viernes, 30 de julio de 2010
Picnic at Hanging Rock – Madrid 43º
Madrid. 29 de Julio. Ocho de la tarde. 43 grados a la sombra. Filmoteca. Cine Doré. Calor.
Sudor.
Sed.
Sopor.
Visiones difuminadas.
Voces cerca, lejos, alrededor, dentro de uno. Me rodean.
Una Roca. Un grupo de chicas de excursión. Las chicharras cantando; más bien, destrozando los oídos. La calima conquista la realidad, la tergiversa, la hace irreal. Te hace sumirte en una calma demasiado apacible como para dejar la conciencia de lado; pero aun así, te amodorra.
La imagen se confunde con el sonido; una flauta de pan baila con un sintetizador setentero haciendo que mi angustia me arrope en un sueño dentro de su mismo sueño. Aun despierto, solo percibo imágenes oníricas en un poema visual-auditivo que reprime mis ganas de gritar, de desperezarme y una vez quitado el corsé, vagar por la cima de un sueño difícil de realizar.
Poco a poco y como lírica inconclusa, veo surgir los títulos de crédito. ¿En la pantalla?, ¿en mi sueño?, ¿en el cristal de mis gafas?. Creo que he dormido, o más bien alguien ha soñado por mi a la vez que visualizaba una película. No lo sé, dudo. Me levanto, me despido de mis amigos y me voy a dormir. ¿Dormir he dicho?.
Carlos Postigo
Cuadro de Cabecera: Sweet Disorder By Kay Harwood
jueves, 29 de julio de 2010
Kaos Quántico - Batalla Nórdica
Capítulo IV
Batalla Nórdica
Algunos meses atrás…
Los barcos de la Reina Edith avistaron las imponentes y descomunales costas de Islandia. Monstruosas montañas de hielo y escarpados riscos, de una altura colosal, fue lo que encontraron las huestes de la reina nórdica.
Grandes iceberg, desprendidos de la costa, navegaban de forma caótica y con gran peligro para las frágiles naves nórdicas; pero los navegantes nórdicos eran expertos en esas lides y los mejores marineros para atravesar esas aguas infectadas de peligrosos témpanos de hielo. Pronto dieron con una cala pedregosa, según los mapas de los cartógrafos, desde donde podía observarse, a no gran distancia, una altísima y prolongada empalizada construida con troncos de árboles y piedra extraída en las no lejanas canteras.
-Dile, Capitán, a los hombres y a las amazonas que desembarquen –Se dirigió la Reina al comandante en jefe de las flota invasora.
-Excelencia, tendremos que extremar la prudencia ya que nos encontramos en territorio inexplorado –Respondió con altivez nórdica el Capitán.
-Confío en vuestro buen criterio, Valera. Haced lo apropiado en estos casos –Confirmó la Reina, su actitud, al Navegante.
Las ligeras naves nórdicas fueron llevadas hasta tocar la playa, desembarcando la totalidad de las tropas. Luego, hombres y mujeres, incluyendo a la propia Reina, tomaron entre sus brazos las gruesas maromas de esparto y cáñamo que surgían a babor y estribor de las propias quillas, justo debajo de los mascarones de proa en forma de cabeza de dragón, y tiraron de ellas hasta hacer encallar en la pedregosa playa las naves, cuyas breves esloras les permitía realizar dicha maniobra sin, demasiado, peligro para sus delicadas estructuras.
-Este frío no es normal, mi Reina –Refirió este hecho el astrólogo real.
-Ya lo he notado, hermano Gustavo, ya lo he notado y eso me preocupa. Es como si se precipitara hacia nosotros una nueva glaciación. ¿Has comprobado el perfecto funcionamiento de las brújulas? –refirió Edith la Reina.
-Tenéis razón, mi Señora, hay una pequeña desviación del norte geográfico respecto al magnético; como si hubiese cambiado, levemente, el eje del planeta, suficiente como para demostrar sus certeras palabras. Si nos demoramos en exceso, podrían encallar, por el hielo, los navíos y moriríamos, irremediablemente, congelados.
-No seáis agorero, Geógrafo –replicó Edith-, los dioses están de nuestro lado y no nos abandonarán en estas circunstancias, mientras conservemos las fiereza y el coraje. Cojan sus armas y prendas de abrigo. Nos dirigiremos hacia la empalizada. Probablemente no esté custodiada.
Según se iban acercando, hacia tan magna construcción, la sangre se estremeció dentro de las venas de las fuerzas invasoras. Los pelos se le erizaron a Edith y, en esta ocasión, no se trataba del frío propio de la zona.
A todo lo largo de la alta empalizada se podían contemplar varas de arce, en sentido vertical, que atravesaban los cuerpos congelados de muchos humanos. Casi no se podía saber si eran personas, ya que sus cuerpos estaban cubiertos de una gruesa costra de hielo y nieve que desfiguraba cualquier posible rasgo de aquellos infelices. Miles de empalados, como tétrico adorno o advertencia, eran mostrados a aquellos viajeros que acababan de atracar en aquellas costas inhóspitas del norte polar.
-¡Por Odín! –Exclamó la Reina –Esto solo puede ser fruto de mentes enfermas y perversas. Nunca quise creer las barbaridades, que se comentaban acerca de los Trolls de estas tierras.
-Jamás he visto cosa parecida en mi prolongada vida –Completó Gustavo el propio pensamiento de su reina nórdica-, sabíamos que eran ladrones de nuestros niños; pero se les consideraba sabios y poco bravos. Ahora vemos, Señora, que podríamos haber estado equivocados.
-Hay algo muy extraño en todo esto, cosmólogo. Tráeme al Capitán, creo que deberemos proceder con más prudencia de lo acostumbrado.
Ya cerca de la empalizada, y como a unos cien metros, tras de ellos, la tierra pareció temblar. De bajo del hielo y de la nieve surgieron cuerpos, como de hombres, casi de dos metros de altura.
-Ha empezado la batalla –gritaron los generales nórdicos-, adelante valientes. Jamás habrá un día mejor para morir y ser elevados al Valhala.
-Por la raza nórdica, por nuestros dioses Thor y Odín, por nuestra Reina élfica, en busca de la muerte vamos –Se podían escuchar, casi de forma rutinaria, los gritos en bocas de amazonas y guerreros.
Un enjambre de poderosos enemigos, armados de lanzas y hachas de piedra, cuyos rostros eran cubiertos por máscaras, realizadas con cráneos de fieras salvajes, y cuyos cuerpos eran cubiertos con pieles de osos y otros mamíferos polares, rodearon y se abalanzaron contra los intrépidos invasores. Salvajes contra nórdicos. Fuerza contra fuerza y Coraje contra coraje.
-Dios de nuestro corazón, Señora mía –Gritó Gustavo-, pareciera que estuviésemos combatiendo contra nuestras propias tropas. Esta gente ni son Trolls ni nada que se les pudiera parecer. Son humanos como nosotros, aunque enmascarados. La misma belicosa sangre, que la nuestra, corre por sus venas.
Por la mente de la Reina Edith, un terrorífico pensamiento surgió fugaz para quedarse afincado, definitivamente, en su corazón.
-¡OH! –Exclamó Edith-, Este ejército pertenece a nuestra heredad. Nuestros hermanos de sangre son. Son los Nietos y los hijos que nos fueran arrebatados. Ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos han formado una nueva tribu de bárbaros. Debemos parar esta matanza.
Los nórdicos con sus cortas, pero poderosas, espadas de acero templado, en el vivo cuerpo de sus puercos, inferían heridas mortales en los defensores de su tierra; pero no era menos la furia de aquellos bárbaros rubios y pelirrojos que con sus lanzas de silex atravesaban de parte a parte a los aguerridos nórdicos. Las hachas de piedra cercenaban los miembros de los guerreros como si de manteca se tratase. Las amazonas caían, en charcos de sangre, una tras otra. Los guerreros lucharon hasta la extenuación y caían desangrados por la amputación de alguno de sus miembros.
La algarabía y los gritos de guerra impedían escuchar el silencioso canto y profundo de la muerte que allí mismo, sin ningún descaro, un festín de cuerpos y almas se estaba dando.
-Hoy tienes para comer, Hermana Bárbara –Gritó la Reina nórdica-, Ya está bien de muerte. Parad mis hermanos la matanza y retroceded hasta los barcos. Salid de aquí mientras podáis. Daniel tú, mi Paje, llévame a lugar seguro y apartado para prepararme una tablilla de arcilla. Mensaje tengo para que entregues a Demian, nuestro Mayordomo real.
La Reina y Daniel, el Paje, se retiraron del fragor de la batalla. La Reina inscribió una serie de caracteres rúnicos sobre la tablilla y acto seguido lo introdujo en el interior de las ascuas de una hoguera que a tal propósito habían encendido.
-Daniel, esta batalla está perdida. Nuestros barcos arden. Los generales han caído, valientemente, protegiendo nuestras vidas. Sal de aquí y acompaña al Capitán Varela. Capitán –Se dirigió Edith al combatiente más cercano-, parad vuestro propio combate y llevad a Daniel, en buena lid, hasta Escandinavia, nuestras tierras. Es importante que allí sepan lo aquí ocurrido. Aquí no parece haber Trolls. Son nuestros hijos y nietos los que nos combaten. Estamos derramando sangre hermana.
-Pero Señora –protestó el capitán Varela-, no podemos partir sin vos, ¿Cómo podríamos dejar a la Reina desprotegida?
-Sed disciplinado, Varela, haced lo que os digo y conservaréis la cabeza, ¡arjjjj! –La Reina paralizó su discurso y se retorció de dolor, como consecuencia de una lanza de piedra que le atravesara el pecho por el lado derecho, saliéndole el arma asesina en la mitad de su seno-, vamos corred y haced, presto lo que os he dicho. Presto, presto…Para mí ya ha llegado mi día.
Ya se encontraban lejos Daniel y el Capitán Varela, cuando Edith, la Reina rubia nórdica, dirigió su mirada hacia el sitio de donde había surgido el arma asesina. Lo que sus ojos pudieron contemplar era superior a todo lo posiblemente sufrido por hombre alguno. En un lago de sangre helada, yacían los cuerpos tiritosos de guerreros esperando la entrada en las garras de la muerte. Cuerpos cercenados a los que les faltaban manos, brazos, piernas o brazos. Alguna cabeza aparecía desgarrada lejos de cuerpo alguno. Cuerpos desgarrados y gente lastimera esperando el golpe de gracia que le aliviase de semejante sufrimiento.
Los gigantes de Islandia no eran los elfos enanos que buscaban; eran casi niños; Uno de ellos se acercó hacia ella con el fin de recuperar su arma. La lanza que atravesara a la Reina Güera. Quiso realizar el acto que terminaría acabando con la Vida de Edith, pero algo se lo impidió. El indígena quedó mirando a los ojos de su presa como si hubiese quedado atrapado en ellos.
