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lunes, 5 de marzo de 2012

Bhagavad Gita - Canto VI




Yoga del dominio del autodominio

Krishna:

1       Aquel que ejecuta las obras obligatorias sin aspirar a su fruto, es un renunciador a la vez que YOGUI; pero no aquel que simplemente descuida el sagrado fuego del sacrificio, y no cumple los actos prescritos por la Ley.
2       Sabe, oh hijo de PANDU, que lo que llaman renuncia, es lo mismo que recto cumplimiento de la acción, porque nadie puede convertirse en YOGUI, sin antes haber renunciado a toda intención.
3       Para el asceta que desea alcanzar el YOGA, hase declarado que la acción es el medio; mientras que para aquel que ya lo ha alcanzado, el medio es el reposo o la renuncia de la acción.
4       Cuando el hombre renuncia a todas las intenciones, y no tiene apego alguno a los objetos de los sentidos ni a las obras, dícese que ha alcanzado el YOGA.
5       Procure el hombre elevar el yo por medio del Yo, y no permita que se degrade. Porque, en verdad, el Yo es amigo del yo y asimismo es su enemigo.
6       El Yo es amigo del yo de aquel que se ha vencido a sí mismo; mas por su hostilidad contra el yo indómito, no espiritual, el Yo puede conducirse como enemigo suyo.
7       Aquel cuya alma hállase en paz, se mantiene inmutable en medio del calor y del frío, de los goces y de los pesares, así como en el honor y en la afrenta.
8       Quien halla su satisfacción en el conocimiento y superconocimiento, tiene refrenados los sentidos y exaltado el corazón; aquel para quien son una misma cosa un guijarro, un terrón de arcilla y el oro es llamado YOGUI perfecto.
9       Eximio es quien guarda ecuanimidad en presencia de amigos y enemigos, indiferentes y neutrales, extraños y deudos, así como entre hombres buenos y malos.
10     Procure el YOGUI aplicarse con ahinco al recogimiento espiritual viviendo aislado en solitario retiro, con el pensamiento y el cuerpo subyugados, no esperando nada, no deseando nada.
11     En un sitio puro, disponga para sí un asiento firme, ni muy alto, ni muy bajo, preparado con KUZA, una piel y una tela puestas una sobre otra.
12     Una vez allí sentado, concentre la mente en un punto único y reprima la acción del pensamiento y de los sentidos. Luego practique el YOGA para purificar su alma.
13     Manteniendo el cuerpo, la cabeza y el cuello erguidos e inmóviles por completo, mirando fijamente la punta de su nariz, sin desviar la vista a ningún lado;
14     con ánimo sereno, libre de temor, disciplinada la mente y perseverando en el voto del BRAHMACHARI permanezca recogido y medite sólo en Mí, considerándome como lo Supremo.
15     El YOGUI que de esta suerte vive, dueño de su inteligencia y constantemente unido a su Yo superior, obtiene la paz, el supremo NIRVANA que en Mí reside.
16     Pero la práctica del YOGA, ARJUNA, no es para aquel que come en exceso o ayuna en demasía; ni tampoco para quien acostumbra a dormir demasiado o se entrega a prolongadas vigilias.
17     El YOGA, bálsamo de todo sufrimiento y dolor, únicamente hállase al alcance de quien es parco en la comida y en las recreaciones, mesurado en todos sus actos, y sobrio lo mismo en el sueño que en la vigilia.
18     Cuando la mente del YOGUI encuentra la armonía y su Yo interno la paz; cuando ha subyugado por completo su pensamiento ya indiferente a toda cosa apetecible, se dice que goza de unión espiritual.
19     El YOGUI que recogido en sí mismo se halla absorto en la contemplación del Yo supremo, es comparable a una luz cuya llama, al abrigo del viento, no experimenta oscilación alguna.
20     Cuando tiene en sosiego la mente por el disciplinado ejercicio del YOGA, cuando al percibir el Yo por medio del Yo, halla contento en sí mismo;
21     cuando saborea el infinito deleite que está fuera del alcance de los sentidos y sólo es asequible a la Inteligencia, ya no se aparta de la Realidad.
22     Alcanzada, no hay otro logro de más valía, y firme en tal situación ni aun el dolor más intenso podrá hacerle vacilar.
23     Sepa entonces que esta ruptura de toda relación con el dolor, se llama YOGA, y que ha de practicarse con ánimo constante e inquebrantable fe.
24     Después de rechazar, sin excepción, todos los anhelos y designios engendrados por la fantasía, y de reprimir con firme decisión mental todos los sentidos y órganos de acción a doquiera se dirijan,
25     llegará poco a poco el YOGUI, por medio de una voluntad tenaz, a la calma de espíritu y, asentada la mente en el Yo, no pensará en cosa alguna.
26     Cada vez que la veleidosa y tornadiza mente se desvíe, refrénese y redúzcase presto al dominio del Yo.
27     Porque la beatitud suprema está reservada al YOGUI que la tiene en sosiego y ha aquietado su naturaleza pasional; que está limpio de pecado y participa de la esencia del Espíritu Supremo.
28     Así, consagrándose sin cesar a la unión mística, el YOGUI obtiene sin dificultad el infinito goce de la comunión con BRAHMÁN.
29     Quien se aplica de corazón al YOGA, ve al Espíritu en todos los seres, y a todos los seres en el Espíritu; por doquiera descubre al Yo.
30     Aquel que Me ve en todas las cosas, y en Mí ve todas las cosas, nunca se hallará por Mí abandonado, ni él me abandonará jamás.
31     El YOGUI que, sólidamente afirmado en la Unidad, adora mi Ser que reside en toda criatura, vive en Mí, cualquiera que sea la condición de su vida.
32     Quien, por razón de la semejanza del Yo, ve lo mismo en todas partes, tanto si es placentero como si es doloroso, es calificado de YOGUI perfecto.

