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lunes, 26 de julio de 2010

Mirándose el Ombligo


- Mañana voy a Cuenca a ver a mis hermanos.
- A ver si en el trabajo me suben el sueldo.
- Hace mucho tiempo que no veo a mis hermanos.
- Trabajo demasiado y no me siento valorado.
- Les he comprado unos regalitos, seguro que les hará mucha ilusión.
- Lo que temo es que el Jefe me mande a freír espárragos. Todos son iguales.
- Tengo que ver a que hora sale el autobús, no quiero llegar demasiado tarde.
- Me entrenaré delante del espejo y no me hará bajar de la burra.
- ¿Me estás escuchando, que voy mañana a ver a mis hermanos?
- Ya se que lo mío no te interesa nada, vete a donde te parezca.

Esta es una conversación muy habitual, denominada de besugos, y que no genera debate alguno.

Pareciera que con la Era de Internet esto estaba acabado, pero no es así.

“Yo subo lo mío y el que quiera escucharme que lo haga y el que no que le den, pues no soy nada yo; por otro lado, yo a lo mío que soy el marqués de Tralará”

De existir respuesta suele ser la siguiente:

- Hola colegui, me ha gustado mogollón, eres un grande. Sigue así que me gusta mucho. “Joder que plasta”

Esto también se da, ya que por educación se trata de dar a entender que se ha leído lo expuesto en un determinado foro; pero la mayoría de las veces tan solo se habrán leído los primeros renglones y como mucho los últimos.

- Aquí os pongo lo que dice setanito, menganito y fulanita. Esta Foto es del magnífico fotógrafo tal pascual y los cuadros de Velásquez cuando tenía cinco añitos de ná. Miradlo que majete es.

Generalmente no existe respuesta a esos corta y pegas tan poco personales; pero sí muy instructivos. Posiblemente algo muy bueno, me ha gustado y poco más. No sé si con eso somos capaces de engordar un poquito el ego. Personalmente pienso que ni para eso llega.

Sí, he llegado a la conclusión de que Internet no es una gran biblioteca sino un inmenso arcón, basurero, sin fondo donde las cosas importantes que se intentan decir, van al mismo lugar que las intrascendentes. Quedan almacenadas, por sécula seculorum, hasta el día del juicio final en un mar de dígitos binarios.

Esto me recuerda:

- Mañana tienes que solicitarle a tu jefe un aumento de sueldo, no podemos seguir así.
- A ver cuando vas a ver a tus hermanos, hace tiempo que no sabes nada de ellos y tal y como están las cosas podríamos necesitar su ayuda.
- Ya es hora de que ese mal nacido te reconozca tu trabajo. Con eso no podemos pagar ni los libros del niño.
- Tu Hermana Manuela, creo que va a tener un hijo ¿no es así?
- Bueno, haz lo que quieras, de todos modos te va a decir que no y a lo mejor te toma tirria.
- Es cierto, haz lo que quieras, si no quieres ir no vayas, no vayan a pensar que les necesitamos de nuevo ¡Que vergüenza!

Vamos, que cada cual a su rollo
Despierten de una puñetera vez, caray. Con el diálogo eleva uno el Espíritu.


ARALBA

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