucción, aquella horda, dejaba a su paso. La intendencia se mantenía a la retaguardia junto a sus mujeres y niños; fuera del peligro de los campos de batalla. Mujeres desvalidas e indefensas que otrora fueran bravas guerreras en batalla; pero que ahora estaban sacrificadas en el cuidado y educación de sus hijos y el mantenimiento de las sagradas líneas de sangre.

Ya, los jinetes, con sus monturas, podían divisarse hacia el norte, desde la gran ciudad hindú de la Reina morena Kali; cuando una de sus vigías dio la voz de alarma.

-Avisad a la Reina Kali y que convoque a las amazonas guerreras. Jinetes armados se acercan y no parecen hacerlo con demasiado buenas intenciones. Avisadla ya.

La esbelta y estilizada Reina Kali, hija de dioses y hermana gemela de sus hermanas Brunilda, Bárbara y Edith, salió al encuentro de los bárbaros acompañada de un pequeño y desarmado séquito.

El rudo, sanguinario y malhumorado General Ieu, extrañado de que unas indefensas damas saliesen a su encuentro, increpó en la propia lengua de aquellas tierras y que había ido aprendiendo sobre la marcha.

-Decidme, bellas y morenas señoras. ¿Acaso no hay hombres en esta Tierra, que darnos la réplica, puedan?

A lo que la Gran Reina Kali, con la gallardía que le caracterizaba, aclaró.

-¿Desde cuando, tropas guerreras son comandadas por impacientes y lujuriosos varones? Aquí, el hombre se dedica para lo que realmente vale, osar y fecundar a nuestras prolíficas doncellas. ¿Dónde se encuentran vuestras hembras?, solo con ellas aceptamos parlamentar.

El ya de por sí rojizo rostro del bárbaro Ieu, mostró un punto sin retorno de cólera indescriptible. Sus vasos, venas y arterias parecían querer estallar.

-¿Cómo osáis, mujer, contestarme de dicho modo? Vosotras, cuidando y amamantando a vuestros retoños deberíais estar. Con vuestro Rey, General o Alcalde queremos hablar para que confirme nuestras condiciones para vuestra rendición. Porque sabed, que estas tierras ya están tomadas y cualquier resistencia será considerada como acto de rebeldía. Llamad pues, a vuestros hombres, para que caigan aquí bajo el filo de nuestra espada.

Con el terror anidado en el corazón de tan digna Señora; pero sin mostrarlo al exterior, manteniendo la hidalguía, la Reina morena respondió.

-Veo extraño, ilustre guerrero, que ponernos de acuerdo podamos. Aquí, los hombres disfrutan libre y plácidamente de los favores y frutos que a bien les tiene dar, mis amazonas, sus hembras. Cuando llega el tiempo propicio, dejamos que ayunten con nosotras para el mantenimiento de la propia especie. Por lo tanto, ilustre caballero, aquí no hay Rey, General o Alcalde que daros la réplica pudiera. Si tenéis a bien, hablad conmigo, Kali, Hija de Brahma y si no seguid, en paz, vuestra marcha, lejos de estas tierras.

-¿Cómo os atrevéis mujer insolente? –Clamó el General Bárbaro-, ¡Cogedlas a todas! Y ningún daño las hagáis. Vuestro rostro, Kali, me es sospechoso y extrañamente conocido; pero no sé el porqué.

-Llevadlas a mi Tienda, junto a las concubinas –continuó Ieu-, como botín de guerra, después, serán repartidas. Kali, de ti, yo mismo me encargo.

Esa actitud tan belicosa y beligerante, jamás habría sido sospechada por alguna de las amazonas de estas tierras, acostumbradas a las rudas tareas del campo y a torear con la poca formalidad de los inmaduros e infantiles varones. En su desconcierto, fueron desamparadas, en el rudo encuentro con machos demasiado fuertes y nervudos, ante su frágil condición.

Tras tomar a sus prisioneras, el fornido grupo de guerreros bien pertrechados para la guerra y montados en ágil caballería, tomaron la Ciudadela a fuego y acero. Siempre lo habían hecho así y no iban a cambiar ahora. Todas las hembras fueron tomadas como concubinas sagradas, ya que conocían los más profundos secretos para proporcionar placer a los hombres.

Los varones nativos, como cosa inútil, de cara a los hombres bárbaros, eran pasados a cuchillo y solo algunos tomados como esclavos.

Ante la cruel acometida de los arios, de ojos claros, grandes masas de hombres y mujeres, nativos del lugar, tuvieron que huir de sus tierras buscando algo de cobijo y paz. Hacia los cuatro puntos cardinales de la tierra, gentes morenas, de carácter real, se expandieron a la espera de que su Reina algún día, de nuevo, les convocara. Pueblo Gitano se hacen llamar.

Era el comienzo de la edad del hierro y el final de las edades del cobre y del bronce. El acero más destructivo se había encumbrado como el más cruel gobernante sobre los hombres.

Los rubios invasores, en su supina ignorancia, tomaron como propia, la elaborada religión de los pueblos invadidos; pero, para mantener a perpetuidad su poder, crearon el Sistema de Castas que se mantendría hasta el confín de los tiempos. Por supuesto, ellos, los invasores se adjudicarían el título de hijos de los dioses y se dieron a conocer como los brahmanes.

El inevitable mestizaje fue provocando la creación de nuevas castas. Todas ellas, se elevaban por encima de la de los nativos originales, los sudras o intocables. Cuya casta estaba incluso por debajo de la consideración de los propios perros, tan abyectos y aborrecibles.

Un gobierno de dureza y terror suplantó al liberal, de amor, de las amazonas morenas. La sangre no dejaba de correr por las calles como el agua lo hace por el cauce de los ríos.

Mientras tanto, los brahmanes, descendientes de los rubios bárbaros usaban a las nativas y sus innatas cualidades para cumplir con sus placeres más sórdidos e innombrables. Aquellos placeres ocultos que, por pudor, ni siquiera se atrevían a pedir a sus propias esposas de piel de leche.

Así, bajo el sino de la Religión, fueron creados inmensos templos de lenocinio; donde las sacerdotisas, que no eran otras que las descendientes de las poderosas amazonas del sur, sacrificaban su propio cuerpo en beneficio de la paz; con el único fin de aplacar el furor del pueblo invasor y que no siguiese corriendo la sangre de su sagrada estirpe.

Kali, la verdadera Reina de esas tierras, quedó consagrada, en su línea de sangre, como suprema sacerdotisa de los templos a los que acudían con regularidad los guerreros invasores, sus hijos y los hijos de sus hijos.

Kali, la Reina morena, era vista por los varones que la poseyeron, gracias a sus artes de sugestión, como una diosa que en un baile digno de dioses hacía aparecer sus cuatro brazos que movía en un vals de creciente vorágine. La ingesta de alucinógenos tenía mucho que ver con aquella percepción ficticia e irreal.

Ieu el Bárbaro llegó a ser el único hombre que visitaba a la Reina Kali. De hecho hacía mucho tiempo que el guerrero no visitaba el lecho de su esposa oficial ya que fue atraído por las artes mágicas del Tantra y que solo conocían las mujeres del lugar para mantener sojuzgados a los varones.

Kali, siempre mantenía el lecho caliente para Ieu, su hombre. Siempre esperaba la llegada diaria de su bárbaro invasor; pero su prudente e indómito corazón siempre mantuvo una esperanza guardada y alimentada por el más inhumano y furibundo rencor. Rencor hacia todos aquellos que destruyeron su Reino de paz y Amor con las armas de la perfidia y el terror.

Una hoz, la Reina Kali guardaba a buen recaudo, bajo su lecho, a la espera del momento más oportuno y el lugar más discreto que alguna garganta quisiera sajar. Porque la venganza estaba anidada en su corazón desde el comienzo del terror; porque en definitiva se había acabado la edad del Cobre y había comenzado la edad del hierro, la edad del Kali Yuga, la Era de la Venganza femenina, donde la mujer retomará el poder para regresar al mundo la cordura y la bondad. Hoces y guadañas, ahora de acero, preparadas para recoger una cosecha de sangre y cabezas. Hoces y guadañas que deberían haber sido utilizadas, en otro momento, para recoger los frutos de la tierra que alimento a los hombres proporcionara.

Había dado comienzo el Kali Yuga, la Era de la Venganza de la Diosa. La Edad del Hierro. Era que se mantiene hasta nuestros días.

Cuando llegaron las catires, pelirrojas, y güeras, rubias huestes de las reinas Brunilda, Edith y Bárbara, a estas castigadas tierras, ese sangriento panorama se encontraba.

-Debo encontrar a esa bestia de Ieu –se decía la Reina güera.

-Debo encontrarlo Jordi –se dirigió a su mayordomo vivo más querido-, todo, todo en el Teatro de la Vida se ha descontrolado.

-Sí, mi Reina –Contestole el fornido y moreno caballero Ibero, de larga melena negra-, los arcontes enfrentan, entre sí, a las almas de los hombres en feroces combates para recoger su alimento cotidiano de energía compuesta de odio y terror.

-Sí, querido Jordi –ratificó la reina nórdica-, esos seres, cuya vida es solo prestada, gobiernan a los divinos humanos como si de simples títeres se tratase. Provocan odio, celos y otros sentimientos y bajas pasiones con el objeto de recolectar su luminosa cosecha.

-Comprendo mi Señora –asintió Jordi-, con esos sentimientos, las ignorantes almas de los hombres entran en guerra y de ese modo sus corazas bajan. El Alma queda a la luz pública y los arcontes devoran su luz. Cuando eso sucede, ellos las ordeñan hasta consumir su energía. Energía que de llegar a un límite, por lo alto, sería posible el poder recordar las vidas pasadas; pero siempre les falta. Nunca hay suficiente luz porque de eso se encargan esos dragones, los arcontes devoradores de almas.

-Tengo que pedirte un favor Jordi –dijo la poderosa y amante Reina Edith-, con sus ojos cargados de lágrimas sin derramar.

-Necesito hablar con mi Hermana Kali; pero Ieu la tiene recluida en una especie de prostíbulo al que gusta llamar como templo del Amor. El barroco palacio, repleto, en su fachada, de lujuriosas imágenes esculpidas, está rodeado de un foso donde habita un horripilante monstruo marino, al que los lugareños llaman cocodrilo; pero que a mí me gusta llamar Dragón.

-Sí, mi Señora. Para que las descendientes de las amazonas hindúes no puedan huir, los bárbaros han creado un foso donde habita el más grande de los lagartos. Más de nueve metros desde el hocico a la cola dicen los más candidos que tiene y que un hombre entero podría entrar dentro de sus fauces abiertas de par en par; pero no tengáis cuidado, mi Dama, pues mi poderoso acero dará buena cuenta de tan crecido monstruo.

-Con ello cuento, Jordi. Mi hermana Kali, según cuentan, se ayunta a diario con mi Ieu, mi Gemelo del Alma. Si de mí, Kali el aliento tuviera, ya todo estaría acabado; pero aunque idénticas en casi todo seamos. No somos la misma Entidad Espiritual.

-Sí, mi Señora –respondió Jordi-, el está creído que Kali sois vos con otro color; pero supongo que, algo en su interior, le dirá que no; que algo no anda bien.

