lunes, 19 de julio de 2010
Concepto Aralbista Filosofía/Religión
En el transcurso de la existencia del Ser humano, la Consciencia ha transmitido al hombre una especie de enfermedad y que lo acompaña, desde que tiene uso de razón hasta la tumba: La incertidumbre, las preguntas existenciales.
Como medicina para mitigar ese mal, la especie humana, en sus individualidades, ha intentado, por medio de la lógica y de la razón, calmar el ansia producida por esas preguntas sin contestar: Quien soy yo, de donde vengo, que hago aquí y a donde voy. Esa medicina es la Filosofía, que al contrario de lo pretendido, ha favorecido que surjan más preguntas sobre otras preguntas, en una cadena que parece no tener fin. Esa circunstancia ha permitido el nacimiento de las ciencias del conocimiento.
Por otro lado, algunos desaprensivos, teniendo el Poder del conocimiento, han hecho uso de esa facultad para manipular a sus congéneres en su propio favor. Esa es la Religión, la cual no induce preguntas en los cerebros de sus practicantes; en todo caso dudas que no es lo mismo. Al contrario que la Filosofía, que intenta contestar a las preguntas existenciales, la Religión crea doctrinas dogmáticas en las que hay que creer aunque no tengan algún tipo de consistencia lógica.
Hemos visto como el sistema natural de la Filosofía provoca un perpetuum móvile de preguntas y respuestas que conduce a una evolución progresiva del conocimiento del Ser Humano; por el contrario la Religión, por su dogmatismo, frena ese conocimiento provocando incluso una especie de falsa consciencia de culpa en los individuos practicantes, con lo cual, podría decirse que es una anti-medicina.
Con la filosofía se pretendía calmar la ansiedad provocada por los efectos secundarios de la adquisición de la Consciencia; por el contrario, la Religión convierte al hombre en un ser cargado de infelicidad ya que se siente culpable de todo lo que realiza y le sale mal e incluso de la situación de su entorno familiar, vecinal, regional, etc., etc... Eso es así, porque en el fondo, aunque el hombre quisiera protegerse durante un cierto tiempo bajo el paraguas de la religión que contesta a sus preguntas existenciales bajo el prisma de: es palabra de Dios y hay que creerlo, es decir la Fe, las dudas vuelven a resurgir, como si de algo podrido se tratase y que quisiésemos enmascararlo con algún tipo de perfume. En principio parece desaparecer bajo los poderosos efluvios de la Doctrina; pero a la postre, el binomio Inteligencia-consciencia vuelve a tomar el mando y surge la duda, porque algo no casa. La Consciencia sabe que algo no anda bien, que no es razonable o lógico y termina comprendiendo que está siendo manipulada y se revela.
Esa es la principal causa de que el pensamiento religioso termine transformando a sus practicantes en terribles guerreros que luchan por mantener sus doctrinas ancestrales, contra los rebeldes que, por el contrario, intentan que no se les engañe más. La Filosofía no es dogmática, la Religión sí y dado que el conocimiento no es nunca perfecto y siempre se va modificando conforme transcurren las experiencias, la filosofía evoluciona y con ella la propio Alma humana. La Religión la enclaustra y no la deja respirar, intentando mantenerla dormida.
ARALBA
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