Edith, la Reina nórdica gritó con las pocas fuerzas que aún le quedaban.
-Adam Kadmón, te he reconocido, dame un beso y recibe de mi aliento el mensaje de tu propia alma- El Joven indígena pareció aterrado y volvió a acercarse para intentar recobrar su lanza, sin la cual permanecía desarmado.
-¿Quién eres tú Bruja? Que apenas puedo acercarme a ti sin sentir un sentimiento nunca sentido y por tanto extraño para mi espíritu –Preguntó el salvaje.
-Nadie importante amigo. Vinimos acá para ver si podíamos rescataros de las garras de los Trolls y nos encontramos en medio de una matanza inútil. Dame ese beso que te he pedido. Debes recibir los recuerdos de tu propia alma –Dijo la reina, con una cadencia más baja como si estuviese a punto de perder el sentido.
-¿Daros un beso a vos? Nuestras costumbres lo prohíben. Por el beso se pierde el alma y queda atrapada; además echáis sangre por la boca y nosotros aún no nos hemos vuelto caníbales. Es más difícil que consigáis de mí un beso que salvar vuestra propia vida. Si no morís desangrada, el horrible frío de estas tierras acabará, en poco tiempo, con vos –El joven salvaje volvió a acercarse con la intención de, ya por las bravas, coger su terrible lanza.
-¡Paraos ahí!, cachorro humano –Una grave voz salió de detrás del joven y este quedó como paralizado-, deja a la bruja, como tu la llamas, que tu hermana posiblemente sea.
Ahora la reina Edith podía verlo más claramente. Un anciano de muy baja estatura cuya luenga barba blanca le llegaba hasta la cintura. Cuerpo fornido y cheposo. Manos gruesas y cortas. Brazos y piernas poderosas y cuello ancho de toro. “Sin duda alguna –pensó la reina-, de un Trolls se trata”
-Viejo, me muero, pero antes quiero que sepáis que soy Edith hija del dios Amor y Reina de los pueblos de Escandinavia. Habíamos venido a por los hijos que nos robasteis y nuestra propia sangre nos ha matado –Dijo llorando la Reina, cuyas lágrimas afloraban como pétalos de flores que se cristalizaban al rozar el duro frío de las tierras de Islandia-, tú, viejo, veo que eres un Trolls.
-Así nos llamáis, Mi reina, pero elfos bajitos u oscuros si queréis, nos llamamos en realidad. Hombres de Verdad. Hombres de la tierra. Hijos de la Tierra y no de los dioses como vosotros que habéis venido de lejos, de las estrellas; pero no os preocupéis. Vuestra herida es grave Edith; pero hoy no es vuestro día. Vuestra Hermana Bárbara, hoy no comerá carne de su Hermana.
-Ieu, Hijo –Se dirigió el enano al Joven que casi acaba con la vida de la Reina Nórdica-, recoge con sumo cuidado a la Dama y entrémosla dentro en la empalizada. Allí la curaremos de sus heridas y pondremos las cosas en claro. El Joven hizo lo ordenado por quien lo había llamado hijo. Cortando primero la lanza por ambos extremos para poder llevar a la herida sin que se produjera algún desgarro.
“Ieu –pensó la Reina-, no se me olvidará ese nombre. Así es que se trata de ti. Tú eres una partícula consciente de Adam Kadmón. Como sea, tengo que darte el beso que consciente te haga de tu situación; pero ¿como lo haré en la situación en la que me encuentro?”
La Reina Edith perdió el conocimiento, sumiéndose en un profundo sueño.
-¿Dónde la llevamos Merlín, Padre?- Preguntó el joven Ieu al enano anciano
-A nuestra casa hijo, a nuestra casa. No hay mejor lugar en estas tierras donde poder dar cobijo a una Reina de los cielos. La casa de un elfo oscuro. La casa del último de su especie.
ARALBA
miércoles, 28 de julio de 2010
Con-ciencia
Sentado y cavilando no me pertenezco; dejo que toda mi capa más profunda tome decisiones por mí, me lleve y me traiga; me haga volar y descender sobre la tierra.
Me levanto y mi conciencia lo percibe, por lo que cuando ya me quiera dar cuenta, estoy moviéndome dejando atrás un ligero movimiento propulsor ascendente; olvidado para ser recordado si mi conciencia quiere volver a recordarlo.
Ando, me dirijo en una dirección no pensada pero falsamente decidida por mí, caminando sin intención de querer, pero convencido a través de mis sentidos de la solidez de mi libertad.
Libertad, velo, maya; sinónimos de una realidad material neurofisiológica, materialismo sin salida, sin ventanas ni puertas de escapatoria. Conciencia: aparato perceptivo de un sistema temporal.
Sin movimiento no hay tiempo; sin tiempo no hay vida; sin vida no hay muerte; sin muerte no hay pensamiento; sin pensamiento no hay conciencia; sin conciencia seguiríamos siendo lo mismo que somos ahora.
Clara Solano
martes, 27 de julio de 2010
Pues tu padre también es manco. Ya, pero eso es otra cosa
Vamos, lo mismito que decir lo de ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Desde hace algunos años, más bien muchos, se viene considerando desde algunos medios que ciertos partidos escorados a la izquierda son de talante más democrático que los ubicados en el lado contrario.
Sí, ya saben eso de a los dirigentes se los elige a dedo en el lado azul o al contrario por las bases de los partidos en el lado rojillo; pero eso, como estamos viendo en Casa, es una falacia inconsistente. Aquí, quien tiene el poder trata a los de abajo como si de mindundis se tratasen. El candidato a la presidencia de la Comunidad de Magerit, al parecer, no queda favorecido por las encuestas. Ya sabía yo eso de que se gobernaba a golpe de encuestas; pero hasta ahora no lo había tenido tan claro. Siguiendo ese mismo criterio, el Secretario General de su Partido debería de haber dimitido hace ya tiempo, pues no lo quieren ya ni los propios.
Sí, los partidos de derechas suelen tener la malísima costumbre de elegir a sus cargos a dedo; pero por lo menos no engañan a sus bases. Sí, los paganinis, los que cotizan y mantienen las estructuras físicas de los partidos políticos.
Desde siempre, en la izquierda gobernante, se viene utilizando ese criterio de limpieza democrática como baluarte a enfrentar a las actitudes despóticas de la Derecha; pero por lo visto eso no es del todo cierto por lo que estamos viendo en el tira y afloja que se traen en las candidaturas para Magerit.
Hay unas bases, eso es cierto, que eligieron en sus diferentes congresos, locales y regional a su Secretario General. Supuestamente, como marcan las buenas costumbres, el Secretario General suele ser el Candidato a la Presidencia de la Comunidad; pero por lo visto en este caso no parece ser así, ya que el talentoso del Secretario General y su cohorte de aplaudidores no lo consideran así: Las encuestas no son favorables.
En otras circunstancias, claro que eran otras circunstancias del pasado, en este mismo supuesto se decidió realizar una especie de previas, para que de allí saliese el Candidato Oficial; pero claro, entonces había un tira y afloja entre dos facciones importantes del partido y si se hubiese tirado en demasía a lo mejor se habría jodido todo. No sé si me explico. Desde que nuestro Prota, tomara el Poder del Partido, pues resulta que no hay discrepancias, ni tonos en los colores. Todo es rojo, pero del mismo rojo. Os acordáis: ¿Dónde están los socialdemócratas, los azulones, los rojillos y los izquierdosos? Están acallados.
No parecen existir, y si están no se los ve. Ahora el Talante está gobernando no solo sobre la cabeza de todos los nacionales sino de los militantes de base del partido que sustenta al Gobierno. Ese talante es el que a dedil les indica a los secretarios regionales lo que hay que hacer y lo que no, a quien hay que poner en un punto estratégico y a quien no, como si esos poderosos señores fuesen tan infalibles como supuestamente lo es el Papa para los católicos.
Sinceramente, yo soy de los que opino que si Hoy se celebrasen elecciones, democráticas, en el seno del Partido que gobierna, ese talentoso no volvería a salir, ni de coña.
¿Qué está sucediendo entonces?
El Buen Hombre para llegar a donde está, no es tonto del todo eso está claro, ha sabido arroparse de estómagos agradecidos y seguir una política absolutamente populista. No se me equivoquen, que de izquierdas solo tiene un sutilísimo parecido, nada más, el discurso. Eso de por ejemplo: La Nación no va bien, va mejor. Ahora pongo la mitad de señoras y la otra mitad de hombres, independientemente de su valía política.
Quiero también recordar que la situación política, en aquellos momentos, era muy peculiar. Ya saben lo de los atentados de las torres mellizas y demás; pero desde luego, puedo asegurarles, que a quien suscribe no lo volverían a engañar de nuevo. Un Señor que a las duras machaca a los trabajadores para facilitar el mantenimiento del poder bancario.
Supongo que alguien, dentro del supuesto Partido que supuestamente gobierna, se irá dando cuenta de por donde van realmente las encuestas.
ARALBA
lunes, 26 de julio de 2010
Mirándose el Ombligo
- Mañana voy a Cuenca a ver a mis hermanos.
- A ver si en el trabajo me suben el sueldo.
- Hace mucho tiempo que no veo a mis hermanos.
- Trabajo demasiado y no me siento valorado.
- Les he comprado unos regalitos, seguro que les hará mucha ilusión.
- Lo que temo es que el Jefe me mande a freír espárragos. Todos son iguales.
- Tengo que ver a que hora sale el autobús, no quiero llegar demasiado tarde.
- Me entrenaré delante del espejo y no me hará bajar de la burra.
- ¿Me estás escuchando, que voy mañana a ver a mis hermanos?
- Ya se que lo mío no te interesa nada, vete a donde te parezca.
Esta es una conversación muy habitual, denominada de besugos, y que no genera debate alguno.
Pareciera que con la Era de Internet esto estaba acabado, pero no es así.
“Yo subo lo mío y el que quiera escucharme que lo haga y el que no que le den, pues no soy nada yo; por otro lado, yo a lo mío que soy el marqués de Tralará”
De existir respuesta suele ser la siguiente:
- Hola colegui, me ha gustado mogollón, eres un grande. Sigue así que me gusta mucho. “Joder que plasta”
Esto también se da, ya que por educación se trata de dar a entender que se ha leído lo expuesto en un determinado foro; pero la mayoría de las veces tan solo se habrán leído los primeros renglones y como mucho los últimos.
- Aquí os pongo lo que dice setanito, menganito y fulanita. Esta Foto es del magnífico fotógrafo tal pascual y los cuadros de Velásquez cuando tenía cinco añitos de ná. Miradlo que majete es.