-Eso es, Amigo mío –dijo Edith, la Reina rubia-, y esa incertidumbre le produce ansiedad y esa ansiedad, producto de su falta de memoria, ignorancia, es lo que lo hace parecer malo. A pesar de las atrocidades que ha venido cometiendo, a través del Tiempo, su Alma es limpia y pura pues me pertenece. Una costra de miseria y dolor la cubre. Esas sombras de maldad son los arcontes alimentándose de la candidez de su Alma. Eso le impide ver las cosas con total claridad. Tengo que llegar a él como sea; pero las fuerzas de la oscuridad nos lo impiden. Debo entrar por una puerta trasera y esa es mi Hermana Kali. Pásale mi aliento, mediante un beso, a mi Hermana sagrada; después ella, a su vez lo pasará a él refrescando su pobre memoria; si no, la muerte llegará de nuevo e inundará de impureza mis entrañas.

-Mi Amada Reina, el beso que acabáis de darme y que contiene vuestro aliento, a vuestra hermana transmitiré para que a vuestro Amado lo haga llegar; por esta –mostró el filo de su espada-, por esta que os lo juro.

Cuando, poco tiempo después, el valiente Jordi se acercó al Palacio sagrado de las meretrices, salió a su encuentro un mortal y poderoso monstruo de terribles fauces. Más de un metro y medio de alto estando erguido. Diez metros, sin exagerar, de longitud total y una poderosa coraza natural lo cubría. Sus fauces abiertas olían a muerte y putrefacción; pero al valiente caballero no le temblaron las canillas. El vientre del lagarto debería rasgar con el acero, ya que el resto de su cuerpo estaba fuertemente protegido y parecía impenetrable.

Cuando el monstruo se izó, para abalanzarse hacia el armado caballero, aquel se dejó caer bajo el vientre del lagarto, armado de tan solo una daga bien afilada.

El arma mortal rasgó, primero, para atravesar después, la poderosa piel del abdomen del animal penetrando hasta lo más profundo y encontrar su frágil corazón. El cocodrilo convulsionó su cuerpo y se separó del de su matador.

Jordi se irguió y recuperó su espada mandoble. Espada con la que atravesó el cráneo del dragón. Una vez muerto el guardián del templo, entró en palacio dirigiéndose a algunas sacerdotisas en busca de alguna respuesta válida.

-Debo encontrar a la Reina Kali con urgencia.

-¿Quién la busca? –una de las meretrices preguntó-

-El actual escudero de Edith, la Reina del Norte –contestó el moreno caballero.

-No sabemos –le contestaron-, pero pasad por este pasillo hasta el final. Allí, de nuevo preguntad, que, seguro, no lejos estará.

Tras realizar algunos interrogatorios, el Caballero Jordi hasta el mullido lecho de la Reina Kali llegó.

El caballero quedó extrañado al contemplar en aquella bella faz el propio rostro de su Señora Dama.

-¿Edith? –preguntó.

-¿Cómo me habéis llamado, Guerrero?

-Sois idéntica a mi Reina Edith; si no fuese por el color de la piel, ojos y pelo.

-Venid Jordi, su escudero, a mi lado y templad al calor de mi sagrado cuerpo vuestra luminosa alma. Os aclaro vuestras dudas. Somos cuatro Hermanas que poco tenemos de este Mundo. Las cuatro somos iguales, bueno, casi iguales; pero poseemos diferentes almas y el espíritu que nos dirige no es exactamente el mismo.

-Ieu, el Amor de mi Hermana rubia –continuó la Reina Morena-, me visita todas y cada una de las noches de su vida, en busca del alma de Edith, que no encuentra; pero siempre, como habrás comprendido, siempre de vacío marcha.

-Dadme, hermoso caballero, vuestra semilla y a cambio, recogeré en mi corazón la prenda que sé, os ha concedido mi hermana.

-Como vos mandéis bella dama –dijo el escudero de Edith yaciendo, cuerpo con cuerpo, con la gran sacerdotisa del Templo del Amor.

Fue entonces cuando comprendió que aquella diosa mujer, no era una mujer corriente sino una diosa capaz de despertar en él, con su magia tántrica, todos los puntos del placer. De otro lado, un profundo y sentido beso transmitió la información de Alma de su Reina Edith, su hermana.

-Nuestro Hijo –dijo la diosa confirmando el hecho de la fecundación-, será un factor clave en el desarrollo del Alma del mundo. Tras haber yacido conmigo, en hermandad de sangre, ahora comprende como vosotros gentes del norte habéis perdido la fuerza que proporciona la mujer guerrera.

-Esclavizándolas –continuó la Reina morena-, las habéis convertido en meros objetos pasivos dirigidos fundamentalmente a la reproducción y a la obtención de placer. Las mujeres, en estas tierras, hasta que llegaron las huestes de Ieu, eran como yo. Como vuestras propias mujeres del norte antes de ser avasalladas y sojuzgadas por los hombres bárbaros del norte, sus vencedores.

-Este inmenso placer, me consta, recibido de mí –prosiguió la mujer diosa mostrándole al amante sus cuatro brazos-, es lo que habéis perdido los varones al tomar el poder en vuestras manos. Ahora, ya calmo y pasada la euforia de mi sagrada droga, marcha con mi rubia hermana, no vaya a ser que regrese Ieu y pida tu cabeza por haber maridado tu semilla conmigo.

Jordi. El Caballero de Edith, salió del templo de la lujuria y del placer y dirigió su caminar hacia el no lejano campamento de las tropas, catiras, de la reina Edith y sus hermanas Valkirias; pero antes se ocupó de arrancar la piel acorazada del monstruo vencido para ofrendarla a la Hermana de Edith, la siembre voraz Bárbara, Reina de la Naturaleza y de sus elementos.


ARALBA

sábado, 28 de agosto de 2010

Sinergias

sinergias


...Te has preguntado alguna vez el por qué de ese instante manifiesto,
mitad cielo, mitad angustia meditada en las ciénagas de algo,
en el que tu cuerpo, tu mundo, tu alma, si es que ha de llamarse así,
actúa en estricta sinergia con un todo
que emerge de algo o alguien.


...con otras palabras,

joder, es que en ese jodido momneto tú eres el otro y el otro eres tú,

tal vez no os dias cuenta

tal vez no os dais cuenta

repito,

tal vez no os dais cuenta...

Y es que vives buscando la sinergia,
y la sinergia no se encuentra si se busca
porque eso hacen los buscadores de oro,de orin, de palabras, de besos o de furcias,

el funcionamiento cabal de la vida exige que nos comprometamos con ser

idiotas.

idiotas,

idiotas

sí eso,

idiotas.

Voy a congelar el cordón umbilical que me une a las estructruras monárquicas,

me cargaré la puta estructura

y me mearé sinérgicamente en todo lo que no es:

Adios,

a ver si nos encontramos.





ALTERGUSTAVO travistiéndose en mariposón.

viernes, 27 de agosto de 2010

El Libro del Patio Amarillo - 4


En el corazón del palacio está un gentilhombre
siempre vestido de carmesí.
Si conseguís verlo,
venceréis la enfermedad.

De través, Largo-de Un-Pie
ciñe el estómago.
Si conseguís guardarlo,
dejaréis atrás el sufrimiento.

Respirad en la choza :
saldaréis cuentas con vosotros mismos.

Protegedla en su integridad y su firmeza :
recibiréis sus bendiciones.
En el corazón de vuestra pulgada cuadrada
escondedlo con cuidado y veneración.
Con la vuelta de la esencia y del espíritu,
rejuveneceréis al envejecer.

La obra de las sombrías torres
es derrame y fin.
Alimentad vuestro árbol de jade
y tallad de él un bastón para la vejez.


Fotografía de cabecera: Katsura

jueves, 26 de agosto de 2010

COPY RIGHT


Hace unos años realizamos un Taller de escritura, de Ciencia Ficción, en Fuente-taja y de no muy buen recuerdo; pero de donde si salió alguna amistad interesante.

Recuerdo que un día la monitora, experta en culebrones latinoamericanos, nos propuso que leyésemos unos el trabajo de los otros y que inspirándonos en ellos diésemos nuestra opinión o incluso que realizáramos algún trabajo propio o la continuación de aquel.

Había un compañero que había auto-publicado unos cuentos y fue prácticamente imposible que soltara su tan valiosa prenda por miedo a no se qué. Si, por miedo supongo a que fuese copiado, plagiado, etc., etc.

Lo cierto es que yo estaba muy acostumbrado, desde hacía mucho tiempo, a no ser demasiado celoso de nuestra Obra. Eso me lo enseñó mi Maestro Tus, un gran poeta cuyo dominio del lenguaje es inigualable y que dejaba sus joyas creativas desperdigadas por doquier sin ningún tipo de precaución. Cierto es que sus palabras, no entendibles por todos, iban dirigidas a lo más profundo del alma.

Por aquella época, un poco antes, tuve como compañero de labor a un abogado que intentó abrirme los ojos al respecto y consiguió que registrara el grueso de mi Obra hasta entonces, pues es evidente que quien escribe es porque quiere ser leído; pero si no publicas, de algún modo, terminará perdiéndose la obra para siempre. Con el tiempo me di cuenta, al contacto con la Verdad, que eso de la Propiedad Intelectual es una falacia indecente; porque ¿De que somos creadores o propietarios, o inventores? De nada. Todo está inventado ya, lo único que hay que hacer es redescubrirlo. Las historias, los cuentos fantásticos, las historias de ficción que consideramos como producto de nuestra mente son falsos. Ya existen en otro lugar.

Todo lo que viene a nosotros es por escritura automática, canalización gustan de llamarlo ahora, existe existió y existirá en uno de los infinitos mundos del multiverso. Nosotros solo somos meras antenas que se encuentran peor o mejor sintonizadas al respecto; por lo tanto, es una falacia suponer que somos creadores de nada y menos sus propietarios oficiales. ¿Quién paga derechos de autor a los pájaros por haber inventado el vuelo? ¿Quién paga Copyright a los murciélagos por haber inventado el radar y el sonar? ¿Quiénes somos nosotros para ser considerados más importantes que ellos, cuando llevan muchos más millones, viviendo, en el planeta que nosotros?

Yo entiendo que todo el mundo debe de cobrar por su trabajo; pero me parece una indecencia que alguien pueda vivir a cuerpo de rey toda la vida por un simple descubrimiento o un golpe de fortuna literario. Más indecente aún es que los descendientes de los supuestos creadores tengan que beneficiarse por algo que no han hecho ellos mismos.

El creador del Esperanto puso su creación en manos de las Naciones Unidas para que pudiera ser dado gratis a la Comunidad internacional. Es evidente que los países anglosajones se lo han pasado por el forro de ya sabemos donde, pues quien domina el Lenguaje tiene el Poder. De eso sabe mucho mi Maestro Tus. Estamos en un mundo donde todo tiene un valor económico y no depende de su valor, propiamente dicho, sino de otros factores que se nos escapan.

Nosotros preferimos ver nuestra Obra divulgada antes que verse perdida para siempre en algún viejo arcón que termine en un crematorio de basuras. Cualquier digno creador debería pensar de dicho modo y no agarrar a su obra como si se la fueran a robar. De hecho, muchos que podrían ser unos auténticos creadores, se amilanan ante la presumible posibilidad de que pudieran apropiarse de su Obra. ¿Para eso voy a crear, para que me copien la idea?

Estamos convencidos que esa es una mala idea, porque con la creación, traer a nuestro mundo realidades de otros mundos, nuestro espíritu crece y madura hasta transformarnos en lo que ya deberíamos ser: dioses inmortales; mientras seamos tan cretinos y miserables, dando un valor monetario a las verdades espirituales, no conseguiremos pasar del parvulito de la Vida y solo seremos unas fecundas reses para las sociedades generales de autores y que se alimentan del trabajo de otros. Dicho queda.


ARALBA

miércoles, 25 de agosto de 2010

Haikus Exquisitos


Siento en el pecho
Una opresión similar
Desde la infancia.

Para amar puedes
Simplemente entregarte
Y volar solo.

