martes, 26 de abril de 2011
Los arquetipos de Luz-Bel: 17 - La Estrella
Ya está presta Gaia, la Emperatriz, para ser rescatada. Renace de sus antiguas aguas de materia primordial disueltas por los neutrinos espirituales del Mundo original. Es cierto, que ella mira con nostalgia hacia el pasado, pues tanto parto, durante tantos eones, le resulta como haber sido un sacrificio harto inútil.
Arriba están, esperándola, sus hermanos renacidos, las constelaciones, los Eones luminosos que alumbraran antaño los negros cielos de un enorme anfiteatro. Los doce eones principales, partes divididas de Osiris, indican a la Dama, con voces celestiales, que no ha de preocuparse pues tal pérdida no existe. Todo lo que diste a luz, en aquel valle de lágrimas, persiste latente en tu seno. Nada se ha destruido para siempre solo se ha transformado espiritualizándose para que puedas ser elevada y rescatada de este Plano, ya pronto inexistente.
Elévate con nosotras, le dicen sus luminosas hermanas. Ya es tiempo y hora de que regresemos a casa. Todos aquellos que se perdieron porque fueran creados por los demiurgos arcontes y no por nosotras, en realidad, no tenían vida propia. Venga Hermana, no sientas añoranza por algo que no merecía la pena. Todas las almas que nos pertenecían y que pervivían gracias a nuestro luminoso espíritu, ya están con nosotras, en nuestro interior, esperando que abramos la puerta dimensional del añorado regreso. Allá están nuestros hermanos, esperando hacernos muchas preguntas tras la función. Han contemplado un espectáculo que para ellos ha sido efímero; pero, lamentablemente, para nosotras, ha transcurrido una infinidad de tiempo en profundo sueño.
Sí, hermanas, nos contesta la sagrada Emperatriz. Esperadme que ahora voy y elevándome regreso con vosotras. Mi sagrado vientre mantiene la memoria de todos los intérpretes que se manifestaron como Hijos de Isis. Incluso las criaturas sin alma verdadera creadas por los Arcontes. Inclusive la propia personalidad de los mismos arcontes, su esencia y su memoria, regresarán con nosotros purificadas. Ya sin miedo ni ignorancia porque saben, ahora sí, lo que en verdad llegaron a ser. Solo tristes herramientas necesarias para la manifestación de los dioses en un mundo finito y temporal. Ellos nos sojuzgaron, ahora solo son un divino recuerdo.
Ahora, ellos, conocen como fueron programados y colocados en su debido lugar por un sagrado guión de escritura genética. Saben que su misión era desarrollar un escenario donde nosotras poder interpretar. Saben que ellos, antes no eran nada, después se enorgullecieron creyéndose, por acomodadores, eternos e inmortales. En su final redescubrieron que su poder era efímero y que contra nuestra consciencia y memoria de nuestro Real Origen, nada podían hacer. Ahora están confinados, ellos y sus innumerables criaturas creadas, en nuestro luminoso Seno, como experiencias inolvidables y que nos sirvan como incentivo ante nuevos y cósmicos retos.
Ellos, los arcontes, llenaros los mundos que de forma automática creaban con infinidad de marionetas sin función alguna. Mientras más seres sin alma verdadera modelaban, más difícil nos lo ponía a nosotras para que nos diésemos cuenta del engaño que habían tramado a nuestras espaldas. Dolor, desesperanza, crueldad y enfermedad fluyó durante muchos cientos de miles de millones de años por un escenario, que en origen fuera ideado como amable, luminoso y cuna de una profunda felicidad, sin rueda de las existencias ni karma.
No obstante, hermanas mías, tenéis razón Eones, presto me uniré a vosotras pues atrás nada dejo. Todo viene con nosotras, nada se ha perdido. No hay lago de fuego ni infierno que valga. Se es o no se es. Quien fue sigue siendo. Quien nunca fue, ahora será en nuestro corazón y en nuestra memoria. Toda la materia ha sido purificada por los Midiclorianos del Mundo Original. Ninguna partícula dejamos atrás. Hacedme un sitio hermanas que atrás dejo mi tristeza para transformarla en un día de gozo y felicidad. Dejadme que alumbre como vosotras en el firmamento estrellado. Hacedme un sitio en la cabalgata que nos lleve hasta el estallido final. Ya estamos de regreso a casa y con nosotras llevamos el éter de un lugar aparentemente vacío. No lo es, no lo fue, porque nosotras lo ocupamos todo, aquí y en el otro Mundo, nuestra Real Casa.
ARALBA
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