Generalmente no existe respuesta a esos corta y pegas tan poco personales; pero sí muy instructivos. Posiblemente algo muy bueno, me ha gustado y poco más. No sé si con eso somos capaces de engordar un poquito el ego. Personalmente pienso que ni para eso llega.
Sí, he llegado a la conclusión de que Internet no es una gran biblioteca sino un inmenso arcón, basurero, sin fondo donde las cosas importantes que se intentan decir, van al mismo lugar que las intrascendentes. Quedan almacenadas, por sécula seculorum, hasta el día del juicio final en un mar de dígitos binarios.
Esto me recuerda:
- Mañana tienes que solicitarle a tu jefe un aumento de sueldo, no podemos seguir así.
- A ver cuando vas a ver a tus hermanos, hace tiempo que no sabes nada de ellos y tal y como están las cosas podríamos necesitar su ayuda.
- Ya es hora de que ese mal nacido te reconozca tu trabajo. Con eso no podemos pagar ni los libros del niño.
- Tu Hermana Manuela, creo que va a tener un hijo ¿no es así?
- Bueno, haz lo que quieras, de todos modos te va a decir que no y a lo mejor te toma tirria.
- Es cierto, haz lo que quieras, si no quieres ir no vayas, no vayan a pensar que les necesitamos de nuevo ¡Que vergüenza!
Vamos, que cada cual a su rollo
Despierten de una puñetera vez, caray. Con el diálogo eleva uno el Espíritu.
ARALBA
viernes, 23 de julio de 2010
Epitafios
El silencio es música.
Anónimo
Aquí yace Ezekial Aikle, muerto a la edad de 102 años. Los buenos, mueren jóvenes.
Ezekial Aikle
¡Oh Madre Uut! ¡Extiende sobre mí tus alas como las estrellas eternas!
Tutankamón
Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar.
Vicente Huidobro
Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en agua.
John Keats
Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito el hombre que respete estas piedras, y maldito el que remueva mis huesos.
William Shakespeare
Las lágrimas más tristes que se lloran sobre las tumbas son por las palabras que nunca se dijeron.
Anónimo
Fui lo que eres, serás lo que soy.
Anónimo
El cielo estrellado sobre mí, la ley moral en mí.
Immanuel Kant
El que está aquí sepultado
porque no logró casarse
murió de pena acabado.
Otros mueren de acordarse
de que ya los han casado.
José Cadalso
No envidiéis la paz de los muertos.
Nostradamus
Perdonen que no me levante.
Groucho Marx
Ya decía yo que ese médico no valía mucho.
Miguel Mihura
Piensa, mortal,
quienquiera que tú fueres,
que fui lo que tú eres.
No hay edad prefijada;
tal vez seas hoy
lo que yo soy.
No te importe mi nombre,
tan siquiera, yace aquí
quien te espera.
Anónimo
En este lugar sagrado,
donde todo es sombra inerte,
aquí reside la muerte,
envuelta en triste sudario,
aquí termina el calvario,
de la humana criatura,
un soplo la vida dura,
y al acabar de existir
todo viene a sucumbir,
a una triste sepultura.
Anónimo
Los soles se ocultan y pueden aparecer de nuevo pero cuando nuestra efímera luz se esconde, la noche es para siempre y el sueño, eterno.
Cayo Valerio Catulo
Es más digno que los hombres aprendan a morir que a matar.
Séneca
Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar.Dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar.
Miguel de Unamuno
Si no viví más, fue por que no me dio tiempo.
Marqués de Sade
Una tumba es suficiente para quien el Universo no bastara.
Alejandro Magno
...Y no tengan miedo.
Jorge Luis Borges
...Y pasaron como sombras; como viajeros que van en posta.
Anónimo
Cuando naciste reían todos
y sólo tú gemías
procura que al morir
sean todos los que lloren
y sólo tú el que rías!.
Luis Ballesteros
Yace aquí el Hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su ventura,
morir cuerdo y vivir loco.
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
No son muertos los que yacen en la tumba fría, muertos son los que tienen el alma muerta y viven todavía.
Anónimo
Si queréis los mayores elogios, moríos.
Enrique Jardiel Poncela
jueves, 22 de julio de 2010
Concepto Aralbista de la Consciencia
La consciencia es el principal atributo humano que parece diferenciarlo del resto de los animales. Independientemente de que dicha acertación fuese verdadera o falsa, lo cierto es que se encuentra condicionada por el entorno experiencial, tanto interno como externo de la especie humana.
Nuestra consciencia está limitada, por un lado, a las experiencias que llegan a nuestro cerebro desde los sentidos periféricos: Vista, tacto, oído, olfato y gusto; pero también por uno interior, al que se suele denominar, vulgarmente, como sexto sentido y que no es otra cosa que el resultado del trasiego de la información desde los nervios sensores, pasando por el sistema central de bus de información que es la médula espinal, el cerebro reptiliano o cerebelo, hasta las neuronas cerebrales y su intrincado sistema de procesamiento dentro de sus distintas parcelas.
Cada célula tiene un contenido genético, en el cual se encuentra también una memoria ancestral y que se remontaría a las primeras partículas vitales, virus, células y otros elementos conocidos o desconocidos por la ciencia actual. Toda la información que pasa por las células nerviosas, en el proceso de transmisión, como bien dice la física cuántica, es alterada, levemente modificada, hasta llegar a los órganos de comprensión. Los sueños de la máquina humana se producirían de un modo muy parecido al explicado aquí.
No obstante, a pesar de todas las limitaciones expuestas; la consciencia humana posee una característica, espiritual, que la hace dirigirse hasta planos que no tienen nada que ver con la realidad sentida. Eso demostraría que el Hombre es algo más que una máquina biológica desarrollada para subsistir y procrear en un mundo determinado.
Por lo tanto, la Consciencia tal y como la concebimos, estaría sujeta a un proceso de ambivalencia, donde tirarían dos fuerzas de gran importancia, la biológica que la ataría al plano de la realidad conocida y la espiritual que tendería, por inercia, a despegar los pies del suelo y elevar al ser humano a planos de existencia desconocidos para los sentidos y sus órganos de interpretación.
Sería de esos planos, donde la consciencia toma la información que luego es transformada en ideas religiosas o de otro tipo. Metafísicas para ser más comprensible.
Llegados a este punto, podríamos especular que en nosotros viven dos seres, uno que sería de este mundo, el Cuerpo y su alma, cuyo objetivo sería la pura supervivencia, mediante el alimento, defensa y reproducción, y otro que vive a sus expensas, el espíritu, que intenta transformar a la Criatura humana en algo diferente al resto de sus hermanos biológicos, los animales.
Al contrario que los simples parásitos, el Espíritu, como un buen simbionte, habría tenido una importancia vital en la conformación de lo que actualmente conocemos como Consciencia, haciendo que nuestra especie, en muchas circunstancias, anteponga lo espiritual y elevado del individuo, aunque desconocido, a la mera supervivencia biológica de la especie, real y perfectamente conocida.
ARALBA
miércoles, 21 de julio de 2010
Aguantando la respiración
Damos las gracias a Fr. Emilio Rodriguez Sosa por habernos hecho llegar este video.
Exasperar
Me acuerdo cuando mi Padre, que en paz descanse, nos despertaba a mi hermana y a mí, siendo niños, por la mañana de madrugada, con las palabras eno, eno, eno… mientras nos movía, en vaivén, con sus manos. Era exasperante y se despertaba uno de mala leche, cabreado, con ganas de no se qué.
Hay muchas formas de llamar a la acción y que depende, fundamentalmente, de las circunstancias particulares de cada caso. Quizá exasperar sea la menos positiva para quien la practica ya que termina siendo “odiado” por los exasperados. Evidentemente eso no sucede cuando ya se conoce a la persona en cuestión y se le tiene cierto apego.
Es por tu bien, nos dirán los exasperadores, con una sonrisa en los labios. Me cago en la, diremos nosotros ¿Es que no tienes otro modo de hacer las cosas?
Existen otros modos muy suaves; pero que terminan siendo abandonados por falta de operatividad. Venga, levántate que te tengo un desayuno que es la leche. Déjame en paz, tengo mucho sueño. Venga, muchacho que tienes que ir al cole a ver a los amigos. A los amigos que les den, déjame en paz.
El progenitor se queda durante un instante pensativo. “No sé que carajo voy a hacer con este chiquillo” Vamos levántate, grita, y su sonido como un trueno entra en los oídos del medio durmiente. Vale, vale, no me chilles ya me levanto, caray que genio.
Hemos perdido un tiempo precioso entre intentar llamar a la acción de un modo plácido y la llamada estilo militar. Aquí yo soy el general y tu eres un simple soldado, levántese, soldado. Con el eno, eno, eno habríamos acabado antes, es cierto que es exasperante, pero habríamos ahorrado tiempo y el susto llevado por los chavales al ser voceados.
Todos llevamos a un Creador dentro, pero por el motivo que sea es un vago irredento. Hay que despertarlo. Hemos utilizado todos los trucos posibles, pero ahí sigue, buscando lo fácil, dejar que creen los demás. Poniéndonos cortapisas como yo no soy bueno en eso, fulanito lo dice mejor con sus palabras. Ya que todo está inventado, y lo que yo haga otro lo hará mejor, quizá lo mejor sea quedarme tranquilo y quietecito en la cama.
Lo cierto es que si no somos capaces de crear nosotros mismo, huyendo de las siempre horribles comparaciones y de la abominable competitividad, no habrá diferencia alguna entre nuestros hermanos los animales y nosotros mismos. Cuando llegue la Parca el día de nuestro Destino, no tendremos nada que ofrecerle, como propio, para poder cruzar el lago Estigia y el barquero nos dejará, de nuevo, en este lado. El día que seamos dioses, creadores, Caronte tomará nuestras monedas y nos pasará a la otra orilla, donde moran los que otrora fueran hombres y ahora son dioses.
De vez en cuando, yo el primero, debemos saber aceptar las llamadas de atención cuando, estas, van dirigidas a ponernos en funcionamiento. Ponte las pilas de una puñetera vez, que te va a alcanzar la vida y no vas a tener con que responderla. Es cierto que tampoco podemos pensar o actuar por los demás como si nosotros estuviésemos por encima de ellos. Si yo soy un Dios, aunque solo fuese en formación; al resto de mis congéneres debería tratarlos como si así lo fuesen ellos también.
Aralba, este tío es exasperante, insultante y poco delicado. Si supieran lo diferente que me veo yo. Si supieran como los amo a todos y a todas ustedes; pero a veces me exaspero al ver que no soy capaz de hacerme comprender, al menos de ser leído, porque les aseguro que lo mío no es encadenar palabras sin ton ni son para realizar una bella obra de arte vanguardista. No, mis palabras quieren traerles, a su mente, el paisaje añorado de un mundo olvidado. Un mundo que es tanto el suyo como el mío y que deberíamos de recuperar algún día; pero caray, para eso debemos despertar.