Despierto y soy
Algo diferente a lo
Que me contaron.


Círculo de Lavapiés

martes, 24 de agosto de 2010

Los arquetipos de Luz-Bel: 2 – La Papisa


2 – La Papisa

Mira hijo, ya que me preguntas te responderé con otra pregunta ¿Qué significado tiene Papa en la Tradición Católico Romana? Exacto; pues aquí es parecido pero no igual. El Creador se refleja en el plano de la materia y ese reflejo, invertido como no puede ser de otro modo, es la Papisa. La Sabiduría del Creador ordenando y preparando el útero de la Naturaleza.

El Creador se encuentra en un plano que trasciende lo material; pero así como el Loco, que carece de numeración, contiene en su Caos a todos los arquetipos de Luz-Bel, así el Mago contiene toda la esencia de su progenie. La Papisa es el útero femenino donde fermenta la Sabiduría del Creador y que dará lugar al conjunto de la creación, la Naturaleza.

Todavía no existe nada consistente. No hay peces o flores materiales; pero está todo pensado, calibrado y catalogado. El Amor femenino de la Papisa será el encargado de proporcionar el calor de su atanor a las ideas por nacer en el crisol del mundo de los efectos.

Ella es, hijo mío, la punta del compás que se clava firmemente en los planos de la materia; pero al contrario que el Mago en su plano de existencia, que es creador de ideas, la Papisa es potencia pasiva. Ella, por medio del Amor proporciona la energía necesaria para que la existencia, la vida y la inteligencia puedan germinar en el plano de la materia; pero ella no es la creadora ni podría llamársela tampoco naturaleza. Esa progenie suya será el resultado de su amor de fuego concentrado sobre las ideas del mago.

Como puedes suponer, hijo mío, el Amor de la Papisa es un Amor de Fuego y que genera una creación; pero del que tendrás que cuidarte mucho pues los cuerpos de este plano, de acercarse en demasía, serían calcinados.

La Papisa son los Pilares del Universo, donde están contenidas, tanto en esencia como en potencia, las Leyes que regirán en la Naturaleza, tanto de lo minúsculo como de lo grande y majestuoso. Es la lente que proyecta en este plano las cosas y que en el del mago solo son la esencia de las ideas.

Aprende bien del Amor de la Papisa pues es un amor que no tiene egoísmo alguno. Ella no se mueve por ningún otro criterio que no sea el trasladar desde el Cielo el Amor divino. Tampoco es un amor celoso cargado de apego. Ella sabe que todo lo que trae del mundo de las ideas se va a repartir por el Universo, según unas leyes bien definidas que ella misma ha implantado; pero que antes fueran concebidas por la sabiduría celestial del Mago.

La Sabiduría del Mago es Locura en este plano; pero como si de un espejo se tratara, la Papisa se encarga de invertir la imagen en el mundo de los efectos con el fin de que pueda surtir efecto y resultar comprensible para las mentes de las criaturas que en él vivirán.

La Papisa ha recreado el escenario donde otra, la Naturaleza, producirá su Parto de materia, vida e inteligencia; pero no de una forma caótica y sin orden, sino primorosamente asistida por la Sabiduría reflejada del Creador. Eso es la Papisa.

Cuando te acerques a la Papisa, hijo mío, porque algún día tendrás que hacerlo, atente a las consecuencias de tus acciones en la Vida y no te quejes del fuego que consumirá, invariablemente, todas tus entrañas. Así es el cálido amor de la Papisa, fulminante, abrasador.

Pero claro, todos tenemos que pasar por ese divino trance, ya que en este plano nada es aparentemente eterno. Todo fluye, magnifica y decrece hasta la extinción como el fuego divino.

Ya está todo dispuesto, hijo mío, para que aparezca en escena mi Esposa, tu Madre.

ARALBA

lunes, 23 de agosto de 2010

20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada - Pablo Neruda


Poema 1


Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos
blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fuí solo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en
mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de,leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.


Cabecera: Fotomontaje sobre "http://sanchezemi.wordpress.com/"

domingo, 22 de agosto de 2010

Concepto Aralbista del Concepto Aralbista


Creo Que ha llegado el instante de que expliquemos eso del concepto aralbista y que pudiera ser interpretado como un ejercicio de inflado del ego. Llevamos, en esto de la búsqueda de la Verdad, muchos años, desde que tenemos uso de razón. Como no pretendo demostrar a los demás que la poseemos, digo concepto aralbista, nunca concepto universal, ni concepto rosacruz o concepto budista, cristiano o de cualquier otro tipo.

Hace poco, llegamos a la conclusión de que debíamos ir poniendo en orden las ideas que se habían enquistado en nuestro Ser y que nos estaban sirviendo, para comprender la Vida y sobre todo para hacerla algo más soportable y llevadera. Evidentemente, solo sirven en su totalidad para mí mismo; pero he querido divulgarlas por dos motivos fundamentales: Primero por si le sirviesen a alguien como inicio de su propia búsqueda particular y en segundo lugar como simple ejercicio de ordenación de ideas.

El origen de este catecismo particular es múltiple y variopinto; pero no se entienda que lo que en estas páginas se expone es una especie de sincretismo entre filosofía y religión. Si esa es la opinión que puede sacar el lector, quiere decir que no me estoy expresando adecuadamente. Es cierto que hemos pasado por diferentes escuelas de misterios y leído, hasta la extenuación, todo lo que ha llegado a nuestras manos referente a las cuestiones tratadas; pero hemos dejado que pase el tiempo necesario con el fin de que pudieran ser digeridas por mi mente, el Ser.

El producto de esa digestión mental son esos Conceptos que a mi me sirven para entender tanto mi entorno cercano, microcósmico, como el más alejado. Nos sirve para entender lo diminuto que estudia la Física cuántica y lo enorme, macrocósmico, que intenta dilucidar la astrofísica.

Si alguien lee estos conceptos aralbistas, al dialogar conmigo mismo o con cualquiera de nuestros otros escritos, de eso se trata de dialogar con una exposición pasiva, podrá entender mejor lo que estamos tratando de decir o explicar en un momento determinado. Se trata, quizá de no perder demasiado tiempo en descubrir malos entendidos. Nos adelantamos a la jugada y decimos: No, no vamos bien por ahí. En mi Concepto tal, dejo bien claro cual es nuestra posición respecto a tal asunto y no cambiaré mi concepción hasta que, con argumentos lógicos y fácilmente entendibles, se me pudiera rebatir.

Estos conceptos aralbistas, son más bien un ejercicio de humildad, aunque no me guste utilizar dicha palabra, ya que si expusiera mis opiniones personales como Conceptos Universales sí, entonces sí que estaríamos incurriendo en un pecado de soberbia, ya que estaría intentado convencer a los demás de que estoy en posesión de la Verdad absoluta cuando esto, es evidente, no es así.

Estos conceptos, tomados de aquí y de allá; pero asumidos como propios por mi consciencia nos sirven como incentivo para poder seguir viviendo. Quizá me esté engañando a propósito; pero aunque así fuera, en este caso sí, el fin justifica los medios.


ARALBA

sábado, 21 de agosto de 2010

El Libro del Patio Amarillo - 3


El estanque central alberga un gentilhombre
vestido de rojo y vermellón.

Tres pulgadas por debajo del campo
son lugares habitados por dioses.

Cerrad herméticamente el espacio
que separa el dentro del fuera :
En la choza de los dioses,
trabajad para reformaros.

El misterioso pecho y el canal del aliento
acojen el talismán de la esencia.

Apresuraos a refozar vuestra simiente
si queréis preservaros.


Cuadro de cabecera: Aliento Rastamán - Aitor Gascon Rueda

viernes, 20 de agosto de 2010

Pseudo-Haikus Exquisitos


No necesito
Deshumanizar nada,
Porque, ¿para qué?.

Te dije que no
Y me retracto ahora
Pero ya es tarde.

Removemos cielo y tierra
Y al final / somos arrieritos.
Explorar / sirve para partir nueces.
Los sueños / son Villa, Llorente y Casillas.

Nadie me entiende,
Si me disfrazo de ti
Acabo solo.

Solo por amor / somos polvo.
Fui capaz de morderte / en tu cara.
En el centro de… / mi avaro corazón.


Círculo de Lavapiés.

jueves, 19 de agosto de 2010

Kaos Quántico - La Cocina del Destino


EL EXTRAORDINARIO VIAJE DE ADAM KADMON

LIBRO 2

Capítulo I

La Cocina del Destino


La luminosa estela del Alma de Edith mostraba, a las negras fuerzas del mundo, el camino que seguían dos de sus más queridas hermanas valkirias, Yoastur y Mariel.

-¿Qué son esas manchas negras que nos vienen siguiendo? –Preguntó el luminoso espectro de la Reina.

Yoastur, hermosa donde las haya, volvió la vista atrás comprobando como, efectivamente, la estela luminosa del Alma de Edith, iba desapareciendo como devorada por unas fauces invisibles.

-Un Arconte. Uno de los tantos seguidores que tiene el Gran Presuntuoso -respondió Yoastur-, debemos darnos prisa si no queremos ser apresadas en su manto de oscuridad.

-¿Un Arconte, el Presuntuoso? –volvió a preguntar, más intrigada si cabe, la Reina güera.

- Los Arcontes –esta vez, contestó la espigada valkiria Mariel-, son los directores de las fuerzas de la Naturaleza y gracias a las cuales puede mantenerse el Mundo. Vienen a ser como los pilares del escenario donde se representa la Comedia de la Vida. El Gran Presuntuoso es el más antiguo de ellos y el que más soberbia alberga en su memoria artificial.

-Nos persiguen –recordó la bella Yoastur-, porque les atrae el sabroso aroma de la luz de tu Alma virgen, tu Sophia. Ellos se nutren y alimentan de la luz que desprenden sus propios creadores. Si los creadores no existiésemos, ellos desaparecerían.

-Entonces, hermanas, azucemos a nuestros caballos para no ser atrapadas -apuntó la Sophia de Edith.

-¡Seres sin Vida! –Continuó el luminoso espectro de la Reina Nórdica-, seres creados para sustentar el escenario del Universo. Dentro de su larga existencia parecen haber tomado consciencia propia y pretenden mantener el presente status por siempre. Ya veo.

-Si, mi Señora –protestó Yoastur-, pero démonos prisa que cada ves están más cerca. Compruebo como mis fuerzas merman ante el invisible ataque del Arconte.

-Elevaré la oración de mi Sophia, metanoia, hasta el Padre Amor –dijo Edith-, quizá nos pueda proporcionar, desde el otro lado, algún tipo de ayuda.

-Es difícil, si no imposible, mi Reina –puntualizó la valkiria Mariel-, El Eón de donde surgisteis, que comunica con el Mundo Original, se encuentra fuera de nuestro alcance y cuando le lleguen las súplicas de tu Alma ya será demasiado tarde. Por otro lado, el resto de Eones, partículas inertes del propio cuerpo de Adam Kadmón, perdieron la consciencia de su propia existencia desde el propio inicio del Tiempo.

-Si, es cierto –confirmó la rubia Edith-, los restos de Adam Kadmón no tienen memoria de una existencia anterior y solo poseen, como recuerdo, un libreto de interpretación teatral. No recuerdan nada y se dedican, de forma caótica, a crear leyes y normas para sostener el teatro físico. Ya veo, esos son los arcontes de quienes me habláis. Cada arconte que Adam Kadmón crea es un eslabón más de la cadena que lo aprisiona a su propia creación.


En el cielo neblinoso y oscuro del firmamento de la dimensión espiritual, podía contemplarse la estela luminosa de tres figuras. Dos tenues, las de las valkirias. Una fulgurante y luminosa, correspondiente a la Sophia de la Reina Edith.

