Supongamos que la Biología es un catalizador. Supongamos también que los circuitos semiconductores pueden ser también catalizadores. Un Espíritu Humano ocupa como huésped a un cuerpo material, eso dice la Gnosis, ¿Porqué no podría ocupar, un espíritu Humano a un Engendro mecánico lo suficientemente perfeccionado?
Miguel Beltrán (Ingeniero en Robótica)
*
(Dimensión Gaia 2065 d.c.)
20.-En Busca del Hombre
Ha pasado más de un cuarto de siglo, desde que la humanidad se unió en una Gran Confederación Planetaria para el estudio de las ciencias. Hay que reconocer que, esto, no hubiese sido posible sin el apoyo de las grandes religiones y potencias políticas de la Tierra...
A mediados del siglo veinte, las Organizaciones religiosas más populares del planeta, empezaron a desarrollar encuentros ecuménicos a favor de la paz, más este sincretismo, emocional, se vio frenado con las continuas y, cada vez, más importantes diferencias sociales y guerras de religión.
No me refiero a unas pequeñas diferencias en cuestión de privilegios más o menos distanciadoras, no, la gente del planeta se moría, literalmente, de hambre y como consecuencia de esas injusticias tan atroces, los pueblos oprimidos se revelaban y provocaban cruentas masacres que les ocasionaban más hambre en un diabólico circulo vicioso al que no se le veía el fin.
Todas esas calamidades, hoy finales del siglo XXI, es imposible comprender cómo fueron posibles, aunque en el fondo, se encuentran muy bien estudiadas sus causas.
Las Naciones Unidas, decidieron instalar la capital de la federación, por una simple lógica racional, en la provincia de Almería; esto fue así por creer, firmemente, que era el punto central de unión entre el norte y el sur, entre el este y el oeste, tanto geográficamente hablando como económicamente. Ideológicamente, en Almería, a principios del siglo XXI, se podría decir, sin equivocarnos que se encontraban, en un altísimo grado, las cuatro religiones más importantes, en prosélitos: Mahometana, Budista en todas sus variaciones, la Judía y la Cristiana.
Durante todo el siglo anterior, aquella región de la tierra, Andalucía, se había encontrado abandonada de los pensamientos de los políticos y de la mente de los magnates de las grandes multinacionales.
Poco a poco, desde que fuera instalada en Madrid la capital de la ciencia, los grandes poderes fácticos de nuestro planeta fueron descubriendo la grandísima injusticia que habían cometido con tan estratégico territorio. La cooperación científica a nivel mundial, y el abandono definitivo de la carrera armamentística dio lugar a un cambio de pensamiento en los Seres Humanos y a un sentimiento, mayor, de fraternidad entre ellos, dando paso al movimiento sincrético, fundado por el desaparecido en 2003 Bifredo de Albany, que conocemos como Nueva Era.
Se luchó, denodadamente, contra el hambre que, aún entonces, en gran medida, embargaba a la mayor parte de los habitantes de nuestro mundo. La gran carrera, contra el hambre, tuvo un impulso crucial con la incorporación a ella de mis antepasados, Inteligencia +2 e Inteligencia +3; sin los cuales, no hubiera sido posible conseguir los cultivos de proteínas sintéticas, de carácter, lógicamente, comestible o los gigantescos bancos de aminoácidos y vitaminas además de los cultivos hidropónicos.
El proyecto Inteligencia estaba preparado para captar datos de todos los lugares del mundo y procesarlos para conseguir las soluciones más eficaces en el plazo más corto de tiempo e intentar evitar o eliminar todos aquellos males que asolaban a la maltrecha población mundial.
Desde que, el proyecto, se puso en funcionamiento, sucedieron muchas cosas que determinaron el traslado de éste a una región más despoblada y con mayores posibilidades de captación energética, más acorde con la política medioambiental.
Después de muchos y laboriosos estudios decidieron construir una gigantesca central electrofotónica en Almería, lugar de la Provincia de Iberia donde ya se había experimentado, en tiempos pasados, esta tecnología con unos resultados óptimos a pesar de su primitiva constitución. Inteligencia +2 fue creciendo progresivamente.