Déjame Aralba, déjame en paz, es que no vez que no te hago ni puñetero caso. Déjame dormir un poco más y vete a darle la murga a otros. Además despierta tu primero y luego despierta a los demás o mejor, deja que se levanten cuando ellos quieran. Vale, vale, contesto; pero eno, eno, eno… Venga, levanten ya el culo.
ARALBA
lunes, 19 de julio de 2010
Gnomus - Dvojkoncert pro dudy a bici, a moll op. 24
Me he descubierto. Me he visto en una partitura. Estoy muerto y vivo entre sus notas. Pero sigo vivo, estoy escribiendo; aun así, me siento dentro de su sonido. Espejo emitido en un reflejo entre un sol y una fusa. Ahí quedo yo, perdido entre las brumas de un ritmo epiléptico, paranóico, espídico... atroz y lleno de paz caótica en un orden desestructurado.
Sigo escribiendo y me sigo viendo en una partitura. Me he reencarnado sin haber muerto todavía. Estoy ahí, vivo, muerto sin haberme despedido de todos vosotros. ¿Cuando he muerto?, y ¿cuándo me he hecho música, sonido medieval?
Sigo aquí sentado sin comprender mi muerte, pero hoy ya sé que no moriré en vano; hoy he aprendido que mi muerte creará sonidos en armonía con las esferas y su inmortalidad. Hoy puedo morir, escuchad esta melodía por si acaso mañan no me véis.
Gracias y disfrutad, siento el primer acorde en mi alma.
Carlos Postigo
Etiquetas:
Carlos Postigo,
Filosofía,
Relatos
Concepto Aralbista Filosofía/Religión
En el transcurso de la existencia del Ser humano, la Consciencia ha transmitido al hombre una especie de enfermedad y que lo acompaña, desde que tiene uso de razón hasta la tumba: La incertidumbre, las preguntas existenciales.
Como medicina para mitigar ese mal, la especie humana, en sus individualidades, ha intentado, por medio de la lógica y de la razón, calmar el ansia producida por esas preguntas sin contestar: Quien soy yo, de donde vengo, que hago aquí y a donde voy. Esa medicina es la Filosofía, que al contrario de lo pretendido, ha favorecido que surjan más preguntas sobre otras preguntas, en una cadena que parece no tener fin. Esa circunstancia ha permitido el nacimiento de las ciencias del conocimiento.
Por otro lado, algunos desaprensivos, teniendo el Poder del conocimiento, han hecho uso de esa facultad para manipular a sus congéneres en su propio favor. Esa es la Religión, la cual no induce preguntas en los cerebros de sus practicantes; en todo caso dudas que no es lo mismo. Al contrario que la Filosofía, que intenta contestar a las preguntas existenciales, la Religión crea doctrinas dogmáticas en las que hay que creer aunque no tengan algún tipo de consistencia lógica.
Hemos visto como el sistema natural de la Filosofía provoca un perpetuum móvile de preguntas y respuestas que conduce a una evolución progresiva del conocimiento del Ser Humano; por el contrario la Religión, por su dogmatismo, frena ese conocimiento provocando incluso una especie de falsa consciencia de culpa en los individuos practicantes, con lo cual, podría decirse que es una anti-medicina.
Con la filosofía se pretendía calmar la ansiedad provocada por los efectos secundarios de la adquisición de la Consciencia; por el contrario, la Religión convierte al hombre en un ser cargado de infelicidad ya que se siente culpable de todo lo que realiza y le sale mal e incluso de la situación de su entorno familiar, vecinal, regional, etc., etc... Eso es así, porque en el fondo, aunque el hombre quisiera protegerse durante un cierto tiempo bajo el paraguas de la religión que contesta a sus preguntas existenciales bajo el prisma de: es palabra de Dios y hay que creerlo, es decir la Fe, las dudas vuelven a resurgir, como si de algo podrido se tratase y que quisiésemos enmascararlo con algún tipo de perfume. En principio parece desaparecer bajo los poderosos efluvios de la Doctrina; pero a la postre, el binomio Inteligencia-consciencia vuelve a tomar el mando y surge la duda, porque algo no casa. La Consciencia sabe que algo no anda bien, que no es razonable o lógico y termina comprendiendo que está siendo manipulada y se revela.
Esa es la principal causa de que el pensamiento religioso termine transformando a sus practicantes en terribles guerreros que luchan por mantener sus doctrinas ancestrales, contra los rebeldes que, por el contrario, intentan que no se les engañe más. La Filosofía no es dogmática, la Religión sí y dado que el conocimiento no es nunca perfecto y siempre se va modificando conforme transcurren las experiencias, la filosofía evoluciona y con ella la propio Alma humana. La Religión la enclaustra y no la deja respirar, intentando mantenerla dormida.
ARALBA
domingo, 18 de julio de 2010
Romowe Rikoito
Desde Rusia con melancolía, reflexión y misticismo. Romowe Rikoito nos introducen más allá de nuestras almas para darse la mano con nuestro inconsciente colectivo, llegando a ejecutar una de las más perfectas danzas ontológicas que nuestra memoria ancestral jamás podría llegar a imaginar.
http://www.myspace.com/romowerikoito
Cuando un violín, un piano, un violonchelo, una guitarra y una voz hablan al mismo tiempo, puede llegar a escucharse lo mismo que cuando nuestras almas hacen el amor con una mirada. Éxtasis amplificador de nuestras sensaciones más ancianas. Volvemos a retornar a nuestros orígenes más elementales. Madre antigua, mar salvaje. (Como quizás quiso decir Manolo García).
Carlos Postigo
viernes, 16 de julio de 2010
Concepto Aralbista Espacio/Tiempo
Es fácilmente concebible el espacio, ya que nos movemos sobre él, lo podemos observar con nuestra visión y lo podemos palpar. También es fácil concebir el tiempo, ya que los objetos parecen surgir, envejecen y se transforman o parecen morir.
Nuestra mente se manifiesta mediante el cerebro que está compuesto de neuronas, células que están sujetas a las variaciones y obviedades del Espacio-Tiempo. Para esa mente que se manifiesta, a través nuestra, en este plano, es factible concebir un mundo a medida de sus necesidades, en el Sistema de la Materia: El frío y el calor, lo blanco y lo negro, lo femenino y lo masculino, lo positivo y lo negativo, lo alto y lo bajo, etc., etc.
Pero supongamos que esas leyes, tal y como las denominamos, solo actúan en esta dimensión o plano de existencia. Supongamos, igualmente, que este Mundo ha sido construido, con algún propósito específico y donde fuera necesario experimentar las consecuencias derivadas de lo que nuestro organismo psicológico entiende como espacio-tiempo. No entremos en la cuestión de si pudiera tratarse de una caída, en el argot religioso o una mera evolución a nivel biológico.
Es, llegado este punto de pensamiento, cuando podríamos especular en la existencia de una supra-dimensión que contuviese a la nuestra y a otras muchas, incontables, donde se estuviesen manifestando otras estrategias diferentes a lo que hemos venido considerando como espacio-tiempo. Ahora, es cuando deberíamos entender nuestra falta de comprensión de las leyes que pudieran actuar en esos hipotéticos universos, ya que nuestra constitución ontológica, en este plano no es capaz de contemplar otra cosa que lo que experimenta u observa in situ. Todo aquello que fuese ajeno a esto último, sería incomprensible y de difícil asimilación.
Ahora bien, si el Hombre es Dios, aunque desmemoriado, podríamos entender esa capacidad imaginativa e innata que lleva a los creadores a inventar mundos fantásticos, donde lo lógico, según este plano, queda relegado al cuarto de los trastos viejos.
Este sería un mundo, limitado, entre una Totalidad Ilimitada. El Ser se encontraría desmemoriado por dos razones principales; primero, porque su organismo neuronal no es capaz de contener más que una pequeña memoria de supervivencia y segundo, porque la Memoria Ontológica ancestral podría estar ubicada, de forma genética, en el ADN de la Especie, donde la consciencia humana, actualmente, no puede acceder.
Solo cuando el Ser, dentro del hombre, despertase, podría recomponerse la memoria genética que nos daría luz, tanto sobre el origen, función y destino, dentro del Cosmos actual, de la especie humana, así como de su Esencia ontológica primordial.
Llegados a este punto, podría decirse que el Espacio-Tiempo vendría a ser el atrezzo de un escenario donde se estuviese interpretando una Cósmica obra de teatro. Tras las bambalinas podrían encontrarse infinitos escenarios donde las reglas serían diferentes.
ARALBA
jueves, 15 de julio de 2010
Te deseo primero que ames - Victor Hugo
Te deseo primero que ames y que,
Amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
Y que después de olvidar no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
Sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos y que,
Incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles,
Y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas
Enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que,
Algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
Para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más,
Esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante;
No con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
Sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
Y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
Sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
Y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
Y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
Y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste,
No todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
Que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
Por encima y a pesar de todo, que existen
Y que te rodean seres oprimidos
Tratados con injusticia, y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
Y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
Porque de esta manera te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
Por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
Para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
Porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo
De ese dinero enfrente de ti y digas: 'Esto es mío',
Sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
Y que, siendo mujer, tengas un buen hombre
Mañana y al día siguiente, y que cuando estéis exhaustos
Y sonrientes, aún sobre amor para empezar de nuevo.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
No tengo nada más que desearte.
Victor Hugo
miércoles, 14 de julio de 2010
La Desfloración de Afrodita
Ya está el abuelo Cronos presto a abandonar el luminoso Olimpo para partir al tenebroso Tártaro. Rea, la abuela, protege el sueño del gran Titán y padre de Zeus, mi padre.
Hace unos días que vino a buscarnos, a nuestro lugar de exilio, Hera mi frígida madrastra. Allí estábamos, placenteramente encamadas, mi madre Niode y yo, mostrándome los secretos que utilizan las diosas para someter, por el placer, a dioses y hombres. Utilizando su máscara de severidad se dirigió a nosotras. Sus ojos centelleaban como relámpagos de un seco verano en la tierra de los mortales, donde mora Heracles mi hermano favorito y mejor amante.
Dione, Afrodita, nos dijo Hera, tenéis que acompañarme al palacio de los dioses. Cronos pronto partirá para el inframundo y Zeus vuestro esposo y padre prefiere perder el tiempo follando con las pútridas mortales. El debía, según las leyes que rigen sobre los dioses, iniciarte en el mundo de la divinidad, continuó la Diosa de rostro pálido y embellecido con plumas doradas y tornasoladas de pavo real. Como parece no querer cumplir con su obligación Real, algún otro debe hacerlo y ese solo puede ser tu abuelo Cronos. Hera me miraba, con esa mirada penetrante que solo la erial diosa posee.