Tras ellas, pacientemente, un disco de oscuridad inmensa que iba absorbiendo cualquier vestigio de luz a su paso. Conforme transcurría el tiempo, el cuerpo del Arconte se iba haciendo cada vez más grande y negro como el azabache, mientras que el aura de las valkirias y de la gran dama iba perdiendo parte de su fulgor. Con esa pérdida, la voluntad de las luminosas almas se iba haciendo cada vez más escasa.

-Edith, nuestra Reina y Señora –volvió su rostro, Yoastur, hacia la Sophia de Edith-, tomad mi montura y volad hacia la luz más cercana. Cualquier Eón, aún siendo inconsciente, os dará cobijo en su seno; pero tened cuidado con todos los arcontes que se remolinean a su alrededor ordeñando la propia luz del Eón. Una vez que os encontréis en su interior nada tendréis que temer pues estaréis a salvo.

-Sí, Edith –haced lo que dice mi Hermana-, ella y yo presentaremos dura batalla a este maldito Dragón.

-Pero, Hermanas –protestó Edith-, ¡No debo abandonarlas ahora! No lo haré.

-¡Haced lo que os decimos, mi Reina! –Gritaron las valkirias-, y por favor, no perdamos más tiempo.

El cuerpo espectral de Edith, su Sophia, su Alma montó a horcajadas en el dorado corcel de Yoastur, la valkiria, y avanzó con rapidez hacia el disco luminoso del Eón más cercano, sorteando, tal como fuera avisada, los múltiples y lentos arcontes que se arremolinaban alrededor de la partícula viviente del dios.

Yoastur y Mariel, montadas en un mismo corcel alado, volvieron sus pasos hacia el Arcón y apuntaron hacia la impenetrable oscuridad sus afilada y luminosas lanzas de amor. Alcanzaron al Arconte. El arconte las alcanzó.

-Hemos dado el tiempo justo a nuestra Reina –sonrió Mariel-, ya veo como su rastro luminoso se ha perdido en la lejanía.

-Ya su Alma –sonrió, esta vez Yoastur-, se encuentra libre de las fauces del Dragón; pero Hermana mía ¿Qué será de nosotras dos?.

-Nosotras no importamos mi amor. Nuestra sagrada Hermana es portadora de la memoria perdida de Adam Kadmón, la Sabiduría, su Sophia.

-Sí, Hermana, tenéis razón. Nosotras solo somos peones prescindibles en esta mítica historia que a cada paso se está construyendo.

Ya, sin más dilación, las dos hermanas valkirias se enfrentaron, en desigual combate, con el Arconte que, ya tan cerca, podía mostrar su verdadero rostro; pero ya nada importaba. La Sophia de Edith, su Alma, ya fuera de peligro se encontraba.

La faz del arconte mostró su aspecto de dragón. Como una oleada de flamígeras llamas surgió de sus terroríficas fauces dentadas. Las valkirias presentaron feroz batalla, hasta la extenuación. Sus cuerpos de luz, poco a poco se fueron apagando mientras que la artificial alma del arconte aumentaba sus reservas de energía.

Cuando, ya, en la oscuridad del nublado firmamento espiritual, solo dos insignificantes puntitos de luz quedaron. Solo entonces, los arcontes abandonaron la batalla; como si esas efímeras almas, vivas aún, ya no pudiesen proporcionar algún tipo de luz aprovechable. El arconte llamó a sus hordas y compartió el, luminoso, alimento con ellas; mientras tanto, esos dos puntitos, que era lo que quedaba de las valkirias y su montura quedaban desamparadas ante la soledad del vacío estelar.

-Persigamos a esa Sophia luminosa que se nos ha escapado –gruñó uno de los arcontes, partícipe en el festín.

-No merece la pena, hermano –dijo el dragón que atrapara la luz de las valkirias-, devorad lo que aquí tenemos y daros un atracón; porque la guerra por nuestra supervivencia, ahora sí, será muy larga y dura.

-Es cierto, nuestro Señor -contestó otro de los seres oscuros-, debemos fortalecernos para impedir que Adam Kadmón pueda, alguna vez, recuperar su memoria.

-Si eso sucediese –dijo otro de ellos-, la Obra de Teatro comenzada por los restos de Adam Kadmón acabaría y nosotros con ella.

-Nosotros –otro Arconte se unió al arrebato-, también tenemos derecho a la Vida; mientras el dios Adam Kadmón permanezca ciego a la Verdad, nosotros podremos seguir medrando y sobreviviendo.

*

La Valkiria Andrea no fue molestada por las fuerzas, arcónticas, del Mundo en su camino hacia el Valhala, el Olimpo de los dioses. Su carga era el Alma del indómito Bárbaro Ieu. Ieu el mestizo. Como bárbaro tenía poco que ofrecer a las fuerzas del engaño y de la oscuridad. Por lo menos eso es lo que habían estimado los arcontes.

Desconocían la prenda que recibiera, en el mundo de la realidad, antes de fallecer, del aliento de un Guerrero Teutón y de cuya mano también recibiera la muerte. De haberlo sabido, las huestes del olvido y del engaño, habrían perseguido, sin cuartel, al Alma de Ieu y a su valquiria custodia, Andrea, hasta devorarlos sin compasión para ser abandonados en la inmensidad del espacio estrellado como dos insignificantes puntitos de luz.

-Andrea, valkiria bonita, ahora lo sé. Llévame junto a la Sophia de mi Edith-, se dirigió sonriente el gris espectro de Ieu a su bella y pelirroja nodriza.

-Eso no puede ser Ieu. Si fuera posible, ya estaríais junto a vuestra amada para besaros como dos tortolitos.

-El cuerpo de Adam Kadmón –continuó la Valkiria-, donde existimos, nos alimentamos y nos reproducimos es inconmensurable y contiene, en su interior, múltiples dimensiones y mundos diferentes. Solo el dios de nuestro Corazón sabe donde podrá encontrarse la Sophia de nuestra amada Edith.

-Bastante tengo –continuó su exposición la valkiria-, con llevaros sano y salvo ante la presencia de mi Padre Odín.

-Allí –Hermana nuestra-, protestó la espectral alma del Guerrero-, volveré a repetir una misma secuencia. Pasaré por el purgatorio para que sea limpiada mi Alma. Después se condensaran mis experiencias de esta vida pasada y se unirán a la información, ya almacenada, de las anteriores vidas.

-¡Sí, Ieu! –Interrumpió la valkiria-, Odín lo quiere así. Vuestras experiencias son guardadas a buen recaudo para cuando Adam Kadmón despierte y tome consciencia de su situación con el fin de acabar con este interminable y trágico Drama que la Vida es.

-Eso es cierto, mi pecosa valkiria; pero solo una pequeña esencia de esa experiencia me acompañará en la nueva encarnación, como un diminuto deseo, ya que nada recordaré. A la ansiedad del no saber y, a equivocarme me llevará una y otra vez.

-Tú tranquilo, mi buen Ieu –dijo la majestuosa valkiria-, no estás solo en esto ¿sabes? Existen infinidad de almas en el océano de la Vida. Almas gemelas como tú y Edith, que están intentando encontrarse unas a otras. También sin mucho resultado, ya veo. Cuando ese encuentro suceda…

-Ya lo sé -interrumpió el rudo y gris espectro-, todo se acabará y Bla, Bla, Bla…

-Muy guasón eres –increpó la hija de Odín-, ¿así tratas, con tan poco respeto a mí, una diosa?

-Andrea, anda, no te las des. Llevo conmigo el aliento de un Caballero y que antes, él mismo, recibiera de la Dama Edith, mi Alma Gemela. Antes no lo sabía; pero ahora lo sé. Cumple con tu cometido de custodia, que yo cumpliré con el propio de encontrar a esa, mi Alma tan esquiva.

-Se ha enfadado, el Señor –rió la bella diosa-, veo que has tomado plena consciencia de tu actual situación, me alegro por ello, pero lástima que cuando regreses al mundo de la realidad tengas que abandonar de nuevo tu memoria.

-¡Entonces! –Protestó Ieu.

-Sí, entonces solo una tenue emoción de añoranza y reencuentro –continuó la valkiria-, es lo que te impulsará, a través de las edades, las vidas y el Tiempo a buscarla con tesón para encontrarla.

-¡La Encontraré! –fue taxativo.

-¡Eso ya lo veremos! –Quiso poner orden Andrea al fijo pensamiento de su protegido-, ya hemos llegado Ieu. Ahora descansa y fermenta tus experiencias del reciente pasado. Cuando estés preparado regresaré para llevarte de nuevo a un vientre materno, dentro de tu línea de sangre. Adiós Hermano y tómalo con paciencia. ¡Hazme caso!

*

Ante la divina majestuosidad de la Reina Edith, la puertas del luminoso Eón, contraparte espiritual de alguna luminosa Estella material, fueron abiertas de par en par para que allí su Sophia, su Alma, cobijo encontrara. Ahora, la Reina Edith, era plenamente consciente de su mortalidad en el mundo de la realidad. Allá, en otro plano, el que ahora había abandonado, le esperaba su cuerpo incorrupto; pero sin Vida, sin Alma, protegido en el interior de un lago sagrado. Excalibur, su espada, sería la antena que, cual imán, atraería, algún día, a su espíritu para que éste le devuelva su Sophia, su Alma, la esencia de ella misma.

Los seres de luz que habitaban el Eón, condujeron a Edith hacia la Biblioteca para que allí cocinara, con sus hábiles manos, el Destino de su propia Vida. El Destino de la Vida, del Mundo, de todos nosotros; por supuesto la propia de su Hermano en Espíritu Ieu.

Desde su luminosa estancia podía contemplar, como a través de un caleidoscopio, lo que sucedió, sucedía y sucedería en el Mundo de la Realidad Material.

Los nórdicos habían perdido la guerra, frente a sus bárbaros hermanos del norte polar. Las Valkirias abandonaron el Campo de Batalla con las almas de sus hermanos y hermanas muertas. Las amazonas supervivientes fueron forzadas a abandonar las artes de la guerra para dedicarse, ante el avance de una moderna glaciación, exclusivamente, a la crianza y protección de sus hijos, de su heredad.

Mientras tanto, los rubios nórdicos y los pelirrojos y castaños bárbaros se dedicaban al pastoreo, la caza y el pillaje. La ruda vida del norte, ahora congelado, hacía necesario que algunos de ellos se ocuparan de la perpetuación y protección de las líneas de sangre. Esos fueron los últimos días de las amazonas; pero las antiguas guerreras nunca perdieron la esperanza de, algún día, poder retomar sus escudos y espadas para enfrentarse, en feroz batalla, ante algún contrincante de suficiente prestigio y altura.

El Luminoso espectro de Edith, su Sophia, su alma, ya plenamente recuperado en su magnificente luminosidad, pudo contemplar, en el espejo del destino, como sus hermanos nórdicos se dispersaban por los cuatro puntos cardinales de la tierra, dentro del hemisferio norte del Mundo conocido.

Hacia el Oeste, atravesando la mar helada, para luchar fieramente por la supervivencia contra osos cavernarios, tigres y leones; alimentándose de la dura carne de poderosos mamuts y otras imponentes bestias. Todo ello, para alcanzar hacia el sur, tierras más templadas o cálidas donde poder establecerse y retomar su cultura pasada.

La Sophia de Edith, pudo ver con los ojos del espíritu, como otros de sus hermanos se dirigieron hacia las tierras del este, colonizando el báltico y las tierras templadas del sureste. De allí surgiría la Nación de los Civitas, de los filósofos. Algo más en el futuro, pudo ver, como al unirse con el pueblo etrusco de la península del oeste, dieron lugar al imperio más grandioso y longevo de la historia de la humanidad.

