miércoles, 16 de febrero de 2011
Vanidad de vanidades
Durante el transcurso de la vida, vamos adquiriendo cosas materiales “Objetos, tierras, inmuebles “e inmateriales “vicios, costumbres, tic, personalidad, conocimiento y sabiduría “De todo lo mencionado solo la sabiduría tiene un valor duradero, el resto se pierde con nuestro simio en la tumba. Todo lo demás es accesorio y no vale más que para engordar un ego que está condenado a perecer: Es vanidad.
La vanidad nos acompaña durante toda la vida y por ello queremos ser mejor que los demás en todo; o al menos, no peor. Deseamos ser más guapos y hermosos. Más ricos y felices. Que las mujeres nos deseen y halaguen nuestra vanidad, a las mujeres les pasa lo mismo. La vanidad es el cebo por el que el Ser Humano es atrapado en el Sistema. La vanidad es un peso muerto que impide la evolución del Hombre hacia peldaños más altos y espirituales de la consciencia.
Si nos llaman guapos, no siéndolo, también es la vanidad quien nos impide ver la verdad y nos hace creer lo que no es cierto. Por lo tanto, la vanidad viene a ser como unas anteojeras con una visión muy limitada, enjuta y engañosa.
Solo se puede acceder hasta la Verdad, con una amplia visión de las cosas y de todo lo que nos rodea y afecta, sean materiales o simplemente afectivas. Como estamos viendo la vanidad es una tara inasumible para la evolución personal del individuo y que afecta profundamente a los cimientos de la Sociedad, en su conjunto.
Todo en los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales, es efímero y accesorio. Los maquillajes desvirtúan la verdadera faz de los protagonistas de la comunicación y las operaciones quirúrgicas y los retoques impiden ver al Ser humano tal cual es, sino como un objeto artificial elevado al altar de la superficialidad.
Esas cosas, en su conjunto, están siendo utilizadas a modo de anteojeras que nos desvirtúan la realidad hasta deformarla por completo ante nuestra mirada externa y por ende interna. Por medio de la visión, los estereotipos materiales se transforman en mentales e impiden que el Ser consciente del Ser Humano, su Espíritu, vea claramente la verdad que lo rodea. Solo es capaz de observar múltiples realidades que chocan unas contra otras, que se niegan unas a otras y forman una paradoja difícil de asumir.
Es por dicha causa, que todo aspirante a la propia auto-evolución humana; primero debe de ser consciente del problema de la carga de vanidad que posee su ego, personalidad, las diferentes capas de cebolla de las que está compuesta. Al principio puede parecer complicado el realizar dicha tarea de observación; pero pronto comprobamos como es mucho más fácil de lo que parece, comportándonos de forma natural tal y como en realidad somos. Una vez realizado ese proceso eliminarlas es sencillo.
Cuando el aspirante a la evolución espiritual ha sido capaz de realizar dicha tarea de limpieza, echando la vista atrás, comprueba lo ridículas que han sido muchas situaciones de su vida y entiende lo estúpido de la situación de no haberse dado cuenta antes de que todo lo que llevaba consigo no era más que pura tara, vanidad. ¡Que ridículo Dios mío, y yo ciego, sin darme cuenta de nada!
ARALBA
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