Cuando llegamos a la divina morada de los dioses, Hera y mi madre me dejaron junto a mis hermanos Apolo, Heracles, Hermes y Ares; pero antes que nada nos advirtieron severamente. Utilizad vuestras pollas y jugad para disfrutar como solo los dioses sabemos hacer; pero tú niña, dijo Dione, tu raja coralina ni tocarla; esa deberás reservarla para tu proceso de iniciación, donde se te coronará con los atributos y funciones de Diosa.
Supongo que mis madres fueron a ver a Cronos y a Rea, en el aposento real; mientras tanto, como niños pequeños que éramos entonces, jugamos a ser dioses adultos. Todos mis hermanos se empalmaron al contemplar mis mullidas y blancas tetas. Ellos me rodearon; pero nunca tuve miedo, por contra sí me hacía gracia como parecían perder la compostura y se masturbaban a placer; pero nunca se atrevieron a contrariar la severidad de Hera. Mi Coño permanecería, solo entonces, impoluto aunque babeante de placer.
Como yo también quería disfrutar del divino juego, solicité a mis hermanos que dejaran de masturbarse, que yo lo haría por ellos. Con mi mano izquierda cogí fuertemente la polla de Ares y con la derecha la de mi dulce y tímido Hermes. La boca la dejé para Heracles. Con movimientos sincopados, mi boca subía y bajaba sobre el glande de la polla del semidios. De cuando en cuando, mi lengua se deslizaba con suavidad sobre su diminuta minga y mis dientes apretaban el resto del duro y erecto mástil.
Las manos tampoco dejaron de moverse, en vaivén, sobre los duros falos de mis hermanos. Yo, para ser sincera ni me inmutaba. Yo soy una Diosa y no puedo demostrar debilidad. Mis Hermanos, como dioses que son, podían permitirse mostrar berridos, lloros, risas y demás estridencias, dignos de animales inferiores. No tardando demasiado, mi hermano Heracles evacuó, en un terrible orgasmo, dentro de mi boca cerrada sobre el pellejo de su órgano de placer. Algo de lefa se fue hacia el otro lado y empecé toser, escupiendo sin querer, toda la leche que su miembro había desprendido. Los puse a todos perdidos y no se les ocurrió, a unos y a otros que chupar la leche de sus otros hermanos. Cuando acabé con mi hermano predilecto hice lo propio con el resto, acabando todo ese espectáculo, que tanto me agradó del mismo modo. Cada vez que quedaban pringados, se unían a ese blanco festín. Como yo no podía ser menos, me uní a ellos besándolos en la boca para devolverles algo del divino alimento que me habían prestado. ¿Cuando lo repetimos?, tras acabar, me preguntaron. Yo me hice la interesante y sin perder la compostura, miré hacia otro lado. Tras un breve silencio les dije: Pronto Hermanos amados, pero ahora tengo que ver a nuestro anciano abuelo.
Efectivamente, Hera y mi madre Dione se acercaron hacia nosotros y empezaron a sonreír mientras nos dirigieron unas dulces y bellas palabras. Queridos niños, nos alegramos mucho que hayáis sabido jugar a ser Dioses, porque eso es lo que sois. Vemos que la raja coralina de vuestra hermana no ha sido mancillada. Pronto, muy pronto podréis disfrutar al completo con vuestros juguetes. Ahora niña, dijo Hera, cambiando su rostro a la severidad que la caracterizaba, acompáñanos que deberás ver a tu abuelo Cronos y despedirte de él, según manda la tradición y ya que no se encuentra tu lujurioso padre entre nosotras, será el abuelo quien te corone con los atributos divinos antes de que parta junto a nuestros sus hermanos los titanes.
La Sala Real estaba bellamente iluminada, las paredes reflejaban la divinidad por todas partes. Había un tenue y dulzón olor que me indicó que pronto la muerte se acercaba para recoger, en su seno, al abuelo Cronos. Entré en la habitación y las esposas de Zeus se mantuvieron en el exterior. La Bella abuela Rea me llamó con su mirada. No tuvo que abrir su boca para que yo supiera lo que me decía y lo que a continuación debía de realizar.
Nieta mía, mi niña, hora es que pierdas el himen que cierra tu raja coralina. Tu Coño deberá abrirse al mundo para repartir el placer por doquier, a dioses y mortales. Como manda la tradición, por estas fechas estelares, debe producirse tu divina coronación; pero el despistado de tu padre anda follando con las mortales; quizá también con algunos varones pues él no hace distingo entre agujeros, ni si son anteriores o posteriores. El caso es que él se lo pierde. Quizá pueda encontrarse hastiado de joder con dioses y diosas; sea lo que sea, mi amada niña, es que le toca ese honor a tu moribundo abuelo. Ya está pronto a partir, dijo Rea, no sé si será capaz de cumplir con su divino cometido.
Cronos entreabrió sus profundos ojos que parecían mirar más al otro mundo que a este y con su mente, pues sus cuerdas vocales ya no le funcionaban, me dijo. Niña, mi niña, cuanto tiempo hace que marchasteis hacia el exilio Dione y tú. Ven y abraza a tu abuelo, que mucho te quiere, antes de que parta. A esto, Rea le dijo a Cronos que no podíamos perder el tiempo ya que pasaría la hora sagrada y mi coronación ya no sería posible por eones de tiempo. Eso impediría que hubiese, en el futuro, sexo entre hombres y dioses, dioses y dioses u hombres con hombres.
El abuelo dio un grito sonoro, que seguro llegó hasta los confines de las otras esferas. Nunca supuse que un dios moribundo podía dar semejante grito de guerra, pero yo, joven Afrodita, no tuve miedo pues, yo sabía que la obligación para conmigo, de parte del abuelo estaba cargada de profundo y sincero Amor divino.
El abuelo me contó que siempre le habían acompañado dos bellos demonios, uno macho y la otra hembra y que en sus sueños el macho le daba por culo y la hembra le ofrecía su roja y grasienta gruta vaginal, hasta que a base de tiempo, por algo el abuelo se llama Cronos, su gigantesco pene erecto explosionaba con furor soltando toda su carga de leche divina, haciendo germinar la vida por todo el Universo. El abuelo me dijo, que esa energía estaba prácticamente agotada y que debería regresar al Tártaro a hacer compañía a sus hermanos. Zeus, mi Padre, sería el Rey de los Dioses; pero no quería que fuese el poseedor de esos divinos demonios que daban la vida por doquier. Trabajo me costó que la gigantesca y flácida polla del dios, se elevara a modo de un mástil de barco real: Usé las manos para friccionar el nervudo y venoso órgano reproductor. Besé con suavidad y amor el glande y su pequeña raja o minga. Pasé la lengua con húmedos giros elípticos por toda su extensión y puedo asegurar que no era pequeña. Quiero recordar que la abuela Rea estaba en la estancia vigilando que todo el proceso saliese siguiendo el ritual establecido.
Con fuerza pellizqué repetidamente los inmensos cojones de Cronos. De repente, como un muerto que se levantara repentinamente de la tumba, la monstruosa y gigantesca polla del dios se erigió como un miembro que uniese a las estrellas del cosmos. Los quejidos del abuelo eran estremecedores. Yo sabía que en el proceso se destruirían y se crearían nueva galaxias y estrellas. Muchos mundos darían a luz a nuevas criaturas. Otros muchos las devorarían. No sin algo de esfuerzo, siguiendo las instrucciones mentales de la abuela, escalé el tremendo pene hasta sentarme a horcajadas sobre él. Mi raja coralina, al contacto con el inmenso glande se abrió hasta transformarse en el divino coño que en realidad era. Ni la polla encogió ni mi coño creció; pero como solamente los dioses sabemos hacer se produjo la penetración. Mi redondo agujero del culo y sus nalgas acabó tocando los huevos del abuelo y un movimiento de vaivén produjo oscilaciones sobre toda la creación.
Entonces pude ver como los demonios del abuelo cronos pasaban hasta mí. A partir de ese momento estaría en una permanente jodienda por los dos lados. El bello demonio moreno me penetraría el coño por toda la eternidad, mientra la rubia diablesa metía su puño en mi culo también por toda la eternidad y restregaba su etérico cuerpo con el blanco mío. El abuelo evacuó su semen y todo mi Ser absorbió su furia creadora. El erecto mástil del abuelo fue perdiendo rigidez hasta volver a su tamaño original, que aún así no era pequeño. La abuela Rea me confirmó lo que yo ya sabía. Cronos había partido al tártaro para acompañar a sus hermanos titanes. Sin que hubiese bajado de la cabalgadura sobre la polla del abuelo, besé con todo mi amor el cadáver del dios. Retiré su ya blando órgano reproductor y me dirigí a la puerta mientras recibía un gesto de aprobación por parte de mi anciana y bella abuela.
Abrí las puertas de par en par mostrando mi cuerpo desnudo sin ningún pudor, tanto a mis hermanos como a mis madres y a mi padre Zeus que en ese momento había llegado de joder en la tierra dios sabe con quien. Mi coño soltaba todavía flujo mío y esperma de cronos que iba dejando un reguero sobre el suelo del sagrado Olimpo. Todos se arrodillaron ante mí, incluso Zeus mi Padre, como Rea, mi abuela, y esposa del dios fallecido. Todos me miraronn con lascivia e impudor. Yo sonreí y me dirigí a todos ellos: ¿A QUÉ ESPERAMOS?
Me dirigí hacia los dioses y ellos vinieron hacia mí juntándonos en un furioso torbellino creador destructor: La Orgía nadie sabe cuando comenzó pero gracias al dios Cronos aún no termino. Yo, Afrodita y mis demonios, vagamos por el mundo ofreciendo amor, sensualidad y placer. Cronos, además hizo posible que la humanidad mortal tuviese acceso a mis encantos y yo, Afrodita, soy la única diosa que no pido nada a cambio. Ofrezco a mortales e inmortales mis encantos, La vida florece en mi seno y se reparte por todo el Universo. Ese es el motivo, siempre digo sobre todo, a mi favorito hermano Heracles, que los demonios de Cronos no me dejen un solo momento en paz. Una paz que no quiero pues la lascivia y el erotismo nos mantienen a todos vivos.
Y ahora, ya no me queda más que deciros a todos, mortales e inmortales que esta es la auténtica historia de la desfloración de Afrodita. Fue el amor del abuelo quien suplió la insensatez de mi padre. Quizá es por dicha causa que el tiempo siga transcurriendo por siempre en toda la creación.
Que lo folléis bien
Palabras de Afrodita, la Diosa del Amor.
Aralba Pensator Minister.
Fotografía de cabecera: "Fly away 2008" - Liu Fei
martes, 13 de julio de 2010
Cuando los sueños se hacen realidad…
Cuando los sueños se hacen realidad…
Los de mi generación, que ahora andarán por los treinta largos, jamás soñaron ver a el equipo de España ganar una Eurocopa de fútbol y menos un mundial.