El Alma de la Reina Edith también pudo ver como su cuerpo era preparado, por Merlín, para ser llevado hasta un gris lago de límpidas aguas. La comitiva iba comandada por su amigo del Alma Bifredo de Albany, el Caballero Teutón y dirigidos, sus pasos, por el Elfo Gris Merlín, de la Familia de los Trolls, conocidos en el Futuro como Neandertales.

Bifredo de Albany, no teniendo ya Reina a quien servir, abandonó las islas británicas y se dirigió, dentro de la península euroasiática, hacia el este, hacia sus tierras bávaras; donde, ahora lo sabía, gracias a la prenda que recibiera de Edith, su beso, había dejado antes de partir a la guerra contra los nórdicos a su propia Alma Gemela. Laura, Estrella Luminosa se llamaba.

Cuando, muchos meses después, a su Tierra de la Selva Negra llegó, de la triste noticia se enteró. Laura, en una funesta incursión nocturna devorada fue por los lobos. No todo podía resultar tan sencillo, se preguntaba el Caballero. Como ya nada le atare a aquel trágico lugar, recogió sus pertenencias, entre ellas una misteriosa ánfora de un metal gris, y dirigiose con paso firme en busca de la muerte en batalla. Muerte que de un modo u otro, terminaría uniéndolo con su amada. Dirigió sus pasos, en línea de sangre, hacia el oeste, hacia la península de Iberia. Allí, algún descendiente suyo luchó contra las tropas musulmanas a favor de los reyes cristianos. Allí, su línea de sangre fue reconocida como Grande y el Caballero de Albany tomó posesión de las ricas tierras de Alba de Tormes y nombrado Duque.

Siempre, en sus contiendas, era acompañado por el fiel aunque irónico mayordomo Demian, que antes lo fuera de Edith la Nórdica. La Reina que lo rescatara de la Muerte, en el campo de Batalla.

Edith, también pudo contemplar, en la Cocina del Destino, como Merlín quedó atrapado, por propia voluntad, en el interior de una gruta convertido en estatua de cristal de cuarzo, en las cercanías del lago de la Espada divina y de su Dama. Allí permaneció, hasta que un noble guerrero bretón tuvo necesidad de sus servicios y de la espada, con el fin de convertirse en el primer Rey de aquellas tierras. Una vez terminado el mítico episodio del Grial, la espada regresó junto a la Señora del Lago y Merlín viajó hacia su Tierra del Norte, hacia Islandia, ya menos fría donde tomó la personalidad de Noel o Claus. Todos los años, en cierto periodo del invierno boreal, siendo fiel a las tradiciones de su extinto pueblo, se dirigía a las aldeas más cercanas. Entrando por las chimeneas de las casas y ayudado por unos polvos de su invención, adormecía a sus moradores para dejarles, en sus oídos, especialmente en el de los niños, mensajes de paz, justicia, amor y libertad.

El cada vez más luminoso espectro de la Reina Edith, contempló como su alma de Espíritu Ieu, regresaba al mundo de lo real, en una misma línea de sangre. Sin saberlo, él la buscaba una y otra vez. Una vida y otra más. Una Vida, una transición. Otra Vida, otra Transición. De forma desesperada, su búsqueda se convirtió en un despropósito de locura y ambición de conquista. En Ser Salvaje, Déspota y Dictatorial se convirtió. Miraba a los ojos de sus enemigos antes de acabar con sus vidas y desangrarlos como bestias. Respetaba la vida de las mujeres por si alguna de ellas era su Amada; pero no. Nunca la encontró.

Ve, llorando, el Alma de Edith, su Sophia, como su Alma Gemela, Ieu, se ha trastornado por una búsqueda sin fin debido a la poca paciencia y la ansiedad.

Una ingente tropa de bárbaros abandonan las tierras heladas del norte para, siendo comandadas despóticamente por el mestizo Ieu, dirigirse hacia el Sur, donde su Alma ciega lo manda. No sabe porqué pero hasta allí tendrá que llegar. No habrá, inclemencia, humanos o fieras que impidan que sus Cuerpo y Alma lleguen a las tierras calientes del Sur. Allí, su obsesión le dice, que se encuentra una parte de él, aunque no sabe el porqué. Y eso le desespera.

-Ha llegado la hora –se dice Edith desde la Cocina del Destino.

En las tierras altas escocesas hay uno, entre muchos lagos, rodeado por picudas y majestuosas montañas. El cielo gris se abre, mientras una inerte figura se yergue de sus límpidas aguas. Una espada porta en sus manos y que dirige su afilada punta hacia el Astro Rey, Ojo único de Odín, el tuerto, que acaba de surgir por el levante otoñal.

Desde el Eón solar, el Espíritu de Edith, devuelve su Alma, por medio de la espada, al cuerpo gris e inerte de la Dama del Lago.

Sus ojos recobran el fulgurante brillo de la Vida y muestra su pálido y majestuoso rostro, de Reina, al cielo.

Su pecho impetuoso hace tronar, hacia el Cielo una potente voz, amplificada por Thor el Dios del trueno.

-¡EDITH HA VUELTO!, Tiembla Ieu, Hermano del Alma.

-Venid conmigo –reclama la Diosa-, todos los Seres animados e inanimados. ¡Venid ya!, os quiero aquí conmigo, luchando a mi lado, conminados de nuevo, buscando la Verdad y para que termine de una maldita vez esta cruel pesadilla de terror y aflicción.

Una cohorte de animales e insectos de todas las especies. Árboles y plantas, tierras arenosas y montañas, se presentan ante el dulce furor de la Dama.

-Soy Bárbara –La de manos de arcilla roja-, ¿Me has llamado Hermana gemela?
Gentes de pelo rojo descendieron de las laderas de las montañas. Fornidos, musculosos. Hombres y mujeres todos ellos, vestidos de falda.

-Señora Diosa –dijo uno de ellos-, vos nos habéis convocado a la batalla e iremos con vos hasta los confines del mundo si fuera menester.

-Así me gusta –dijo Edith, la Reina Nórdica-, conmigo hasta la muerte, derramando hasta la última gota de nuestra sagrada sangre; muerte que no es tal y hasta los confines del mundo. Confines que no son tal.

-Calcemos nuestro mejor calzado –continuó-, y arropémonos con las ropas más livianas, pues allá donde vamos, poco de arropo vamos a necesitar; porque Hermanos y Amigos, debemos parar la tragedia que se cierne sobre la humanidad, pues mi Alma gemela, Ieu, ha entrado en un estado de enajenación y todo lo quiere acabar.

Buscándome su espíritu se ha descontrolado y enloquecido. Ayudadme a buscarlo, encontrarlo y parar esta carnicería.

*

miércoles, 18 de agosto de 2010

...un corazón dentro de otro corazón...


Para mí aún no tienes nombre, mi niña, aún no tienes cara, sin embargo durante la ecografía te he visto el corazón. Creo que nunca más en la vida he de verte el corazón, la oportunidad se goza, la visión no se olvida. Por los pequeños altavoces anexos al monitor, sonaba a ritmo de locomotora el corazón de tu madre, dj residente en tu after-hours, nana segura. Tu madre tiene ahora mismo dos corazones, lo he visto y lo he oído. La idea produce vértigo. Un corazón dentro de otro corazón, como un juego de muñequitas rusas donde yo también participo: ambos corazones estáis dentro del mío.

KIKE BABAS

La Verdadera Naturaleza de la Gran Conspiración


La Verdadera Naturaleza de la Gran Conspiración

(La Gran Perogrullada)

Es prácticamente imposible, conocer a ciencia cierta, quienes son los verdaderos artífices del Sistema que viene manipulando a la humanidad, desde tiempo inmemorial; pero sí hay una cosa cierta: La conspiración existe y vamos a recordárselo, a nuestros lectores, a hierro y fuego para que no lo olviden de nuevo.

Después de muchos años de estudios, al respecto, hay una cosa que tenemos clara: Lo que no es la Conspiración, no está provocada por una serie de razas alienígenas que nos controlaran como a una raza peligrosa y que no quisieran que llegásemos a salir al espacio. Tampoco se trataría de Seres dimensionales que nos utilizarían a modo de ganado para su propio alimento. Nosotros, en ese supuesto, vendríamos a ser como especie de baterías energéticas de las que viniesen alimentándose desde siempre. Mucho menos, seríamos los vasallos del Príncipe de este Mundo, Lucifer. Actitud, esta, promovida por las religiones monoteístas que mantienen, como veremos, el Gran Sistema Manipulador.

Pero si nada de eso es la Gran Conspiración, ¿De que demonios estamos hablando? Últimamente, se viene comentando que existe un gran Club de Poder así como organizaciones más o menos secretas, de carácter esotérico en algunos casos, que sostendrían los pilares de la Gran Conspiración y, hasta cierto punto eso es correcto, no vamos a volver sobre ello ni a mencionar nombres que pudieran estar en la boca de todos. Nosotros nos vamos a centrar en la Naturaleza de la Gran Conspiración.

La Naturaleza de la Gran Conspiración es: El mantenimiento del Poder Mundial por parte de una Jerarquía compuesta por unas determinadas familias, concretas, que pertenecen a estirpes muy, pero que muy antiguas. Es evidente que no podemos simplificar, hasta lo absoluto, algo de tal complejidad; pero si nos damos cuenta, esto es así: Determinadas familias, desde tiempo inmemorial, vienen educando a sus retoños, especialmente a sus primogénitos, para mantener sus apellidos familiares, estirpe, y no perder el poder que desde siempre han detentado.

La Educación especial es la verdadera naturaleza de su poder y la constitución de una organización corporativa, que mantiene unidas a dichas familias, es la verdadera herramienta que los mantiene en el Poder desde antes que se fundara la Historia como medio de transmisión de información. En esa educación no puede entrar ningún tipo de escrúpulo hacia sus semejantes, peones de esta historia, y sí la psicología necesaria para usar las herramientas de manipulación que siempre se han encontrado a su alcance: La Política y la Religión y el ejército, entre otras.

Durante el transcurso de la Historia, la mayoría de los ciudadanos, hemos sido sus siervos, esclavos y trabajadores baratos. En la actualidad no somos otra cosa, aunque decorados con las invisibles prendas de la libertad. De hecho, de ese modo, les resultamos incluso más económicos que si tuviesen que responder personalmente de nuestro bienestar. ¿Conocen el chiste ese del burro y el arriero que termina con: yo le doy unos cuantos duros y que el burro se busque la vida? Pues eso, antes nos tenían que dar cobijo de por vida. Si enfermábamos nos mandaban al médico para curarnos y nos alimentaban para que pudiésemos ser productivos. En el presente, nos han regalado con la libertad, la democracia y un paupérrimo salario para que nos busquemos la Vida por nosotros mismos.

El Engaño consiste en hacernos creer, al Vulgo, que algún día, ya que somos libres, podríamos llegar a ser como ellos: Osar y vivir como reyes y marajás. Podemos mandar a nuestros retoños a las universidades y estudiar casi cualquier carrera, aunque tengamos que pedir un crédito a un banco que nos entrampe de por vida; pero la cosa no es tan fácil. Ellos van a otras universidades o al menos a otras clases. El método de estudios es diferente. Para nosotros es generalista. Ellos serán adoctrinados en la manipulación. Ya se ocupan, en sus propias familias, de que sean educados para perpetuar la Especie Dominante, ellos, que deberá detentar el Poder por siempre. Ellos son educados en el ahorro económico y en la suma de haciendas y propiedades. Nosotros somos educados en vivir la Vida lo mejor posible, ir a la playa en verano y a lo sumo realizar algún crucero cuando nos podamos jubilar; si eso en el futuro puede llegar a ser posible. Las herencias de los pobres se reparten equitativamente entre los hijos. Somos educados en la simple imitación de nuestros dueños y señores.

