miércoles, 15 de junio de 2011
Física Cuántica - Una Ciencia en ciernes
Desde que Einstein postulara sus teorías de la relatividad general y especial, pareciera que el Universo del sentido común de Newton se viniese abajo; pero no contentos con eso, surgiría poco después la denominada como física cuántica que viene intentando explicar como funciona el Universo a niveles más que microcósmicos. Al igual que Maxwell intentara, consiguiéndolo, unificar las teorías de la Electricidad y del Magnetismo en una sola, el Electromagnetismo, se ha venido intentando compaginar el funcionamiento de la física relativista de Einstein con la física cuántica.
Esto no se ha conseguido hasta ahora y puede suponer tres cosas, o una de las teorías es incorrecta, ambas los son, o lo son al menos en parte. Desde principios de los años 50 pareciera que la filosofía volviese su mirada hacia la física, su propia cuna en la época griega. Paralelamente surgirían movimientos pseudo-religiosos que intentaban utilizar los nuevos conocimientos, sin comprenderlos, para sustentar sus doctrinas sincréticas de oriente y occidente. Esos movimientos New Age, parece que han producido una especie de feedback en la propia Física y que ha llevado a un batiburrillo mental que en muchas ocasiones choca contra el Sentido común más básico y primordial.
Lo cierto es que las nuevas teorías de la Física han venido redescubriendo la antigua sabiduría de los primeros filósofos de la Humanidad; pero ese avance habría sido más espectacular y preciso si los propios físicos se hubiesen formado de un modo multidisciplinar y dando cabida en su morral, como disciplinas de estudio, la sabiduría de la antigüedad. Ahora, sin embargo, son otros los que intentan realizar el milagro; pero esos no están preparados y lo único que consiguen es crear una nueva mitología de fabulaciones pseudo-científicas.
Desde hace mucho tiempo se sabe que las partículas subatómicas, concretamente los electrones, no se mueven a la velocidad de la luz cuando son dirigidos por cualquier tipo de conductor eléctrico, tanto sea un cable de cobre, una nube de gas noble o simplemente el propio aire. Cuando un electrón es puesto en movimiento, por una diferencia de potencial, este choca con el más cercano, y este último con otro y así sucesivamente, formando una cadena. Como fin último la corriente eléctrica pareciera querer demostrarnos que los electrones que salen por un extremo de un conductor son los mismos que se han puesto en movimiento originalmente, no siendo esto así de ningún modo, como hemos mostrado aunque el efecto final sea el mismo.
Otro de los hechos extraños que siguen intrigando a los científicos es la forma en que tanto los electrones, como fotones y otras partículas subatómicas se comportan de cara al observador. En unos momentos parecen tomar la consistencia de partículas subatómicas; pero en otros instantes parecen comportarse como si de una onda se tratara; pero la nueva Teoría de cuerdas, nos trae de forma implícita y de forma no muy bien estudiada que los elementos más pequeños de la naturaleza podrían no ser simplemente partículas subatómicas sino cuerdas de dimensiones más ínfimas que la de Planck y que dependiendo de sus vibraciones y asociaciones vendrían a formar esas partículas que conforman el Universo y que conocemos como subatómicas.
Cuando intentamos medir, valorar y cuantificar dichas partículas y sus consecuencias interferimos en ellas haciéndolas aparecer ante nuestros aparatos como algo físico; pero, sin embargo, su comportamiento natural es el de ondas electromagnéticas. Tanto la luz como cualquier corriente de electrones son los ejemplos más palpables.
Otro problema con el que se encuentra la física actual, no resuelto aún, es el concepto del Espacio. La Sabiduría de los antiguos venía a decir que el vacío no existe, que el Espacio está lleno y los físicos se inventaron el Término Éter para denominar esa Entidad que lo impregna todo inclusive el vacío y poder explicar las conclusiones de sus experimentos. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo pueden fotones y electrones atravesar un volumen al que hayamos realizado el vacío?
Utilizando la Teoría de Cuerdas, podemos interpretar que el Universo está lleno de fibras filamentosas que vibran a determinadas frecuencias inundándolo todo. Mientras solo son cuerdas, sin más, ante nuestra observación podría parecernos como un espacio vacío aunque no sea así; pero si las cuerdas cambian su vibración y se asocian entre sí pueden formar ovillos de filamentos que comportarían la aparición de partículas elementales y que no serían otra cosa que los componentes básicos de la materia. Es decir, una partícula al entrar en contacto con el supuesto vacío, imprimiría sus características a las cuerdas que siempre existen, en su interior, provocando algo similar a la caída de una construcción de dominó. El electrón que sale del vacío no es el que entró, sino el último de una cadena y formado por el “ovillamiento”, en una determinada frecuencia, de las innumerables cuerdas que se encuentran en el interior del falso vacío.
Por mucho que se intentase crear el vacío, no se podría conseguir, pues las cuerdas al ser tan diminutas pueden atravesar los intersticios de cualquier conglomerado material o electromagnético por microscópico que fuese. Estamos trabajando a niveles inferiores a la dimensión de Planck, luego el Éter de los antiguos sabios bien pudiera tratarse de ese caldo de cuerdas vibratorias de las que hablamos y que impregna en su esencia a todo el Universo sin dejar resquicio de vacío alguno.
Bajo esta premisa de pensamiento, podríamos considerar que todo lo que se manifiesta de forma material no deja de ser más que conglomerados ovillados de cuerdas vibratorias y que constituyen primero los átomos y después las moléculas orgánicas e inorgánicas; pero cuando esas hebras se desovillan dejan de tener apariencia física y se comportan como lo que no dejan de ser sino ondas de determinada frecuencia vibratoria. Ese es el comportamiento tanto de la luz como de una corriente eléctrica de electrones.
Con todo esto, lo único que intentamos hacer comprender es que la naturaleza del Ser Humano sí es capaz de comprender la naturaleza que lo rodea por dos motivos fundamentales, porque está compuesto de la misma substancia y porque lleva, en el interior de su ser, una especie de memoria cuántico-biológica, que lo hace poseer el denominado como Sentido Común, también conocido como Discernimiento.
Entendemos con ello, que si algo se sale de lo imaginable, por muchas ecuaciones matemáticas que lo avalaran, solo podría significar que las ecuaciones no son correctas. La Entropía del Universo Primigenio era nula y el segundo principio de la termodinámica nos indica que todo tiende, en una línea temporal hacia el futuro, hacia un caos mayor; luego solo nos queda concluir en que el punto de donde surgió el Universo que conocemos era algo de una organización extrema. El presente siendo muy entrópico, no lo es tanto como lo será, según transcurre el tiempo, el futuro.
Frenar la Entropía, posiblemente pueda ser el Destino del Ser Humano. Parar esa fuerza cinética original que mantiene al Universo en permanente expansión, para retrotraerlo, en la línea del tiempo, hacia el pasado y así volver a la entropía nula original de donde todo surgió.
ARALBA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy interesante, éstos temas son verdaderamente relevantes para mí, hurgar en el universo en busca de respuestas. Me gustaría saber quiénes son los autores o las fuentes de estas teorías. Saludos.
ResponderEliminar