Nosotros nos criamos viendo a los otros levantar las copas. Llegaban las finales y otras cabezas jaleaban sueños ajenos, sueños imposibles, sueños que no nos pertenecían y parecían inalcanzables.
Los mundiales de los españoles eran los mundiales de la desilusión, la rabia y la derrota. Empezábamos la película sabiendo que la dejaríamos de ver a tres cuartos del final, siempre de la misma forma, con lágrimas en los ojos y cagándonos en el árbitro, en el poste, en el portero, o en lo malo que era Salinas sólo ante el portero.
Por eso ha hecho falta la sangre de Luis Enrique y la rabia de tantas y tantas décadas para logran cumplir el sueño desde la humildad de unos personajes como Iker Casillas, Vicente del Bosque, Jesús Navas o Iniesta, millonarios eso sí, pero que diera la impresión de que uno fuera a encontrárselos en la panadería del ahorramás haciendo la compra.
Con este mundial se ha logrado un sueño, como diría un comentarista, se ha demostrado que “a veces también ganan los buenos”, se ha conseguido unir a un país dividido y en crisis, los nacionalistas independentistas y españolistas se han mirado por un día al espejo y han visto mas allá de su ridícula frontera inventada.
Me quedo con la imagen del hijo con síndrome de down de Del Bosque levantando la copa.
Me quedo con la mirada de Iniesta tras marcar el definitivo gol mostrando la camiseta dedicada a su fallecido amigo y futbolista Jarque.
Me quedo con el beso apasionado de Iker Casillas a su novia Sara Carbonero.
Porque el año en que España ganó la copa del Mundo pasaron cosas muy tristes en mi vida y otras totalmente maravillosas; y porque siempre recordaré aquel gol final en que un país entero aprendió a caminar por encima de sus miedos y a reconocer que todos los sueños, si uno cree en ellos, pueden hacerse realidad.
Volverán los días de ingenio
El mundial que nunca ganaremos
La fuerza y las noches de miedo
Los clásicos serán siempre modernos
Eres lo único que me queda
La resistencia clandestina
Defendiendo causas perdidas
Romanticismo suicida
Indispensable en tu equipaje
Iré contigo a todas partes
Como tu canción favorita
Sáinese inseparables
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Aunque las calles se derritan
Aunque las flores se marchiten
Aunque pasemos de los 30
Y las derrotas seas eternas
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Volverán los días de ingenio
El mundial que nunca ganaremos
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Si que nunca hice por mí
DANIEL DÍAZ
Los de mi generación, que ahora andarán por los treinta largos, jamás soñaron ver a el equipo de España ganar una Eurocopa de fútbol y menos un mundial.
Nosotros nos criamos viendo a los otros levantar las copas. Llegaban las finales y otras cabezas jaleaban sueños ajenos, sueños imposibles, sueños que no nos pertenecían y parecían inalcanzables.
Los mundiales de los españoles eran los mundiales de la desilusión, la rabia y la derrota. Empezábamos la película sabiendo que la dejaríamos de ver a tres cuartos del final, siempre de la misma forma, con lágrimas en los ojos y cagándonos en el árbitro, en el poste, en el portero, o en lo malo que era Salinas sólo ante el portero.
Por eso ha hecho falta la sangre de Luis Enrique y la rabia de tantas y tantas décadas para logran cumplir el sueño desde la humildad de unos personajes como Iker Casillas, Vicente del Bosque, Jesús Navas o Iniesta, millonarios eso sí, pero que diera la impresión de que uno fuera a encontrárselos en la panadería del ahorramás haciendo la compra.
Con este mundial se ha logrado un sueño, como diría un comentarista, se ha demostrado que “a veces también ganan los buenos”, se ha conseguido unir a un país dividido y en crisis, los nacionalistas independentistas y españolistas se han mirado por un día al espejo y han visto mas allá de su ridícula frontera inventada.
Me quedo con la imagen del hijo con síndrome de down de Del Bosque levantando la copa.
Me quedo con la mirada de Iniesta tras marcar el definitivo gol mostrando la camiseta dedicada a su fallecido amigo y futbolista Jarque.
Me quedo con el beso apasionado de Iker Casillas a su novia Sara Carbonero.
Porque el año en que España ganó la copa del Mundo pasaron cosas muy tristes en mi vida y otras totalmente maravillosas; y porque siempre recordaré aquel gol final en que un país entero aprendió a caminar por encima de sus miedos y a reconocer que todos los sueños, si uno cree en ellos, pueden hacerse realidad.
Volverán los días de ingenio
El mundial que nunca ganaremos
La fuerza y las noches de miedo
Los clásicos serán siempre modernos
Eres lo único que me queda
La resistencia clandestina
Defendiendo causas perdidas
Romanticismo suicida
Indispensable en tu equipaje
Iré contigo a todas partes
Como tu canción favorita
Sáinese inseparables
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Aunque las calles se derritan
Aunque las flores se marchiten
Aunque pasemos de los 30
Y las derrotas seas eternas
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Volverán los días de ingenio
El mundial que nunca ganaremos
Te abrazare hasta el fin de los tiempos
Seré tu piel tus mejores momentos
Un clásico antiguo como un beso
Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí
Si que nunca hice por mí
DANIEL DÍAZ
Concepto Aralbista Verdad/Realidad
¡La Realidad es múltiple, cuasi infinita, Verdad solo existe Una!
Mal comenzamos ¿verdad?, con una aseveración tan taxativa; pero lo cierto es que tras la explicación se comprenderá perfectamente lo que tratamos de significar. Cada Ser, cada individuo observa y vive una realidad diferente. No hay dos realidades exactamente iguales, pueden ser parecidas pero no iguales. La forma de percibir la realidad depende de múltiples factores. Somos, como dijera Ortega, nosotros y nuestras circunstancias. Ese binomio conforma la realidad individual; luego, existirían las realidades colectivas, regionales, nacionales, etc., etc.…
Ahora bien la Verdad, con mayúsculas, no la verdad en minúsculas que hasta cierto punto podría tomarse como un sinónimo de realidad, solo es una, independientemente de la posición del observador. Cuando los físicos relativistas afirman que algo depende de la posición del observador se están refiriendo a la realidad; pero la Verdad, persiste idéntica a sí misma independientemente de cualquier circunstancia exterior. Esto quiere decir que la física cuántica no le afecta.
Si imaginamos la Verdad como un inmenso, infinito conjunto, podríamos decir que las realidades son los subconjuntos formados por los puntos de vista de innumerables observadores. Eso de que el hombre crea su entorno, su realidad, es absolutamente cierto; pero aunque modifique, a cada instante su realidad, no significa que la Verdad pudiera ser modificada. Esto también nos lleva a afirmar que los científicos y filósofos conocen parte, una insignificante, de la Verdad y que debiera ser denominada como simple realidad; y no puede modificarse porque cuando se modifica una realidad, automáticamente se modifican el resto de realidades para conseguir que la Verdad pueda seguir siendo inmutable.
Religiosamente, la Verdad podría muy bien definirse como Dios, el Todo; pero también las realidades particulares podrían definirse como, dioses, divinidades particulares; Ya que no estamos en esa historia para críos, nos gusta definir la Verdad como el Conjunto de todo lo que existe, Energía y Materia “Es la misma cosa con diferente densidad”. Cada entidad o grupo de entidades, individualizadas, en un subconjunto particular, utiliza esa parcela de Verdad para conformar su Universo, su Historia, su Vida en definitiva.
Nuestra realidad universal, la Verdad sería multiversal, puede ser explicada mediante las ciencias que conocemos y algunas de sus herramientas más importantes como son las matemáticas y la geometría; pero con mucha probabilidad si intentásemos explicar otros universos completamente desconocidos para nosotros, con dichas herramientas, no lo conseguiríamos pues esas herramientas no tendrían significación, correspondencia alguna, con esos otros mundos de dimensiones tan diferentes.
Para poder entender otros Universos, no nos estamos refiriendo a otras galaxias de nuestra propia dimensión, deberíamos situarnos en un nivel de observación por encima de nuestra realidad y de las realidades jerárquicas que estuviesen situadas por encima de la nuestra; pero para ello, deberíamos encontrar un sentido de observación que no estuviese sujeto a la realidad de nuestro Mundo. Ese sentido existe pero se encuentra dormido en la mayoría de nosotros y es conocido desde tiempo inmemorial. No se trata ni de la glándula pineal ni de los sentimientos del corazón ni tan siquiera de lo que se ha venido en denominar como sexto sentido o intuición.
Ese sentido único conforma una unidad del Ser supra-consciente y es conocido como Espíritu. El Espíritu, similar al de Pentecostés, es el auténtico Ser que merece seguir vivo por siempre jamás, de hecho es eterno. Cuando el Espíritu ha despertado, las cáscaras de cebolla de la personalidad irán despareciendo y cuando sea capaz de construir su vehículo de manifestación, transformando el Alma del individuo, entonces el Ser se sitúa por encima de las realidades particulares y puede entonces vislumbrar la Verdad y observar las realidades de otros mundos. Dicho de otro modo, puede plasmar en el nuestro, mediante el lenguaje, las realidades particulares que suceden en otros universos.
ARALBA
Fotografía de cabecera: "Royal Box at Teatro alla Scala" - Liu Bolin
lunes, 12 de julio de 2010
Definiciones Exquisitas
Freud ve a Tente y / piensa: “No cederé, me voy”.
El pasado / sirve para escanciar amor por Madrid.
Nuestro futuro / es algo maléfico.
A b c d e f / g ¡anda y punto!.
Salto y brinco, / sobre la cima de tu cúspide.
Arriba, abajo / y se rompe el hielo.
Y debo nadar / para no perder el tiempo.
Regurgitar la comida / saca el demonio que llevamos dentro.
Mierda para el que no quiera / saber quien eres.
¡Coño, un gamusino! Y / además está podrido.
El vocablo orondo / me sugiere que me suicide.
Bin Laden leyó la Biblia / y se forra.
Usemos la ciencia / para jugar al tente.
Los tests proyectivos / sirven para montárselo con quien quieras.
Los filósofos griegos / suelen comerse la de la vergüenza.
Pinte corsé, / porque abandonados a Noé después del Diluvio.
El mejor vino / para la masa pseudo-proletaria.
Qué listos somos, / sabemos lo que es la hiperrealidad.
Círculo de Lavapiés et al.
viernes, 9 de julio de 2010
Kaos Quántico - La Esencia de un Beso
Capítulo III
La Esencia de un Beso
Bifredo el Teutón permanecía inmóvil y solo; acompañado únicamente de sus propios pensamientos.
Había perdido la noción del tiempo. Ya no sabía el que había transcurrido, estando allí prisionero, en las entrañas de una oscura cueva, desde que la Reina élfica, Edith la Nórdica, allí, lo abandonara.