La Barrera invisible de la Clase Social nos separa de ellos, como las bandas blancas continuas, lo hacen en las carreteras para separar los sentidos de conducción Es evidente que todo es artificial y una aberración que se mantiene desde que el Hombre tiene consciencia; pero ¿como luchar contra tan tremenda injusticia? En la época del Imperio Español se crearon para luchar contra la arbitrariedad del Poder las mafias. Solo se puede luchar contra el Sistema con sus propias armas; pero para ello, el miserable obrero tendría que cambiar su mentalidad. ¿Por qué no podemos nosotros llegar a tener nuestra propia estirpe? Una vez creado un poderoso sindicato, este mismo, evita la competencia impidiendo que pudieran crearse otros sindicatos pequeños. Estaríamos en el mismo problema, solo habríamos construido una capa de cebolla más del Sistema.

Creo, queridos amigos, que nos encontramos ante una situación bien conocida de todos. Conocemos cual es la conspiración y que se basa en la estirpe familiar de unos pocos; pero los humildes no poseemos estirpe o si la conseguimos se pierde en unas pocas generaciones. Las mafias fueron creadas, en un principio, para luchar contra esa pérdida de identidad tan querida por el Sistema para sus ciudadanos, de ahí el nombre de Familias. Es el propio sistema escuchadme bien: ES EL SISTEMA QUIEN QUIERE QUE SE ELIMINE LA FAMILIA. La familia es el único núcleo que puede luchar eficientemente contra la Gran Conspiración. Recordemos que ellos se encuentran al margen del sistema educacional convencional

La Solución es compleja y dificultosa ya que deberíamos cambiar nuestros hábitos y que recordemos son impuestos por el propio Sistema. No vivamos por encima de nuestras posibilidades e intentemos ahorrar aunque sea en pequeña medida. Olvidémonos de esas caras vacaciones que tenemos que pagar en plazos interminables, invirtamos en joyas y propiedades tangibles. Intentemos que nuestros hijos no solo acaben sus carreras sino que salgan al extranjero a estudiar masters y otros idiomas. Aún así, quizá, tampoco podamos solucionar el problema pues en el mejor de los casos lo que habríamos conseguido es que nuestros hijos entren en las esferas del poder y eso será una victoria individual; pero que si no se mantienen en el tiempo no habrá servido para nada solo para aumentar algún que otro filamento del poder del Sistema. Solo se habrán incorporado algunos individuos a los engranajes del Sistema.


Hemos descubierto ante vuestros ojos cual es la verdadera naturaleza de la Gran Conspiración: El mantenimiento histórico del poder mediante la perpetuación de diversas estirpes familiares.

Hemos descubierto que solo se puede luchar contra ese sistema mediante la constitución de mafias familiares que perpetúen tanto la revolución como el propio conocimiento de que la Conspiración existe en realidad, que no es una patraña inventada para hacernos perder el tiempo.

Hemos descubierto que se intenta encubrir, la Gran Conspiración, mediante fantasías propias de crédulos y charlatanes. La Gran Conspiración y su Sistema son algo verdadero, y muy real. Ahora solo depende de nosotros. De que nos mantengamos despiertos y queramos cambiar nuestro acomodaticio sistema de vida impuesto por el propio Sistema.

Lo que es evidente es, que lo que llevan controlando, esas estirpes familiares, durante miles de años, no vamos a cambiarlo sus pobres y humildes vasallos en pocas generaciones; pero si es importante que nos encontremos a la expectativa y mantengamos una memoria familiar activa.

Dejemos que sean otros quienes pongan nombre a las familias que nos ordeñan como a ganado, nosotros nos hemos limitado a quitarles la careta que los ocultan de sus verdaderas intenciones: seguir viviendo como dioses a costa de sus miserables hermanos, Nosotros.

Solo la Revolución nos podrá librar de los hijos de los hijos de los hijos que nos vienen controlando y engañando desde tiempo inmemorial. ¡Recuerden esto, por favor!

ARALBA

martes, 17 de agosto de 2010

Definiciones Exquisitas


Espacio, tiempo / y reparte suerte.

El odio / sirve para bajar el sueldo un 5 %.

El mar / es insufrible pero azul.

Estamos cuadriculados / por el camino corto.

Sin razón aparente / me abruman los recuerdos.

Vino, cerveza / y vuelta a empezar.

Vámonos a Cádiz / a base de Vodka.

Menos lobos, / que hace calor.

Esperanza Aguirre / suele acabar borracha.

(En) El sur también / rompen jarrones.

No creo en nada / porque te duele.

Adiós, mi amor, voy / a sabiendas de no quererlo.

Siento desperdiciar / la vida es así.

Me corté la coleta / para escapar.

Bebí, te hice el amor, y al / despertar:” otro día igual”:

El turismo en España / es producto de la educación deficiente.

Los sindicatos / sirven para curar heridas.

Échale guindas al pavo / para que todos nos sintamos menos desgraciados.

La soledad / sirve para desprenderse del pasado.

Todo el mundo / es delictivo.

Ten muchos amigos / para revolver la mierda.

Hoy será ayer si / mañana será otro día.

Te dije que no y / yo me retracto.

Para bien o para mal / se vuelve contra ti.


Círculo de Lavapiés

lunes, 16 de agosto de 2010

Los arquetipos de Luz-Bel: 1 - El Mago


1 - El Mago

El Caos ha tomado consciencia y así ha conseguido la sabiduría. Ahora sabe lo que hace, se siente eterno y utiliza su Poder para crear con las herramientas de los elementos.

Al Mago no podemos acercarnos demasiado porque la energía que desprende es terriblemente poderosa. Todo ha sido construido con su magia, su ciencia; pero por otro lado, jamás intentará hacernos daño pues el Mago sí sabe lo que hace, como lo hace y sus consecuencias.

Pídele permiso, hijo mío, al Mago y es posible que deje que te acerques cuando el lo crea conveniente y sepa que no serás dañado. El Mago es sabio, desconoce la inconsciencia y está realizando siempre cosas. De él surge toda la creación conocida; pero se trata de una creación ordenada y sujeta a leyes muy bien definidas.

Cuando aprendas la magia del Mago, hijo mío, ten cuidado antes de utilizarla. Ahí radica el verdadero peligro. Pregunta siempre y no te calles. No creas saberlo todo, pues la creación posee múltiples matices cuya importancia nos puede desbordar y hacer que nos equivoquemos. Aprende a conseguir una consciencia superior que te posibilite para poder usar esas herramientas tan finas y precisas.

Dentro del Mago se encuentra todo. Donde antes había locura ahora hay cordura. Donde antes existía Caos ahora persiste el orden y donde antes existía inconsciencia, oscuridad, ahora hay consciencia, luz.

Antes de crear, el Mago ya sabe lo que va a surgir de sus acciones. No hay nada dejado al azar, la casualidad. Todo en el Mago, hijo mío, es premeditado de forma concienzuda. Ha organizado su energía de tal modo que cuando la dirija hacia su objetivo lo alcanzará, no te quepa duda alguna.

El Mago pudiera parecer un Maestro severo; pero en el fondo no quiera nada malo para sus discípulos y criaturas. El Mago vive a través de su creación, siente por medio de sus criaturas y aunque se mueve por esferas que se encuentran por encima del bien y del mal, jamás moverá un músculo con el que pueda perjudicar a nada ni a nadie.

El Mago tampoco es bueno o malo, es Consciente. Solo eso, sabe lo que se trae entre manos, conoce las consecuencias de sus actos. Sabe, a ciencia cierta, que todo efecto es precedido por una causa. El pone las causas en movimiento para conseguir los efectos creacionales. Antes era esencia caótica; pero como Mago se ha convertido en energía ordenada. Fija su mirada en su propio reflejo devuelto por el espejo de su propia creación. Es la unidad donde antes había dispersión. Todo lo disperso se ha concentrado y ha dado lugar a la Mente del Creador.

Sí, hijo mío, eso es el Mago, Dios. Tú podrás llegar a ser como él. Miento, serás él. Ordena tu mente y no actúes hasta que no hayas sopesado todas las consecuencias posibles. Medita antes de actuar como si estuvieses ante una partida de ajedrez cósmico. Usa tus herramientas con sabiduría. Sí, tu mente posee inteligencia y memoria con los que discernir entre el bien y el mal. Siempre sabrás, como lo sabe el Mago, cuando actúas correctamente y cuando de forma equívoca; pero para ello tendrás que ser ligero en pensar y tardío en actuar.

Cada acto, premeditado, debe de ser la consecuencia de múltiples opciones sopesadas por ti. El Mundo no es perfecto porque antes del Mago existió el Loco y lo que está ordenado en el Mago, aunque eterno e infinito, sigue siendo originado por el caos inconsciente. El Caos y la consciencia son hermanos gemelos, de hecho son una sola cosa; pero el caos del Loco siempre es consustancial. Es el Hermano, sin edad del Mago. El Mago es el Uno, el Loco el 0, el caos, la Inexistencia, la falsa nada. El Mago es el Punto y origen de todo lo que existe.

El origen del Mago es inexistente. El Mago es infinito y eterno y contiene dentro de su seno el caos de su hermano el Loco; pero este último también contiene, en sí mismo, a su gemelo.

Cuando te acerques al Mago, hijo mío, con el fin de convertirte en su aprendiz, acércate con prudencia no con desconfianza. Sé prudente pues las fuerzas que el Mago maneja no son otras que las propias del Loco pero ordenadas, catalogadas y sabiendo lo que pueden hacer cada una. Pídele con decisión al Mago que te enseñe, pues es el único modo que tienes de estar vivo, sentirte vivo y convertirte en el creador que ya debías de saber que eres.

Mira hacia abajo, desde el Punto, ahora sí manifiesto, y conviértete en el brazo de la punta afilada del compás; pero primero, hijo mío, debes de ser consciente de que tu y yo somos primero el Loco y ahora, también, el Mago.


ARALBA

viernes, 13 de agosto de 2010

En casa de Gloria



Dedicado a mis "amigas" LaMari, L'Almu, y LaSilvi

Me acababa de masturbar. Fue sacar las nuevas braguitas de Oysho que me había comprado aquella tarde con mis amigas, y sentirlas ascender por mis cortas piernas, cuando empecé a sentir el cosquilleo que tan bien conocía. Sonó el teléfono y no tardé ni cinco segundos en confirmar mi asistencia aquella noche en casa de Gloria.

A pesar de mi puntualidad, el salón de la casa ya estaba lleno de gente con los vasos en la mano. Ví a Moni que estaba con unas desconocidas y me uní a ellas. Después de una hora más o menos, apareció el novio de una de las chicas. Era simpático, con una agradable sonrisa y una imposible mirada azul; empezaba a sentir aquel cosquilleo.

Acabamos los dos hablando de nuestros varios viajes; estábamos emocionados. Habíamos estado casi en los mismos lugares. Yo cada vez sentía más calor por mis piernas y la nuca, y él cada vez me miraba con más lascivia. Su chica había desaparecido, no quiero pensar donde acabó.

Con el alboroto de la fiesta, (creo) que nadie se dio cuenta cuando nos metimos en la habitación de Gloria. Nada más echar el pestillo él me aupó sobre sus caderas y empezamos a besarnos. En aquel momento ya había perdido la consciencia racional, me acaba de convertir en puro instinto.