Arjuna:

33     Siendo la mente tan voluble y movediza, no acierto a comprender la duradera aplicación de este YOGA que, según has declarado, estriba en el equilibrio mental.
34     Porque, en verdad, la mente es liviana, oh KRISHNA; turbulenta, imperiosa y obstinada. A mi juicio es tan difícil de dominar como el viento.

Krishna:

35     Sin duda, oh tú de poderoso brazo, la mente es inestable y difícil de someter. Con todo, puede sujetársela por medio de asiduos esfuerzos, y por la indiferencia.
36     Arduo es alcanzar el YOGA para quien no ha logrado vencerse a sí mismo: tal es mi sentir. Mas aquel que lucha con tesón puede conseguir el dominio valiéndose de los medios adecuados.

Arjuna:

37     ¿Qué suerte aguarda, oh KRISHNA, a quien muestra alguna tibieza a pesar de su fe y, por su mente distraída, no ha podido conseguir perfección en el YOGA?
38     Privado de lo uno y de lo otro, vacilante y confuso en el sendero de BRAHMÁN, ¿no se pierde acaso cual desgarrada nube al desaparecer en el espacio?
39     Dígnate, oh KRISHNA, desvanecer completamente esta duda mía, toda vez que nadie sino Tú, puede disipar tal incertidumbre.

Krishna:

40   Ni en este mundo ni en el otro encuentra la perdición un hombre tal, pues quien obra con rectitud no puede recibir daño en retorno.
41     Después de entrar en la mansión de los justos y permanecer allí durante años sin cuento, aquel que no ha prosperado en el YOGA renace en un hogar puro y venturoso;
42     o bien nace en una familia de sabios YOGUIS. Con todo, semejante nacimiento es muy difícil de lograr en este mundo.
43     Y, recobrando entonces, la misma disposición de ánimo que había adquirido en su cuerpo anterior, lucha con mayor aliento para llegar a la meta inalcanzada.
44     Pues, en virtud del hábito contraído, siéntese impulsado a reanudar su tarea, aun contra su voluntad. Con sólo desear conocer el YOGA, se hace uno superior a toda escritura, por sagrada que sea.
45     Luchando sin tregua ni descanso, el YOGUI, purificado de toda culpa, llega a la perfección a través de repetidos nacimientos y alcanza el fin supremo.
46     Conviértete en YOGUI, ARJUNA, pues el YOGUI es considerado más grande que los austeros ascetas, más grande aún que los sabios, y también más grande que los hombres de acción.
47     Pero de entre todos los YOGUIS, aquel que lleno de fervor y con su Yo interno fijo en Mí, me rinde adoración, aquél es superior a todos. 

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