Ya es tiempo, mi amor, de que esa blanca mariposa se desprenda de su crisálida y aparezca majestuosa como la pelada osamenta de una calavera. La mayor parte de los humanos consideran que con la muerte se acaba todo; pero ahora, tú ya sabes que no es así que se trata de una Puerta o transición a otros planos diferentes, para quedarse en ellos de forma permanente o regresar, tras un cierto periodo, a éste mismo con el fin de ir atando los cabos que se dejaron sueltos con anterioridad.
La Muerte, es una bella amiga morena y de tez pálida que lleva colgada al cuello una cruz ansata. Jamás conocerás Ser tan dulce y comprensivo aunque a algunos pueda parecerles que su trabajo es sucio y tenebroso. Nada más lejos, ya que lo sucio y tenebroso queda atrás con el cascarón y el pellejo de su anterior vehículo en estado de descomposición. Lo que transita es algo luminoso y de una hermosura indescriptible. Lo más elevado y sublime del Alma del pretendidamente fallecido, unido a un espíritu siempre Eterno. Por fin cogiste mi mano y te soltaste de la Rueda del Karma. Este, querido amante, es el último grado iniciático de Isis, la Madre Naturaleza, la Señora Emperatriz. Pasado cierto tiempo, en comunión con tus hermanos del alma, podrás regresar de nuevo, abandonando el Mundo de la Verdad, al Mundo de la Realidad ya que es posible que los espirituales neutrinos no hayan podido acabar, aún, el minucioso trabajo de espiritualización del cuerpo de Gaia. Entonces, es posible que se nos requiera para seguir luchando en este último sentido.
Atrás quedaron, por pesados, el dolor y el sufrimiento ya que la balanza de la Justicia impide que cosas tales pudieran penetrar en los planos de existencia más elevados. Ya se ocupa Krishna, armado en su carro de fuego, de que eso no suceda. Solo lo que pertenece al Mago; pero embellecido, aseado y sublimado puede alcanzar el Eón luminoso de donde procede. Allí, mi Hermano y amante, permanecerás mientras sucede el Tiempo en la Naturaleza. Aquí. En el mas allá, tus experiencias podrán ser puestas en reposo para dejar que fermenten y, cual alimento, terminen formando parte de ti y por lo tanto de mí y del Mago y del Loco que no es tal, consiguiendo una memoria que antes del desastre no existía: pero eso ya se verá cuando acabemos este viaje iniciático cuyo origen fuera un experimento teatral y cuyo final será…; pero no adelantemos acontecimientos, mientras tanto, descansemos en la majestuosa Shambala.
Ya veo tu rostro reluciente, encandilado por la bella dama de negro que ha venido a recogerte. No voy a engañarte, o no decirte que parte de su Ser soy yo; pero tiene mucho más de todos aquellos que te precedieron. La Muerte, aunque pudiera parecer un Individuo, es un Colectivo formado por todos nuestros antepasados. En el bello rostro de la pálida Dama me ves a mí; pero somos muchos más. Podemos contemplarte, mi amado, en toda tu desnudez. Atrás dejaste, mientras permanecías en la crisálida del Colgado, todas las caretas que te mostrabas a ti mismo y a los demás. Ahora, tu Alma no está congojada y aplastada por tanta suciedad. Es libre y luminosa para poder recrear, en la Cocina del Destino, un nuevo Futuro, una nueva Vida.
Aunque pareciera lo contrario, amor mío, este no es el final de todo sino su principio. En la vida natural permanecíamos en lo más exterior del atrio del Templo. Ahora penetras conmigo en los grados iniciáticos de Osiris, Nuestro grande y original Eón. Ahora la Vida es más plena, la memoria se ha reintegrado en su plenitud y podemos conocer tal y como somos conocidos; pero la bella Dama que es la Muerte y que el común de los mortales conoce como un tenebroso esqueleto, protegido por una túnica y armado con una guadaña, no soy aún Yo. Aquí te espero, esperando tu decisión para saber que vamos a hacer, porque en el fondo todo depende de ti ¿Nos vamos o nos quedamos?
Esa aparente destrucción de una Vida, volverá a repetirse en todos y cada uno de los habitantes de Gaia. Ella también pasará por ese trance, ya que cuando los neutrinos acaben con su trabajo, todo se desmoronará para volver a recomponerse en sublime perfección. Entonces aparecerá Muerte, en mayor esplendor aún si cabe, adornada con la luminosa y eterna Cruz de la Vida.
ARALBA
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