Nos tumbamos en la cama. Él me fue quitando el pantalón poco a poco, la blusa, el sujetador y mis braguitas “de la suerte”. En ese momento me asaltó la necesidad de dar, ofrecer todo mi “yo” a ese “otro”. Nos intercambiamos de posición. Ya no era capaz de abrir los ojos, estaba ciega de lascivia. Fui directa. Le desabroché la hebilla, abriéndole sus pantalón hasta que pude bajárselo del todo.

Como sorpresa, le metí la mano en los calzoncillos sin quitárselos, sabiendo el morbo que provoca está maniobra a los chicos. Palpé su vello, sus ingles, su clítoris, hasta la abertura de su vulva. En ese momento me costó reaccionar, no fui consciente hasta que mi mano dejó de acariciar y él se quedó como petrificado.

Alcé la cabeza y le miré a los ojos. Él me miraba con angustia, como sintiéndose culpable por algo que sabía perfectamente que había hecho mal. Yo intenté hablar, aunque solo fuera susurrar, pero no pude. Cerré los ojos, dejé que la pasión me poseyera y le aparté un poco los calzoncillos, hasta que pude lamer su clítoris. Empezó a estremecerse. Yo inicié mi serie de espasmos incontrolables que tan llena me habían hecho sentir a lo largo de mi vida.

Los dos nos abrimos aquella noche. Acabamos hablando de la insatisfacción en nuestros respectivos trabajos, hasta que dejamos de oír ruidos en el salón. Nos abrazamos con un beso y nos despedimos. Llegué a casa un poco mareada, pero con el corazón palpitante de vida. Pensando en ella me volví a masturbar en la cama. Me quedé dormida con su nombre escrito en mi dedo. Se borró.


Clara Solano

jueves, 12 de agosto de 2010

Concepto Aralbista del Lenguaje/Historia


El Lenguaje, en cualquiera de sus manifestaciones, habría que tratarlo como un simple medio de comunicación. La Historia, igualmente, como un sistema aséptico de plasmar la Realidad para que pueda ser comprensible, en el futuro, por nuestros descendientes.

No obstante, como la Condición humana es eminentemente estúpida, usamos estos medios de transmisión de la información como formas de manipulación intrínseca.

Cada vez que se desea expresar algo, en un círculo reducido y que nadie más tenga acceso a dicha información, creamos nuestro propio lenguaje y lo convertimos en tan complicado que a veces hasta a nosotros mismos nos es difícil recordar su significado.

Antaño, era factible dicha forma de usar el lenguaje, con el fin de proteger la propia vida, ya que por cualquier cosa, según las interpretaciones interesadas, podían condenarte a muerte en cualquiera de sus múltiples variantes.

Hoy, por el contrario, lo que conseguimos es plantar tantos árboles en la línea del horizonte que nos impiden ver el bosque. La Verdad no es tan complicada como pensamos; pero a veces la enrevesamos de tal modo que queda convertida en algo solo comprensible para unos pocos iniciados, que han dedicado una parte importante de su valioso tiempo en adquirir los necesarios conocimientos de interpretación.

La Historia, en ninguna de sus facetes, merece mayor credibilidad que la que pudiera tener una historia de ficción en cualquiera de sus múltiples manifestaciones. Generalmente, suele ser utilizada, por los poderosos y los vencedores como medio de adoctrinamiento en todos los sentidos, tanto político, moral, intelectual como filosófico.

El único medio que el Hombre tiene para poder distinguir cuando algo es factible o falso es por medio del discernimiento; por cierto, uno de los principales atributos de la consciencia. No hay que ser del último que llega, por mucha confianza que hubiésemos depositado en su persona. Si queremos ser nosotros mismos, cualquier información que nos llegue, debe de ser siempre filtrada; pues en numerosas ocasiones nos mentimos de forma inconsciente, sin mala fe, habiendo dado crédito a otros en los que habíamos depositado nuestra confianza sin un motivo coherente y lógico.

El lenguaje claro y diáfano, mostrado por una historia limpia, siempre llegará a nuestros sentidos en forma de imágenes visuales que nuestro cerebro interpretará de forma fácil y sin necesidad de traductores de ningún tipo. Si por el contrario, fuese de complicada interpretación, deberíamos ponernos en guardia porque, con total seguridad, alguien estará intentando manipularnos: Un partido político, un gobierno, un jefe, una religión, hasta un pretendido amigo o algún familiar.

Es debido a ello, que en muchas ocasiones se encuentra mayor verdad en el Mito o en el Cuento que en lo que conocemos por Historia. Cuando estudiamos un Mito o un Cuento, ya nuestro discernimiento, ha sido puesto en funcionamiento e intentará dilucidar lo factible de lo fantástico. Cuando estudiamos Historia, ese filtro suele estar desactivado y nos tragamos lo que se nos cuenta como algo verídico, porque está refrendado por un historiador y la oficialidad que lo avala.


ARALBA

miércoles, 11 de agosto de 2010

El Libro del Patio Amarillo - 2


El ser verdadero del Patio Amarillo
está vestido de bermellón.

Al principio de los pasos, la varilla macho
del cerrojo conjunta los dos batientes.
Entre las sombrías torres trepando
a alturas vertiginosas,
Esencia y aliento son sutiles
en el campo de cinabrio.

La tierra fertiliza con agua pura
del estanque de jade.
Raíz mágica firme y dura :
vejez sin decrepitud.

martes, 10 de agosto de 2010

Kaos Quántico - La Dama del Lago


Capítulo V

La Dama del Lago

Rodeado por altas y escarpadas cumbres, se encuentra el lago de la Reina de las ondinas. Sus tranquilas aguas reflejan el gris y taciturno cielo matinal.

Los cascos de un alazán rojo rompen el tétrico silencio del paisaje. Una morena amazona, de impresionante porte, se acerca al agua, montada a caballo.

Porta, pendiendo en su espalda, un impresionante mandoble con empuñadora de oro enjoyada con diamantes y piedras preciosas. La tenue luz de la mañana se refleja en su ancha y afilada hoja.

Triste, la amazona, descabalga. Toma la espada con ambas manos y se acerca aún más hasta tocar el agua del lago con sus descalzos pies. Alza la Joya hacia el cielo para herir con su punta al cielo.

-¡Reina Edith!, ¡Reina Edith!, ¡Reina Edith! – Clama la amazona-, Aquí Macarena, vuestra fiel servidora, os traigo a la portadora de vuestra Alma.

Quedan rotos la magia y el silencio del lugar. Las tranquilas aguas del lago, primero por una tenues e imperceptibles ondas para convertirse después en una impresionante erupción de furia surgida desde el mismo centro del lago.

La amazona Macarena se encuentra, como petrificada, manteniendo sin esfuerzo alguno aquella poderosa espada que mira al cielo.

Del epicentro del terremoto acuoso surge, primero, un puño blanco e inmaculado. Después un brazo níveo, torneado y divino. Después, el voluptuoso torso de la diosa propietaria del lago.

Aparece un dulce rostro, después su desnudo torso. Sus cabellos de oro atraen al astro rey como si de un poderoso imán se tratara. El gris del cielo se transforma. Deja de serlo para mostrar la belleza de un magnífico azul reflejo de los propios ojos de la Dama del lago.

Edith dirige su calma mirada hacia su amazona y con el brazo derecho, que estaba ya en alto, abre su mano cerrada, de delicados dedos. Macarena ha entendido el mensaje de su Reina.

Apunta el filo de la espada hacia el centro del lago, donde se encuentra su Doña. Un poderoso rayo de luz estremecedora surge de la punta de la espada para unirse a la propia luz que surge de la palma de la mano de aquella. La Dama de ojos de cielo y cabellos de oro. La Dama sumergida, parcialmente, en las sagradas aguas del lago de aquellas altas tierras.

Macarena, sin dudarlo, suelta el mandoble. Ahora sonríe abiertamente por el trabajo bien cumplido. Vuelve a echar una última ojeada hacia su Reina. Da media vuelta y, montando su alazán rojo, retoma el camino para regresar por donde había llegado.

La Dama del lago, la Reina Edith, toma a Excalibur con ambas manos y apunta con ella a la esfera solar, la cual había aparecido tras retirarse los negros nubarrones.

La luz reflejada por las suaves sedas de su vestido se ve acrecentada por la propia de su espíritu, concentrándose en la punta del mandoble hasta formar una esfera de energía dorada. Un rayo de luz se escapa de la estrella recién formada, mientras el cuerpo de la dama así como su espada se vuelven tenues y etéreos, hasta diluirse y desaparecer por completo.

Ahora la estrella, el espíritu de Edith, realiza un viaje hacia el firmamento estrellado. Ese que permanece oculto, a nuestros ojos, por los rayos dispersos del sol naciente.

*

-Merlín –se dirigió el bruto bárbaro Ieu, hacia el viejo enano-, ¿vos creéis que la Reina nórdica saldrá de esta?

-No lo sé, hijo mío –contestó el elfo gris, como gustaba así de ser llamado-, las cosas de la muerte ni los propios dioses son capaces de preverlas. Ahora, quizá, se encuentre en el Valhala, con nuestro Padre Odín. Solo las Nornas, diosas del destino, así como su propio padre saben si regresará con nosotros, los muertos en vida.

-Padre merlín –apuntó el joven bárbaro-, aquí os traigo las hierbas que me indicasteis, así como esta cantidad de queso azul.

-Bien hijo, bien. Aprende de tu padre todo lo que puedas. Porque aunque soy longevo; sé que poco tiempo ya me queda de estar entre vosotros.

El anciano mago preparó una gelatinosa pasta con algas de mar que mezcló, en un mortero, con las plantas que Ieu, su hijo, le había llevado.

-Mira, querido hijo, estas verdes matan lo malo; estas azules evitan la inflamación y las violetas impiden la infección. Ahora que está todo bien amasado, tendremos que compactarlo dentro del hueco dejado por tu lanza dentro de su cuerpo. Pasado el tiempo, el cuerpo reconstruirá los tejidos dañados y absorberá esta pasta curativa. Ahora, dile a dos de tus hermanos que se acerquen a ayudarnos.

Ieu se presentó, al rato, con dos fornidos bárbaros.

-Vosotros dos –Dio instrucciones el elfo gris-, sujetaréis fuertemente a la reina; mientras tú, Ieu, tira despacio, pero con fuerza, del trozo de lanza para que yo vaya rellenando el hueco dejado con la pasta curativa.

Al poco ya había sido realizado todo el proceso. Merlín cosió, con destreza, tanto la herida de entrada como la de salida. Aplicó, en ambos lugares, un emplasto realizado con los hongos del queso azul y finalmente procedió a vendar la zona.

-Gracias por vuestra colaboración –despidió Merlín a los bárbaros-, ahora solo resta esperar – se dirigió a Ieu-, que la calentura realice su trabajo sanador y que la fiebre baje. Ahora tú, mantén húmedo y fresco el cuerpo de tu Amada.

-¿Amada, decís, Padre? –Replicó malhumorado el joven-, pero si es nuestra mortal enemiga. Hoy murieron muchos hermanos míos en el campo de batalla.

El viejo enano sonrió dando unas sonoras palmadas sobre el hombro de fornido bárbaro.

-Yo sé lo que me digo, hijo, tú confía en mí; que soy tan viejo que, a veces, hasta los dioses me piden consejo. De hecho, ahora estará Thor dando la buena nueva al Padre Odín.

*

-Hija mía, ¿que haces tú por acá? – pregunta el Padre Amor a su hija más apreciada.

-Padre, me encuentro allí abajo, al borde de la muerte, Dios de mi corazón – Contestó el espectro de Edith con unas pocas palabras dignas de una oración.

-La causa de mis afanes –continuó-, mi alma Gemela, en sus ojos lo vi., ha sido.