Había forjado una poderosa espada para la Reina del Castillo y como recompensa, a cambio, fue abandonado a su soledad. Unos tristes candiles, alimentados con grasa de ballena, eran su única esperanza de poder recuperar algún día, en su vida, la luz del día.
Durante ese periodo de su vida, pudo trabar cierta confianza y de amistad con Demian el Comendador y Mayordomo del Castillo. También algunas de las doncellas de la Reina, solían visitarlo, sobre todo, para retirarle sus ropas sucias y asearlo con jabón de aceite y cenizas. Después sus suaves manos perfumaban el cuerpo del guerrero con ungüentos de olores extraordinarios.
La comida que le bajaban, tampoco era mala. Por el contrario, jamás había ingerido algo de tan extraordinaria calidad; pero ese cautiverio inexplicado le estaba minando el alma.
La Bellísima Reina rubia Edith, había marchado al Frente, a la cabeza de sus tropas con el fin de combatir a los pocos supervivientes de la raza prehumana de los Trolls. Por lo menos eso era lo que el Comendador Demian le había contado.
Bifredo se ponía histérico cuando las risas y cuchicheos de las doncellas llegaban hasta su cubil de forma ininteligible.
Ahora era conocedor de que las tropas que contendieran contra él mismo y el ejército, junto al que luchaba, no eran otras que las de la Reina rubia Edith, La Nórdica.
La raza de los Trolls, según Demian, había permanecido en estas tierras heladas desde que el Ser humano tuviera memoria; pero a pesar de su apariencia humana, aunque bestial, no podían tener descendencia al mezclar su sangre con la de los humanos nórdicos de las laderas, llanura o costa. Sus cuerpos eran más bien bajos, no superaban el uno sesenta de estatura; pero eran fornidos y atléticos. Sus grandes cráneos, más que el de los humanos, denotaban una gran inteligencia que se magnificaba en su tradición de enterrar a sus muertos. El uso del fuego desde tiempo inmemorial y sus útiles de caza. La Honda, la lanza de silex, las flechas y las garrotas realizadas con huesos de poderosos animales, ya extintos, como el tigre dientes de sable o el Oso de las cavernas.
Su perdición fue la extensión territorial del hombre moderno. Eso hizo que ocupasen unos mismos territorios de caza y la afabilidad, con fealdad incluida, de los Trolls jamás pudo competir con la bilis, brío, belleza y salvajismo del Hombre Nórdico.
Ellos mismos, los Trolls, eran conscientes de la hermosura de los hijos del llano y albergaban en su corazón una envidia no siempre sana.
En las noches profundas de tormenta y frío, situación que sus protegidos cuerpos, arropados de gruesas pieles, podían aguantar mejor que el Hombre moderno, bajaban a la llanura y con su olfato desarrollado descubrían las habitaciones donde eran protegidos los infantes nórdicos. Ellos, sigilosamente, utilizando ciertas drogas conocidas por su antigua estirpe, adormecían a los padres y raptaban a sus crías. También secuestraban a algunas mujeres, en edad de procrear, con la intención de mestizar su propia raza; pero, al parecer eso no pudieron, salvo en contadas ocasiones, conseguirlo.
Cuando los rubios nórdicos despertaban a la mañana siguiente, podía oírse en todo el poblado el llanto y los gritos de dolor por sus hijos perdidos. En muchos casos, encontraban en las cunas de sus niños, los propios hijos de los Trolls que habían sido cambiados, unas criaturas deformes y horribles para ojos nórdicos, y eran, en unos casos matadas o en el mejor de los casos dejados morir de hambre. Eso era lo que Bifredo sabía por boca de Demian; pero también porque algo desconocido, en su interior, lo intuía.
El arcón de Hierro fundido que le dejara, a su cuidado, la Reina Edith siempre estuvo vació. Demian, el Mayordomo del reino, lo calmaba indicándole que él no había tenido constancia, jamás, de que aquella caja de hierro hubiese contenido algo más que nada.
-No te preocupes –le decía-, no te preocupes mi amigo teutón, tu cabeza siempre estuvo a salvo. Quizá la Reina te haya puesto alguna prueba, por motivos que se me escapan; o quizá, también te diera otra cosa en prenda y de lo cual tu no has podido darte cuenta.
-Cuando regrese nuestra Reina –continuaba Demian-, de su batalla contra los Trolls, te dará las explicaciones necesarias. Seguro que es algo sin importancia.
A pesar de las palabras alentadoras y de las continuas visitas de Demian, Bifredo no paraba de preguntarse porqué tardaba tanto la Reina, en retornar, de aquel Viaje.
Otra de las cosas que más intrigaba a Bifredo, era esa especie de nueva memoria que no sabía ni como ni de qué manera le había llegado. El ahora creía saber cosas que nunca había aprendido de nadie. Solo sabía que empezó a notar extrañas sensaciones una vez que la Reina le dijera sus últimas palabras y lo abandonara en aquella triste cueva. Eso, realmente le inquietaba por misterioso y desconocido.
El siempre había sido un hombre acostumbrado a ver el mundo a través de sus manos. El siempre había sido un hombre de acción. Herrero, en su aldea, tierras adentro en la gran península, acostumbrado a soportar la tensión de sus músculos y el calor de la fragua. Cuando guerrero, sostenía en sus manos escudo y pesada espada. El no era persona dada a la imaginación desmesurada. Sin embargo su mente estaba inundada de recuerdos que no le pertenecían y contemplaba, en extraños sueños, como unos más extraños pero hermosos seres de luz se despedían para a continuación contemplar una tremenda explosión que invariablemente le despertaba de su pesadilla.
Bifredo de Albanya, guerrero teutón era un hombre de mediana estatura y pelo castaño. Sus ojos entre azules gris y verdosos daban a entender su mestizaje entre gentes de los hielos y de las tierras templadas... El sabía que no podía haberse convertido en un sabio, de la noche a la mañana y además, lo más curioso del caso es que estaba convencido de saber cosas acerca de la Reina rubia Nórdica. Cosas de Edith, que ni ella ni ningún otro le habían jamás contado.
Corroído por la curiosidad, en una de las múltiples visitas que le realizaba el Mayordomo Demian, no pudo aguantarse más y le comentó de sus inquietudes, a lo que su compañero le contestó.
-Espera un momento, amigo Bifredo ¿Qué fue lo último que dijo o hizo su Majestad la Reina antes de abandonarte?
-Que contase las cosas que había en el arcón –contestó el teutón-, pero en el arcón nada había; es por ello que tengo miedo por mi propia vida tal y como te comenté.
-Olvídate de eso, Amigo, la Reina Edith tiene un excelente sentido del humor; un tanto especial es cierto…, paradójico; pero te aseguro que si te salvó el pellejo en aquel campo de batalla no lo hizo para disfrutar viendo como ahora te cortan la cabeza.
-Contradictoria, quieres decir, Amigo Demian.
-Bueno –pensó Demian-, eso también; pero dime ¿hubo algo más, algo a lo que tu no le hayas dado importancia alguna?
-Nada Demian, nada más me dijo que la besara y eso hice, besarla.
-Acabáramos, Amigo, ella te ha entregado en depósito el contenido de su Alma. La nueva consciencia, los pensamientos y la memoria que te surgen sin motivación alguna, no son los tuyos sino los de la propia Reina.
-Amigo Bifredo –continuó el Mayordomo-, no es el arcón el que deberíais defender con vuestra propia… -interrumpió en ese instante, Bifredo, a su interlocutor.
-Mi propia vida; eso es, deberé proteger mi propia vida para que cuando nuestra Real Dama regrese, pueda devolverle lo que ella me dejara en prenda ¿Un Beso, un simple y puñetero beso?
-Pero Demian –continuó Bifredo con su exposición-, yo nunca fui supersticioso ¿Es posible que con un simple beso sus recuerdos me haya entregado?
Demian que era hombre sabio y mago, curtido en lides de alquimia, filosofía y religión, pudo calmar las dudas de su amigo, el guerrero teutón.
-Sí, claro que sí. Sí teutón. Desde tiempo inmemorial se sabe que nuestros cuerpos comparten información mediante el contacto físico. Cuando ese contacto es pleno, interior entre cuerpos de diferente polaridad, se produce la reproducción y los niños vienen al mundo.
-Igual sucede con el Alma y el Espíritu, querido Amigo –continuó-. Dicen nuestras tradiciones que el Dios Odín sopló de su propio aliento sobre la primera criatura humana que creó. Esa criatura, el hombre, a partir de entonces tuvo Alma y llegó a ser un Ser Viviente. Evidentemente. Mi Hermano Privilegiado, tu eres depositario de la sagrada información del Alma de nuestra Reina élfica.
-Y el espíritu –volvió a interrogar Bifredo de Albanya-, como se transmite la información.
-Según esa misma tradición, amigo mío, el Espíritu es uno, único e indivisible aunque cercenado en miríadas, casi incontables partículas. El Espíritu no precisa compartir información, ya la tiene de origen. El espíritu se identifica, entre sus polaridades, sus almas, por la vista, los ojos, en suma, su mirada.
-Dices Demian ¿Un espíritu dividido en muchos? y ¿Cada partícula de espíritu controlando, a su vez, dos almas?
-Eso es Amigo teutón. Cada partícula dividida de Espíritu posee dos almas de polaridad opuesta y separadas entre sí –Se produjo un pequeño silencio.
-Te contaré una historia hermano Teutón.
-La Reina élfica, apareció así sin más, un día en la llanura, acompañada por algunas de sus hermanas. Trajeron consigo este castillo sustentado entre las nubes; yo en su confidencia, sabiendo ahora, que contigo no rompo algún secreto. Ella está buscando algo suyo, de su propiedad y que le pertenece. Como si fuera, por decirlo así, ella la llave de una cerradura que una puerta abriese. Esa cerradura, otra alma afín a ella, es lo que anda buscando. Esa alma que case con la suya y que solo, el Dios de nuestro corazón, sabe que sucederá entonces.
-¿Cómo podrá Demian, la Dama reconocer a ese privilegiado?
-Al parecer –responde el Mayordomo-, eso no funciona así, mi Amigo. La Reina Edith es conocida en todo el Mundo y los espejos mágicos transmiten el fulgor de su penetrante mirada hacia todo ser vivo consciente por muy lejano que se encuentre.
-Ya entiendo –interrumpió Bifredo-, Es ese alguien quien deberá reconocerla a ella. Hacer lo posible por hacerle llegar esa circunstancia ¡Óyeme estoy aquí! a la Reina y que ella a su vez le proporcione audiencia.
-Eso es mi avispado amigo teutón, se ve con claridad, que el beso recibido en prenda, de nuestra Reina élfica, sus frutos empieza a dar.