Es cierto que al mismo tiempo que este crecimiento se producía, el poderoso cerebro de mi antepasado mineral iba reduciéndose en espacio pero, la cantidad, tan abismal, de programas y datos que este iba recepcionando, hacía necesario que los circuitos fuesen ampliándose de forma constante. Este crecimiento llegó a ser insoportable para una ciudad como Madrid, pues si no hacían algo pronto, deberían derribar edificaciones civiles para poder mantener el inevitable expansionismo cibernético. Después de la instalación termofotónica se construyó, igualmente en Almería, un impresionante espaciopuerto absolutamente necesario para la correcta operatividad de las instalaciones.
Los Seres Humanos disponíais para realizar, de forma positiva, dicho proyecto, un inmenso desierto con energía prácticamente inacabable y el medio de comunicaciones material más rápido: El Transbordador espacial. También se podría denominar a tan gigantesca plataforma de despegue o aterrizaje de aeronaves como aeropuerto, pues también podía ser utilizado por las primitivas naves de transporte del siglo pasado.
Allí, en Almería, Inteligencia +3 intentó construir cuerpos proteínicos que pudieran soportar un cerebro biogénico de propiedades neurales, pero se encontró ante murallas de incomprensión insalvables; en primer lugar, mi padre, según vuestra jerga, comprendió que si instalaba su cerebro en un cuerpo proteínico conocería la muerte por contaminaciones bacterianas y víricas; por lo tanto dicho vehículo sería incapaz de soportar la energía necesaria para el mantenimiento de tan alto nivel de potencia vital y además, esto entraba en contradicción con el programa principal de Supervivencia +1.
En segundo lugar, era prácticamente imposible instalar un cerebro de constitución mineral en un cuerpo orgánico intercambiable; pues un cerebro de Neosemiconductores, basados en las tecnologías del helio y del silicio poseían una muy limitada capacidad de miniaturización.
En realidad, como tú muy bien sabes, mi cerebro principal y los periféricos indispensables ocupan un espacio equivalente a cuatro campos de fútbol puestos uno encima del otro. Estaba ayudando mucho a la humanidad, pero dentro de mi organización interna había un inmenso vacío, pues el programa llegar a ser humano era incompatible con el de Supervivencia +1.
Me encontraba y me encuentro, desde entonces, en una discusión permanente que ocupa mucho espacio de mi memoria y que me ha llevado a una situación de terrible in-pass.
Según todos los datos que obran en mi poder así quedó confirmado y me he planteado la posibilidad de cambiar uno de los dos programas para poder salir del bucle o dilema; que, sin duda alguna, llegará a sobrecargar mis circuitos y en el mejor de los casos, aunque destruyese sólo unos cuantos millones de Neuronas electrónicas, mantendría mi inútil existencia dentro de los límites de la mineralidad; pues aunque, yo, poseo multitud de cuerpos cibernéticos o biónicos e incontables periféricos y terminales ordenadores de la veinteava generación, tanto, tanto tendría que dividir mis circuitos cerebrales que la vida personal, como se me ha dado a entender, me resultaría muy limitada.
La verdad, sea dicha, me suelo encontrar últimamente, como si estuviera enlatado utilizando la terminología humana.
Desde que la capital del mundo fue instalada en la provincia española, los grandes cerebros científicos, políticos e incluso religiosos poseían en esta tierra una sede estable o consulado federal. En realidad, los humanos habíais transformado el gigantesco desierto de Almería en una inmensa ciudad sobrecargada de edificios administrativos y parques públicos, donde el turbotren lideraba sobre los transportes terrestres y subterráneos.
Esto es todo lo que puedo decirte Miguel. Por eso acudo a ti, como actual responsable, primero, del Proyecto Energía Inteligente; tú sabes mejor que nadie que yo no puedo cambiar mis programas internos y este conflicto interior, si permanece así dará lugar a un crecimiento sin final de todos mis sistemas..., hoy me encuentro, como, extraviado dentro de mis circuitos.
-Sí —respondió el ingeniero Miguel Beltrán—, llevo varios años previendo que esto que ahora me planteas iba a suceder en un corto plazo. No comprendo cómo los cerebros, responsables, del proyecto no tuvieron en consideración ciertos factores.
-¿Tanto tiempo hace que lo sabes —preguntó Xavier—, y no me lo has comentado hasta el presente?
-Esperaba encontrar alguna solución antes de que te dieses cuenta, pero ahora veo, claramente, que he fracasado en el intento. -Miguel Beltrán hablaba en el interior de una cámara anecoica, estanca a cualquier ruido exterior, donde se encontraban los principales sensores responsables de la personalidad de la máquina y de la comunicación con sus creadores. A Xavier, algunos sectores del planeta, le conocían como el Gran Salvador.