Ella ha acabado con mi Vida.

-Lo sé, Hija mía –confirmó las palabras de Edith, el Gran Primado Humano-, desde este lado todo lo hemos contemplado. Gran interpretación ha sido la vuestra.

-Me alegro Señor –replicó Edith la rubia diosa-, que hayáis disfrutado del Espectáculo; pero ese mundo de allá abajo está cargado de un gran dolor.

-Ya lo sé hija mía, ya sabemos que no todo salió como se planeara; por eso os mandamos a ti y a tus hermanas; pero tendrás que volver y ayudarlos a encontrar el camino de salvación. El camino de regreso a Casa.

-Casi no sé como, Padre. Yo miré a los ojos del bárbaro y descubrí, en ese hombre, a mi alma gemela. El solo se estremeció; pero no me reconoció.

-Recuerda, nuestra bien amada Edith, que Adam Kadmón, como unidad divina, se disgregó. Que todas y cada una de sus partículas energéticas conforman tanto el escenario como los personajes. Él, ese bárbaro que dices, como el resto de los intérpretes no tienen memoria de su pasado divino; pero ese estremecimiento, del que hablas, es una señal de que algo, en su interior, te ha reconocido como su igual y no lo comprende.

-¿Un salvaje, Padre mío?

-Tú bien lo sabes, mi amor, es el papel que ahora le ha tocado interpretar.

-Ahora hija mía –continuó el Primado su disertación-, ahora tendrás que regresar al mundo de los muertos vivos para completar tu trabajo. Bésalo en sus labios y traspasa con tu alma su corazón. Entrégale el contenido de su propia alma.

-Señor –replicó, de nuevo, la bella diosa-, en sus costumbres el beso no está contemplado, incluso es castigado por ser de origen maligno.

-Estamos al tanto, hija mía. Ya no hay más tiempo. Aquí con nosotros has pasado mucho tiempo de ellos. Tienes que regresar y apañártelas, como sea, para traspasarle tu aliento aunque a la fuerza sea.

*

El sol, sobre el lago de la montaña, devuelve uno de sus más bellos rayos de luz hasta su superficie límpida y clara. La luz va tomando la forma de la Dama del lago. Ella aferrada a su espada se sumerge en las frías y profundas aguas para seguir durmiendo un sueño de duración eterna.

*

Varios meses después de tan profundo sueño.

-Padre –gritó Ieu, llamando a Merlín el Elfo gris-, la Dama, después de tanto tiempo, vuelve en sí y la calentura ha desaparecido por fin.

Con los pasos de un anciano, el viejo enano se acercó hasta el lecho de la Reina Edith.

-¿Qué ha sucedido, donde me encuentro? –La Reina miró a su alrededor. Sus ojos hicieron que fuera tomando consciencia y terminó gritando- Arjjj. No, Dios, no…
-Tranquila Reina Edith. No tiene nada que temer-, dijo Merlín.

-Pero eso, ese –dirigió su perdida mirada al bruto Ieu-, eso intentó acabar con mi Vida. Lo peor de todo, se negó a darme un beso de Vida.

-Por estas tierras –protestó Ieu-, eso es un hecho condenado con la muerte.

-Si, Hijo –matizó Merlín-, nuestro aliento, por nuestras costumbres, es apestoso y mortal. Nuestros vientres se nutren de carne y pescado crudo; pero si la Dama dice que besarla tienes. Eso harás, ninguna duda te quede.

-No Padre, claro que no lo haré. Mis costumbres me lo impiden y ahora tú no me las vas a cambiar.

Ieu salió, despotricando y soltando maldiciones, de la sala dejando a solas a Edith, la Reina Nórdica, con Merlín el Sabio Troll.

-Una pregunta Troll, y el resto de vuestros hermanos ¿donde están?

-Reina Edith, Trolls es una gran ofensa para nosotros; pero hoy no me ofendéis, viejo ya soy. Solo quedo yo divina Dama. El resto ya murieron todos. No queda ninguno de mi estirpe.

-¿Muertos, como es eso? –preguntó la güera nórdica.

-Vuestros hijos robados, esta Tribu que contra ti ha combatido, una mortal infección nos trajo. Todos murieron sin poder respirar. Espumarajos de sangre soltaban por su boca, mis hermanos, y espantosas toses quebraban sus gargantas y espíritus. Ya no queda nadie. Todos murieron.

-Pero ¿vos? –reclamó una respuesta la Reina Nórdica.

-La excepción, mi Reina. La excepción. De hecho, yo debería haber fallecido hace varias generaciones; pero aquí me tenéis condenado a seguir vivo entre vosotros, los dioses vivientes. Esa enfermedad, en mi cuerpo produjo el efecto contrario y así me veis. Condenado a vivir por siempre hasta que tus dioses decidan mi fin.

-Entonces –afirmó Edith-, tu sabia estirpe desapareció del todo.

-Bueno, mi Reina, no del todo. Algunos descendientes nuestros viven entre vosotros, dioses venidos del cielo, de hecho, mi hijo Ieu es parte de mí. El procurará que no se pierda mi descendencia.

-Era imposible –protestó la Reina-, era imposible la mezcla entre nuestras, tan diferentes razas.

-Vos, Señora, lo habéis dicho. Era imposible. Ahora no. He realizado muchos experimentos que terminaban en fracasos, uno tras otro; pero un día el milagro ocurrió y conseguí que ese híbrido pudiese tener descendencia entre los tuyos. Después de muchas generaciones, ya serán multitud. Esos Trolls, como nos llamáis convivimos con vosotros, como padres, hijos y hermanos.

-Señor Merlín, Señor Merlín –Un bravo Bárbaro entró en la estancia jadeando-, ingentes tropas de nórdicos han llegado hasta nuestra costa. La empalizada está siendo atacada y no resistirá demasiado.

-Y Ieu, mi Hijo, ¿Dónde se encuentra ?–Preguntó asustado el anciano.
-Fuera Señor, peleando fieramente. Defendiendo la empalizada.

-Dios de nuestro corazón –Gritó Edith, la Reina Nórdica-, Ieu no debe morir, aun no.

Llevadme al campo de batalla pronto.

-Estáis malherida –protestó Merlín.

-Eso ya no importa. Mi vida no valdrá nada si tu hijo, nuestra heredad conjunta, muriese. Nada Merlín nada valdrá nuestra Vida. Ni la suya ni la mía.

-Bueno –protestó Merlín de nuevo-, se hará como vos decís. Algo se me escapa pero supongo que sabéis lo que hacéis.

Los cadáveres en el campo de batalla regaban las heladas tierras. Un enjambre de jóvenes combatientes bárbaros separaba la comitiva real de las tropas nórdicas. A lo lejos, la Reina Edith pudo contemplar el épico combate de Bifredo de Albany; como blandía a Excalibur a modo de defensa provocando la muerte de sus contendientes con la daga que mantenía en su otra mano. Uno tras otro, todos sus contrincantes caían bajo el coraje del aguerrido caballero.

-¡OH!, Dios, Dios. ¡No! –Gritó Edith con todas sus fuerzas-, Bifredo, a él no.

Esta vez, había sido Excalibur, en el fragor de la batalla, quien atravesara el pecho de un nuevo contrincante. La espada divina había hecho correr la sangre.
Ieu, el Hijo de Merlín, había sido herido de muerte por la divina espada de la Diosa Edith, siendo empuñada por, su valedor, el caballero Bifredo de Albany.

-Bifredo, Bifredo –ya, algo más cerca, siguió gritando la Reina-, devuélveme mi Prenda.

-¿Cómo Señora? No puedo llegar hasta vos, por lo menos aún no.

-Besa en la boca a ese guerrero que acabas de atravesar con nuestra espada. Ahora, Maldita sea.

-¿Besar en la boca a un bárbaro moribundo, a un hombre? ¿He oído bien mi Señora?

-Siiiiiii, No pierdas tiempo, has lo que te he dicho y pronto, Arjjj –La palabras de la reina fueron fulminadas por una flecha hermana.

El caballero de Albany miró al despojo de hombre que tenía a sus pies. Sus ojos casi vacíos se encontraban dando la bienvenida a la parca. Su boca estaba infectada por un mar carmesí.

Sin pensarlo dos veces, el Caballero de Albany se arrodillo. Tomó entre sus manos el rostro, casi frío, del Bárbaro y lo acercó al suyo propio.

-No sé porqué estoy haciendo esto ¿Me oyes Bárbaro? No sé porqué hago esta marranada; pero es una orden de mi Doña.

Los labios de ambos hombre se unieron con fuerza. Albany apretó sus labios con los del bárbaro y le transmitió su aliento. El aliento que antes le entregara, en prenda, su Ama y Señora. Aquella que un día, no lejano, le rescatara de una carnicería. La propia sangre de Ieu se había mezclado con los fluidos del propio guerrero teutón. Ieu dio su último aliento y expiró.

Albany dejó, a su suerte, al cadáver del bárbaro y se dirigió corriendo y batallando, con Excalibur, hasta alcanzar el lugar donde yacía el moribundo cuerpo de su amada Reina Nórdica, cuyo cuerpo estaba siendo llorado y custodiado por el viejo anciano y mago.

Al acercarse más a su Señora, Bifredo de Albany, pudo comprobar como una flecha nórdica había atravesado el corazón de Edith, la Reina más hermosa.

-Ahora –dijo Merlín al caballero-, mis artes nada pueden hacer para salvarla.

Los luminosos ojos de la Reina Edith se clavaron en los de Albany.

-¿Estaba vivo cuando…?-preguntó la reina rubia con una voz lejana y profunda. Más de otro mundo que de este.

-Le pasé vuestra prenda, mi Señora. No temáis, estaba vivo aún, cuando le entregué el beso que me distéis en la gruta de vuestro palacio y que me entregasteis prestado tal como me dijo Demian, vuestro mayordomo.

Dentro de su triste situación, Edith sonrió y pensó, para sus adentros “Entonces, no todo está perdido…En el futuro, en otra vida, en otro lugar, este hombre me buscará…Yo me ocuparé de que pueda encontrarme, de algún modo él me encontrará”

-Señora ¿Ahora qué? –interrumpió el Teutón los últimos pensamientos de Edith su amada reina.

-Abandonad este duro y frío lugar…, Merlín coge a nuestros niños y vuélvete al sur…, con éste mi Valedor. Yo me ocuparé –miró fijamente a los ojos del anciano-, me ocuparé de encontrar a tu hijo en el tiempo-, Bifredo, viajad hacia el Sur. Siempre hacia el Sur. Hacia las tierras cálidas y buscad a mi hermana Kali.

Edith entrego su último aliento a la Parca, con esas, sus últimas palabras.

-¿Qué haré sin ella, ahora? -dijo el guerrero con lágrimas teñidas de sangre cayendo por sus mejillas.

-Ya habéis oído a vuestra Señora –dijo Merlín-, seguid hasta la última de sus palabras, al pie de la letra. Yo y vuestros hijos, mis bárbaros, con vos iremos, con la muerte nos enfrentaremos y ocuparemos las tierras del indo; donde algunos de mis mestizos allí nos están esperando.

-¿Qué haremos con su cuerpo Merlín?

-La llevaremos con nosotros; no podemos permitir que su hermana Bárbara la canibalice. Ella no podrá ser devorada. Atravesaremos el mar del norte y llegaremos a las islas que bordean el gran continente, templado, del sur. Allí, en las tierras altas, donde viven nuestros hermanos pelirrojos, hay un lago sagrado. Allí dejaremos su cuerpo y a esta, ahora maldita espada, al resguardo de sus sagradas aguas. Algún día, un buen Rey podría, a ambas, necesitarlas.

*

ARALBA