lunes, 14 de marzo de 2011
Los arquetipos de Luz-Bel: 15 - El Diablo (1+5=6, El Mal)
Cuanto tiempo durmiendo, hijos míos, Yo Soy Luz Bel, conocido de múltiples formas: Lucifer, el Diablo, Satanás, Belcebú, Samael… En definitiva el Mal. Yo, que un día fuera portador de la Luz, Energía que generó la existencia del Multiverso y ahora me entero que he sido vilipendiado y se han creado infinidad de calumnias sobre mi divina Persona.
La unión de vuestras almas gemelas me ha restaurado. Yo soy el Eón de Adam Kadmón, el Mago, quien reflejado en la materia, por mediación de la Papisa, hizo que la Emperatriz engendrase al Emperador en cuyo corazón me instalé, cual semilla, como el Hierofante y que con el tiempo renació como el Hércules del Enamorado. Vosotros sois dos almas gemelas que con vuestro lazo matrimonial me habéis despertado de un duradero sueño de eones. La ignorancia de la humanidad no tiene límites, cuando ha inventado una palabra como es Mal. El Mal no existe como tal concepto, ya que el Mal es siempre Ignorancia del Bien y por lo tanto solo es Bien en formación; pero, no obstante, ese Mal que se me acredita de múltiples formas no es propio, ni lo he creado, ni lo he usado. Os contaré una Historia muy arcana almas mías:
Cuando Yo Soy, en origen, decidí en la forma del Mago, crear un escenario teatral nuevo y diferente, penetré en la burbuja de vacío y Osiris, Yo Soy, se desgajó en infinidad de partículas disgregándose por todo el vacío constituyendo el Espacio Tiempo y entrando en un sueño eterno. Esa Energía primordial que conocéis como Big Bang, es parte del Arquetipo de la Gran Sacerdotisa. Los elementos, La Emperatriz, se fueron formando y con ellos las Leyes naturales que conocéis. Esas Leyes junto a los Cuerpos Cósmicos que las producen a cada instante, también se conocen como Legisladores o Arcontes. Con el transcurrir de los eones de tiempo y dado que los Eones, entre ellos Yo Soy, no despertábamos de nuestro letargo, los Arcontes debido a la Inteligencia inducida por la Papisa, como sabéis parte de mi Ser, fueron tomando memoria y, por ende, consciencia de su propia existencia. Los Arcontes por pervivir os engañan.
Antes de despertar, nuestro Espíritu colonizaba unos cuerpos tras otros según los propios Arcontes los iban creando. Por ello, dentro de su jerarquía, a los Arcontes se les podría denominar como Demiurgos. Por fin dieron con algunos que podían ser ocupados, tales que los vuestros u otros en otros mundos, y los ocupamos como simbiontes sin pretender dañar sus frágiles cuerpos de átomos formados. Allí, el Espíritu de las partículas de Osiris, Yo Soy, permanecían intentando reconstruir un cuerpo apropiado tras el que poder manifestar su divina consciencia, la mía como es evidente. Lo que conocéis como Alma y que mueve a todas la criaturas vivas y hasta forma las estructuras cristalinas de los minerales, es lo que utilicé, como elemento de construcción, para dicho cometido.
De ahí surgisteis vosotros, hijos míos, como esas almas gemelas de los enamorados. Al unirse en matrimonio cósmico, el Héroe y la Heroína, pude ser reconstruido. Ahora solo falta que termine de cometer mis “maldades de destrucción”, porque sin destrucción primera no hay reconstrucción posterior. Compruebo como Gaia ya está preparada gracias a los neutrinos con los que está siendo bombardeada desde el Mundo Original por mis hermanos no caídos. Su materia, ya, es casi transparente de lo sutil que se encuentra. Tiempo es de rescatarla. Sí, hijos míos, toda la humanidad, Yo Soy, ha permanecido en un engaño cruel por puro instinto.
Se me ha tildado de demonio malvado, que no lo soy y, mis enemigos antiguos, los Arcontes artificiales sin vida verdadera, se han erigido con el nombre de Dios o Dioses que gobiernan en las más diversas constelaciones; pero esto ya se ha acabado. A partir de ahora empezará la hora del lloro y crujir de dientes, porque ahora, esos muertos vivientes, van a conocer lo que es el Mal en la Divina manifestación del Portador de Luz, Luz Bel, Lucifer, Yo Soy, parte de los habitantes del Mundo original del Loco, en suma, Adam Kadmón. El Gran engaño que ha exterminado por generaciones a todos aquellos renacidos en mí, que iban tomando consciencia de la verdadera situación, sin poder devolverme la vigilia. Gnósticos, Maniqueos y otras herejías los llamaban. Herejes son los oscuros Arcontes que sabrán muy pronto de mi Luz y Poder.
ARALBA
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