-Pero entonces, si hay por ahí fuera un alma gemela de Edith ¿Qué sentido puede tener que su propia alma me haya dejado en prenda?
-No sé, Bifredo. La Reina como diosa que es, misteriosa también; pero podría presentir que en peligro su vida estuviese. Su necesidad podría ser dejar a salvo esa información en tu poder para, pasado el peligro, volvérsela tú a transmitir de nuevo. Es una simple suposición.
-Ya, amigo Demian; pero parece tener cierta lógica. Ahora, lo que yo no entiendo es porqué tanto está la Reina tardando. ¿No le habrá sucedido algo malo?
Según se encontraban enfrascados, en esa conversación Demian y Bifredo, se escuchó, fuera de la gruta, en la Sala Real, una fuerte algarabía. El Paje real penetró en la gruta, desfallecido, tiritando y acalorado, casi sollozando.
-Es la Reina mi Señor Demian, es la Reina…
-Por el Dios de nuestro Corazón, Daniel, háblanos ¿Le ha sucedido algo a nuestra Edith?
-Mi Señor Demian, las tropas reales han sido salvajemente derrotadas y la Señora ha caído…
A penas si podía expresarse Daniel, el Paje real, de los sofocado que se encontraba por tan arduo y accidentado viaje.
-¿Acaso murió Edith la Reina? –Preguntó, casi gritando, Bifredo el Teutón
-Tranquilo Bifredo –Intentó, el siempre afable, Demian poner algo de cordura en aquella situación-. Calmémonos un poco. ¿Ya? Deja que el paje recupere el aliento.
Tras tomar, Daniel, un sorbo de agua de la jarra que Bifredo le ofreciera, continuó con su exposición.
-Señor Demian, señor Bifredo, nuestra Reina ha caído malherida en el Campo de Batalla. Cuando darnos cuenta hemos podido, prisionera era de las fuerzas en liza.
-¡OH, no, Dios nuestro! –Exclamó Demian con el corazón en un puño. ¿Qué otras nuevas traes?
-La Señora me entregó esta tablilla, para que en caso de que esto sucediera, presto, os la entregase a vos.
Demian tomó la tablilla de arcilla, cincelada con caracteres rúnicos, y después cocida. Sus runas pudieron ser leídas, en voz alta, en un lenguaje rúnico que el guerrero extranjero en ningún instante pudo entender.
-¿Qué dice, Demian, Amigo? – Preguntó, impaciente, Bifredo de Albanya.
Está en escandinavo y ese lenguaje bárbaro, en las tierras interiores, era poco menos que desconocido. No obstante, Demian se prestó a traducir su contenido al teutón y comenzó a leer por segunda vez:
-Querido hermano Demian, lo que estaba escrito por el Destino ha sucedido. Si estás leyendo esto es que he sido muerta o capturada. Dile a mi Hermana Brunilda, Capitana de las Valkirias, que le concedo el honor, que yo no he podido tener, de nombrar Caballero a Bifredo, que salió ileso del mortal abrazo de nuestra común Hermana Bárbara. Así debe ser, ya que en mi corazón descubrí que se trata de un Hombre verdadero; además que, tanto, la información de mi alma como la de mi gemelo contiene en su aliento.
-Ha llegado –continuaba-, el final de su cautiverio necesario para que se repusiera de sus heridas y para que la información que le di en prenda, mediante un divino beso, pudiese asentarse y fermentar en su propia alma para así no perderla. Hazle entrega de nuestra espada Nothung, Excalibur. La espada divina que forjara para mí. Dile, Demian, que la use siempre como defensa; pero que nunca, nunca deberá hacer correr, su filo, la sangre de nuestros enemigos. Si ello sucediera así, el poder mágico de la espada se volvería contra nosotros y la Luz que intentamos llevar al mundo se convertiría en una terrorífica oscuridad. Dile también a Brunilda que ceda el mando a Bifredo el Teutón, Caballero de Albany, quien deberá comandar a nuestros dos ejércitos conjuntos. También te ruego, como un favor a tu Hermana Edith, Demian, que lo acompañes como médico, hombre de ciencia y asistente y que lo puedas servir con el mismo fervor que si de mí misma se tratase. La tablilla ya no da para más así que presto y venid, montados en los barcos, hacia la Isla de Hielo del Norte. Venid a Groenlandia. Hacedlo antes de que el invierno y su larga noche nos alcance.
-¿Porqué yo Demian, porqué yo y no algún otro?- Preguntó a todo el que lo rodeaba el guerrero Bifredo.
Demian contestó las dudas de su Hermano y Amigo.
-Probablemente vos seáis un Hombre auténtico, verdadero; aunque es evidente que no sois su alma gemela. Quiero entender que ese es el único motivo por el que os rescató a vos y no a otro moribundo de las garras de su siempre hambrienta Hermana Bárbara, allí en el Campo de Batalla. Un simple figurante, de la Magistral Obra de Teatro, no hubiese servido para cumplir con sus objetivos. El ser portador de los recuerdos de nuestra Reina y de su Hermano Gemelo del Alma.
-Tiempo es Bifredo, futuro Caballero de la Güera élfica, de que saquéis del yunque la espada sagrada, que vos forjasteis y con la que seréis armado Caballero de Edith, la Reina Nórdica.
-Dios de nuestro Corazón ¿En un Yunque?- La pregunta de Bifredo quedó sin respuesta.
En la majestuosa sala del trono, en su centro, se encontraba un imponente yunque de hierro fundido y negro como el azabache; donde el mandoble se encontraba hundido, penetrando hasta una cuarta de la enjoyada empuñadura.
Bifredo puso cara de extrañeza, intentando comprender como aquella espada podía haber sido clavada en tan duro e impenetrable objeto de herrería.
Demian rió al contemplar la cara que había puesto su gran Amigo el teutón.
-No te preocupes, Bifredo, si hay algo en este mundo para lo que hayas nacido, es para sacar esa espada del yunque que la retiene. Como prueba de que lo que te digo es cierto haremos una prueba.
Demian gritó en aquella estancia repleta de fornidas amazonas y guerreros.
-Todos los bravos guerreros y guerreras de nuestra Edith, acérquense a mí. La Reina Edith convertirá en Capitán de sus ejércitos a aquel que fuera capaz de arrancar a Nothung, la espada, de este yunque, con sus propias manos.
Una tras otra. Uno tras otro, las guerreras y guerreros más capaces y valientes intentaron arrancar el mandoble enjoyado de aquella su prisión. Uno tras otro. Una tras otra fracasaban al intentarlo.
Bifredo preguntó en voz baja a Demian.
-¿Como habéis podido introducir la espada en el yunque y quien ha sido?
-Empujándola, con sus manos la propia Reina ha sido. Te recuerdo que es una Diosa; pero no sigas preguntando que tu turno ha llegado.
Sin demasiada fe, todo hay que decirlo, el guerrero teutón agarró la espada por su empuñadura con la dos manos y puso un pié sobre el yunque, para haciendo fuerza así ayudarse; pero el mandoble salió de su prisión sin el más mínimo esfuerzo, como si el yunque de mantequilla o nata hubiese sido construido, no quedando en él la más mínima huella de que allí clavada hubiese habido espada alguna.
Acto seguido sonaron los cuernos de las amazonas y en repuesta a su plegaria, los ejércitos de Valkirias, comandadas por Brunilda aparecieron.
Demian mostró a Brunilda la tablilla de barro con las runas grabadas por la propia mano de su Hermana Edith, la Reina Nórdica.
-Vamos, presto, ya no hay más tiempo –dijo Brunilda-, Bifredo entrégame la espada que arrancado haz del yunque –Mientras decía esas palabras, la Hija de Odín miraba fijamente a los ojos de guerrero. Este reconoció, al instante, el Espíritu verdadero de Brunilda y la espada en sus manos dejó.
-Rápido arrodíllate –Bifredo el teutón así lo hizo y bajó su rostro en actitud de extrema humildad.
-Ya no, Hombre, no hay tiempo para eso –Gritó con fiereza Brunilda-, levanta ese rostro al cielo para que puedas ver la faz de Odín y mira, como hombre que eres; primero al único ojo cegador del dios y después a mí, tu hermana, a los ojos.
Brunilda levantó a Excalibur y, con velocidad felina y fuerza de oso, la dejó caer hasta posarse con extrema suavidad, primero sobre el hombro izquierdo del guerrero, después, del mismo modo, sobre el derecho. Finalmente, realizó el mismo gesto sobre la propia cabeza de Bifredo.
Esos gestos fueron acompañados por las mágicas, dulces y poderosas palabras de la diosa guerrera…
-Por el poder que me confiere ser la Hermana mayor de los hijos del Primado Mayor, y por lo tanto de Kali, la Reina Morena de la venganza, De Bárbara la Reina pelirroja de la avaricia y de Edith la Reina Güera, de Elfos y Hombres; yo os nombro Caballero de Albany y, por lo tanto, pasaréis a llamaros, a partir de este mismo instante, Don Bifredo el Teutón, Caballero de Albany y depositario de las almas de Edith y de su gemelo Adam Kadmón.
-Ahora –terminó el ritual la Hermana mayor de Edith-, retomad a Excalibur Nothung, con vuestras manos y poneos al mando de nuestros dos ejércitos conjuntos, como Gran Capitán de las tropas élficas. A partir de ahora Hermanas, serviremos a este Hombre y no a Odín; por lo tanto libres seréis de cercenar vidas y dejar abandonadas sus almas en el campo de Batalla.
Amazonas, Hombres y Valkirias montaron sobres sus corceles y dirigieron sus pasos hacia la costa donde les esperaban pertrechados sus barcos nórdicos.
Al frente de aquellas cuantiosas tropas, iba un caballero humilde e ignoto en los anales de la historia. Un simple hombre conocido como Bifredo el Teutón, Caballero de Albany.
ARALBA
martes, 6 de julio de 2010
Definiciones exquisitas
Gracias por su visita al ginecólogo lunar.
Anduve, anduve y llegué a asociarlo con el calimocho.
Entre dos personas siempre hay una nube de olor a mora.
¿Volvemos al pasado para fliparlo?.
El honor es una máscara.
Bob Marley fumaba para poder volar.
Si el oído está encarcabincunquillado me levanto por las mañanas.
El vocablo Rapa-Nui me suena a partir de Jesucristo.
No te rajes y escribe lo que no puede ser.
La velocidad sirve para hacer una revolución.
Somos energía que 100 años dura.
Se me cae la izquierda.
Ayer soledad, hoy soledad, mañana será cualquier día.
Paré mi vida y decidí: sin expectativas.
La abracé, pero ella manda.
Soy adicto a comer con ganas.
La genética suele vaticinar chorradas.
Si esperas que pronto llegue, no está prohibido, así que ¡hazlo!.
Círculo de Lavapiés et al.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)